Ya va siendo hora de superar a Boff
A finales de los setenta, no digamos en los ochenta, no había parroquia, movimiento, asociación o grupúsculo que no tuviera como uno de sus principales libros de referencia para su “formación” cristiana alguno de los libros de Leonardo Boff, especialmente “Los sacramentos de la vida”. ¿Quién de nosotros no se sabe la historieta del sacramento de la colilla, el pan o la vela de navidad?
Aquel librito ayudaba a entrar en lo simbólico, pero poca cosa más. Porque la institución de los sacramentos por Cristo había que entenderla según y cómo y lo de los sacramentos como fuente de gracia pues cómo y según. Es decir, que se recreaba en lo secundario para pasar de puntillas por lo fundamental.
Años han pasado. Casi cuarenta desde su publicación. ¿Se imaginan que en los años ochenta un sacerdote hubiera propuesto para sus catequesis o charlas de formación la teología dogmática de Schmaus, de principios de los sesenta –y mira que es una excelente teología-? Le hubieran llamado de todo, fundamentalmente carca y tridentino. La cosa de estar al día y ser modernos. Antes muerto que antiguo. Cosas.
Pues todavía me encuentro sacerdotes y catequistas empeñados en llevar como libro de cabecera esos sacramentos de la vida del ex Leonardo Boff. Como seguimos descubriendo aún en recónditas cavernas grupúsculos católicos cantando lo de “Kumbayá, Señor, kumbayá” y las canciones de Labordeta, mientras meditan textos de Boff y Tagore.
Todavía hace no mucho un compañero me contaba que sigue utilizando lo de Boff. Mi respusta fue clara y contundente: pero vamos a ver, ¿no hay nada publicado en los últimos cuarenta años que lo haya superado? Por ejemplo, el catecismo de la iglesia católica. ¿Tú te crees, que según avanzan los tiempos, con una sociedad cambiante por momentos, en plena era cibernética e interplanetaria, puedes estar predicando y formando a tu gente con un libro de hace cuarenta años? ¿Y eres tú el moderno, el actualizado, el que clama por una iglesia que responda a los retos del mundo de hoy?
Lo que no puede ser es que el último libro sobre teología de los sacramentos que hayamos leído sea un librito flojo de hace cuarenta años. Lo que no puede ser es que nos creamos que estamos en la modernidad cuando seguimos rezando laudes con la piedra, la flor, Juan Salvador Gaviota y dos diapositivas de la diateca. Lo que resulta de risa es clamar por una puesta al día de la iglesia universal a la vez que colocamos una pancarta en el presbiterio con esa original idea de que “Dios es amor”, nos colgamos una inmensa estola multicolor y rematamos la faena consagrando una hogaza de libra y media.
Pasó la modernidad. Está más que amortizada la post-modernidad. Ahora ya no sabemos ni dónde estamos. Seguir con el librito de Boff es una triste mueca de quien no tiene nada nuevo que aportar.
19 comentarios
La lástima es que todavía tengan responsabilidades pastorales y catequéticas. Pero eso cabe atribuirlo a los pastores.
por mi zona los sacerdotes recien ordenados van todos con alzacuellos, mientras que los "jubilados" llevan un muestrario de la sección de caballeros de "El Corte Inglés". Eso si los modernos son ellos claro...
Lo importante es que el pueblo, los hijos de Dios, entiendan el idioma en el que la Iglesia les habla. Con un mismo Credo que todos confesamos, dejen ya de preocuparse de normas y leyes y atiendan más a sus ovejas.
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Jorge:
La tradición de "según me dé la gana, me pida el cuerpo y me apetezca" no me es conocida. Y no me venga ahora otra vez con esa dicotomía de que los que cumplen las leyes no cuidan a las ovejas, mientras que los que cuidan de las ovejas pasan de leyes y normas, que es algo muy viejo y superado. Piense por ejemplo en Teresa de Calcuta.
Debemos de conocer todas las posturas, analizarlas con fe, razón y sentido de Iglesia, y nunca caer en extremismos de ningún "bando".
Si usted critica el libro en cuestión por su calidad, me parece excelente.
Pero, me gustaría que no esté usted apelando al ideal del modernismo.
Si de modas/novedades se tratara, nadie leería sus publicaciones antiguas, ni las mías, más hallá, quizás, de la tercera página del listado de entradas del blog.
Si lo que usted cuenta en este blog, no tiene esperanza que sirva más que a un muy limitado plazo, que aínco el suyo, que aún así, da el callo.
Además, no quiero creer que usted caiga en ideales, que como su nombre indica son extremismos de las ideas, que necesitan abstraerse de la realidad para subsistir.
Un afectuoso saludo.
De pena total.
Sin embargo, no se porqué, poco después dejo de cantar la canción... Imagino que eso de haber nacido en los opresores Estados Unidos no le gustó un pelo.
Será posible que así como se regalan Biblias en ediciones populares. Se pueda preparar una edición económica del Dezinger y repartirlo en los seminarios y en las parroquias.
Será pedir mucho? Es que el Catecismo de la Iglesia Católica a unos no les entra, entonces toca buscar alternativas.
Para que se divierta un poco, con un librito de otro colega de Boff, el Párroco de mi vecindario cambió el Símbolo de los Apóstoles por una versión más progre y menos complicada.
Cada vez que me cruzo con un sacerdote progre, mi FE se fortalece porque confirmo que DIOS está con la Iglesia, pues no lo ha dejado acabar a pesar del esfuerzo de los progres.
