El abuelito se fue con los marcianos
Lo dijo Einstein: “hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana”. Lo del universo me plantea algunas dudas, lo de la estupidez, cada día lo veo más corroborado.
Anoche un exitazo la presentación del libro “De profesión, cura”, aunque espero con auténtica ansia la crónica de Bruno. Pues eso, que al acabar, y mientras tomábamos un “rafaelesco” piscolabis, me contaron una anécdota de esas que te hacen afirmar que no somos más bobos por falta de entrenamiento.
Pues resulta que una familia sufrió la muerte de un abuelo. A ver cómo explicas al niño pequeño lo que ha ocurrido. Los creyentes lo tenemos facilito: creemos en la vida eterna y contamos a los niños que se ha ido al cielo, que se lo ha llevado Jesús, que ya está con Dios y con María. Los no creyentes supongo que les dirán que la vida de todos acaba alguna vez y que hay que aceptar esa realidad de la condición humana. Hasta aquí todo correcto: creyentes y no creyentes responden así.
En el caso que nos ocupa, la familia del abuelo recién fallecido no era creyente, pero por lo visto se les hacía duro decir al niño que se acabó lo que se daba. Así que el padre le contó muy solemnemente que el abuelo se había ido a vivir con los marcianitos.
Amos a ver si nos aclaramos. En la vida uno puede ser creyente católico, budista, musulmán, Hare Krisna, Testigo de Jehová, agnóstico, ateo o incluso del alcoyano. Nada que objetar. Lo único que no puede ser es bobo, bobo solemne, bobo con balcones a la calle, repostero, escudo y diploma de honor.
De manera que uno no cree en Dios y para hablar de la vida y de la muerte tiene que echar mano de los marcianitos. No crees en Dios pero crees en los extraterrestres, Supermán, tres marcianos, ET y la guerra de las galaxias. Claro, luego te viene esta gente y te acusan de creer cosas inverosímiles. Tócate los pies, tía Pascuala.
El niño, con el abuelito recién fallecido, está deseoso de tragar todo lo tragable con tal de quedarse en paz. Pues se admiten marcianitos como animal de compañía del difunto abuelito. Pero claro, aquí en cuanto pasen dos días, el niño, que esperemos salga algo más espabilado que su padre, se preguntará qué milonga le soltaron y por qué le tienen que andar engañando de esa manera. Con un poco de suerte al chavalillo le advirtieron desde que era un bebé cómo se hacían los niños y que de cigüeña nada, porque a los niños hay que explicarles las cosas como son desde pequeños, pero de la muerte tararí que te vi.
Así que con los marcianitos el abuelo. Eso parece, y el padre en Babia y la madre en las Batuecas. Está claro que en cuanto dejas de creer en Dios acabas creyendo en cualquier cosa, hasta en el platillo volante donde el abuelito a los mandos echa carreras con el mismo Yoda.
15 comentarios
PD.- A lo mejor me voy a pasar en mi comentario, pero me choca que en el funeral se canonice al difunto, asegurando que ya está en el Cielo. Comprendo que es un decir para consuelo de la familia, lo mismo que cuando se moría un paciente mío les decía que angelitos al Cielo. Creo que lo más cristiano-católico (no cristiano-protestante) es decir que el difunto, si no está en el Cielo, está en el purgatorio, por lo que necesita nuestras oraciones.
No se preocupe que en las estrellas hace la calor. ¿No ha visto cómo se pone aquí en verano? Y eso que estamos a sepotocientos mil leguas de nuestra estrella más cercana.
Voy a ver si logro pedir que en mi funeral digan que lo más probable es que esté en el purgatorio, si el Señor tuvo misericordia, y que por favorcito pidan que le bajen a la calefacción.
:))
Un abrazo.
Pablo.
yo que el niño me echaba a llorar desonsolado, que va...
Usted es un relativista. hágaselo mirar.
mietras, se lee, y medita, cada 8 horas durante 3 días el siguiente artículo:
http://www.abc.es/historico-opinion/index.asp?ff=20120414&idn=1502662659737
(Absolutistas en lo relativo, POR IGNACIO SÁNCHEZ CÁMARA, abc 14/4/2012)
bien le hará.
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