No sé, quizás eso de estar al lado del pobre y de lo sencillo fue lo que hizo Jesús de Nazaret y por ello en su época muchos, la mayoría, no lo veían como un hombre de Dios, ni como un sabio porque no se rodeó de los teologos que hablaban de Gracias o de cosas ininteligibles. Jesús hablaba con el lenguaje de los pastores, de la gente del campo y de los pescadores, y hablaba de una pequeña limosnita que daba una viuda que no tenía mas. Hablaba de Dios con lenguaje sencillo y con ello nos mostró totalmente a Dios.
No piense nadie que estoy comparando, solo quiero que se entienda que el sacramento de la colilla y ese librito que ese señor desprecia, porque tiene un lenguaje sencillo, refleja en toda su profundidad qué es un sacramento y va dirigido a toda clase de público. Es de los pocos "libritos" dónde varias generaciones, por fin han comprendido y sobretodo experimentado de verdad qué es un sacramento. ¿o todavía piensa alguien que con la "cuidadosa" y "perfecta" definición que nos ofrecen los catecismos, hemos llegado a comprender qué es un sacramento? Aprender como los papagayos seguro, pero también seguro que la mitad mas uno no sabíamos lo que estábamos diciendo.
"Amos hombre", las críticas negativas las da quien puede O sea aquellos que han sido capaces de aportar algo mejor de lo que ha aportado la persona criticada.
Así que, mientras tanto, a trabajar porque llegue el mensaje de Jesús a toda persona y vamos a dejarnos de floripondios y de rechazar el trabajo bien hecho de tantas personas que están al lado del necesitado, e intentan hacer comprender a todos la Buena Noticia.
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Jorge:
Poner a Leonardo Boff como ejemplo de teología del pobre y de la sencillez no es ni siquiera cómico: es grotesco.
Realmente hay que hacer mucho. Muchísimo. Mucha gente más o menos influida por la teología progresista, cree que la Iglesia "está volviendo hacia atrás". Y realmente los comprendo!... Asumieron con mucha fe y confianza lo que les dijeron. Asumieron que no era mala cosa tomar elementos marxistas para el análisis teológico de la realidad, y soportar una prédica que dijese: vean qué buenos y comprometidos militantes son los comunistas... y todo eso, no en un comité pro Cuba, sino en la Iglesia. Soportar la dialéctica de "las dos Iglesias", una jerárquica, acomodada con el poder y mala, y otra comprometida, profética, popular y buena.
Y me parece que hay que ser muy caritativo, de verdad, en volver a enseñar superando una enseñanza que fue mala. Ese diálogo es muy necesario: aclarar lo que ha pasado.
Y Boff, que siga en lo suyo. Que se dedique a la madre tierra, y a la cosmobiología, que le sale bien. Y que escriba en Atrio, como de costumbre. Somos pocos, y nos conocemos, decía mi abuela.
- ¡Boff!
Qué quieren que les diga: lo de defender la altura teológica del "sacramento de la colilla" me resulta sencillamente esperpéntico.
Los sacramentos, por definición, NO son meros recuerdos de algo de alguien pretérito. Los sacramentos, por definición, NO son realidades que sólo puedan tener profundidad para unos pocos. Los sacramentos, por definición, NO están limitados a su realidad material.
No. La colilla no solo NO es un ejemplo de sacramento sino que NO es metáfora válida para entender lo que es un sacramento. Demasiado superficial, demasiado sensiblero, demasiado materialista, demasiado en clave humana... y es que la colilla intenta explicar un misterio (es lo que son los sacramentos), pero cometiendo el garrafal error de eliminar la parte misteriosa (que es la fundamental) y reducirlo a mero objeto con efectos psicosomáticos. Enseñar así sólo puede llevar a la negación del difícil misterio de fondo para abrazar la sencilla euforia psicosomática. Y eso es construir la casa sobre la arena y no sobre la Roca Viva que es Cristo.
De los diversos sacramentos, me da en la nariz que la famosa colilla pretende asemejarse concretamente a la eucaristía, pero:
La "colilla" es un recuerdo de alguien fallecido, mientras que la eucaristía es una transubstanciación presente y real del Pan y el Vino en Cuerpo y Sangre de Cristo.
La "colilla" sólo tiene de especial su valor simbólico, mientras que la Eucaristía tiene valor sagrado en sí misma, al asumir las especies la naturaleza divina del propio Cristo.
La "colilla" es, materialmente, sólo una colilla, de modo que si alguien la enciende y fuma no compartirá la realidad humana de aquel a quien se recuerda por ella. La Eucaristía, por el contrario, es alimento espiritual real, y quien la come en gracia nota claramente sus efectos salvíficos.
Finalmente, la "colilla" sólo tiene un valor especial para los pocos que tuvieron contacto inmediato con el fallecido que la fumó, y para los demás apenas puede tener más efecto que el de despertar una cierta empatía con aquellos que están apegados a ella. La Eucaristía, por el contrario, tiene valor universal para todos (incluso para sus detractores, que intuyen su verdadero poder).
¿El sacramento de la colilla? Más parece el descarriamiento de la colilla, visto cómo es capaz de que tantos abandonen el Misterio real para abrazar un sucedáneo ñoño.
Un saludo.
Lee a sanJoseMaría, y sus inspiradas homilías, por ejemplo, o a los santos padres... e imítalos: te irá mucho mejor.
Para él/ellos, la homilía no era sino una 'oración pública'; allí, delante de sus convocados, hablaban de lo que el Espíritu de Verdad les inspiraba.
A nadie, actualmente vivo, le he oído predicar inspirado por 'Espíritu de Verdad'. Hay una 'crisis de santos', fatal.
Es así que cuando la fe escasea, los 'malos libros' hacen su agosto mientras el de los cuernecillos se frota las manos al oir predicar... ¡a tantos curas paganos!
Hermano, queda en Paz y pídele al Señor, que te quiera inspirar.
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