El gravísimo problema de los escrúpulos

De cuando en cuando me toca atender en confesión o en dirección espiritual algún caso de persona escrupulosa. Los hay con la conciencia un tanto estricta, que eso se va arreglando poco a poco. Pero puedes encontrarte con auténticos casos que rozan, que suponen directamente, una enfermedad mental.

El escrupuloso, digamos, extremo, es una persona con un trastorno obsesivo compulsivo que le lleva a escudriñar constantemente su vida para encontrar en ella el pecado. Es capaz de dar mil vueltas a su cabeza para conseguir convertir en pecado grave absolutamente todo lo que hay en su vida. La solución la quieren encontrar en la confesión no sólo frecuente, sino en casos diaria, y hasta varias veces por día. Pero eso no soluciona el problema, sino que lo agrava, ya que tampoco queda tranquilo por si la confesión no la hizo correctamente, y en consecuencia ha pecado más.

El escrupuloso cuando llega a este extremo no puede razonar. Toda su preocupación es “por si acaso”, “no sé si hice bien”, “quizá consentí”, tengo dudas”. Busca confesores distintos, directores espirituales diferentes. Una situación de auténtica angustia.

Ante los escrúpulos se me ocurren algunos consejos tanto para compañeros sacerdotes como para aquellos que los padecen. Y seguro que hermanos sacerdotes también pueden aportar su experiencia.

- Acoger con cariño a la persona, sabiendo que podemos estar ante alguien con algún tipo de desequilibrio interior.

- Procurar la confesión y la dirección espiritual, salvo “emergencias”, siempre con el mismo sacerdote.

- Conseguir espaciar las confesiones. Yo a veces hasta se lo pongo como penitencia: no confesarse por ejemplo en una semana, lo que a algunos les produce una ansiedad insoportable.

- Explicar pacientemente los rudimentos de lo que constituye pecado mortal: materia grave, conocimiento y consentimiento.

- Hacer ver que debe confiar en su confesor y dejar en él toda responsabilidad. Si el confesor se equivoca ya responderá ante Dios.

Normalmente con estas pequeñas indicaciones se puede formar la conciencia de un escrupuloso con bastante equilibrio siempre y cuando no llegue su situación a extremos especialmente preocupantes. Otro problema son los síntomas enfermizos: taquicardias, ansiedad, obsesiones incontrolables, angustia, pérdida de sueño. En esos casos no queda más remedio que buscar la ayuda profesional de un psicólogo CATÓLICO, por favor, que sepa lo que está haciendo. No sería la primera vez que se acudió a un psicólogo aparentemente bueno, pero agnóstico, que puso las cosas peor.

Estas son algunas sugerencias. Seguro que entre los lectores, sacerdotes, religiosos y laicos, pueden aportar mayor riqueza.

36 comentarios

  
Luis Fernando
Grandes santos han tenido problemas con los escrúpulos. Pero eran conscientes de que, efectivametne, eso era un problema.
24/04/13 1:27 PM
  
Maricruz Tasies
Lo que no distinguimos a veces es que solo somos espíritu sino materia y ésta tiende a jugarnos malas pasadas. A veces es tan solo un desequilibrio endocrino o cosa semejante lo que provoca las obsesiones/compulsiones por lo que con tratamiento y medicamento se logra alcanzar el balance. No siempre será necesario seguirlo para toda la vida ya que por lo regular son episodios pasajeros en nuestro historial de salud.

Yo animaría a las personas a buscar ayuda no solo en el sacramento y la guía espiritual sino ponerse bajo el cuidado de un médico para mejorar su salud.
24/04/13 1:36 PM
  
David
Buenas tardes padre.

Para las personas que tengan el primer tomo de "Teología moral para seglares", del p. Antonio Royo Marín, q.e.p.d., en el tratado IV de la primera parte de la obra, trata de la conciencia (pienso que toda la primera parte, que trata Teología fundamental, debería tenerse por estudiada por todos los católicos), y más concretamente en los puntos 167-172 habla de la conciencia escrupulosa.

Dios le bendiga.

PD: Vendo la obra completa en dos tomos por 15 euros.
24/04/13 1:44 PM
  
Javivi
Todavía recuerdo el diálogo que aparecía en una película (o era serie de tv?) de hace una porrada de años:
- Padre, vengo a confesarme.
- Dígame hija.
- Me acuso de que, siendo católica por ser española, eso significa que si hubiera nacido en Inglaterra sería... protestante... ¿no padre?
24/04/13 1:55 PM
  
José Carlos
Lleva razón Vd en relacionar los escrúpulos morales con el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

A estas personas le debe recomendar que vayan a un especialista (psicólogo o psiquiatra) católico con formación doctrinal o al menos al médico de cabecera (estos pueden recetar psicofármacos).

Los trastornos mentales todavía tienen cierto estigma negativo, y muchas personas se resisten a ir a un especialista, por eso le debe hacer ver que tener un trastorno de ansiedad no tiene nada que ver con estar loco. Los trastornos de ansiedad (el TOC es un trastorno de ansiedad) y los trastornos del estado de ánimo (depresiones) son de lo más frecuentes entre la población general y los católicos practicantes no van a ser diferentes en cuanto a salud se refiere.

Durante mucho tiempo la Psicología clínica ha visto con malos ojos la práctica religiosa, quizá por influencia de Freud que sostenía la teoría de que el sentimiento de culpa generado por la doctrina del pecado era fuente de neurosis.

Esa visión va cambiando y psicólogos actuales de gran prestigio como Seligman sostienen que las creencias y prácticas religiosas no sólo no son negativas sino que favorecen de forma decidida la salud y bienestar psicológicos, por las emociones positivas que generan, sentimiento de esperanza, seguridad y optimismo.

24/04/13 2:15 PM
  
Alvaro
Juraría que en el libro "Cartas del diablo a su sobrino", de C.S.Lewis, se menciona precisamente cómo ese escrúpulo que raya lo patológico puede ser también maligno.

Y es que el Mal también se esconde en la exacerbación de un Bien mal entendido.

Buenos consejos nos da hoy, desde luego.

PD: Diría que también aparece esto mismo en "Los cuatro amores", por ejemplo en el caso de esas "madres amantísimas" que se vuelcan tanto en querer hasta la extenuación a sus familias, que acaban literalmente asfixiándolas y esclavizándolas con ello.

Un saludo.
24/04/13 2:23 PM
  
Maricruz Tasies
Oh, cielos, mi comentario lo hice de madrugada medio dormida, me disculpo por varios errores que cometí.
24/04/13 3:54 PM
  
DavidQ
Yo no tengo ese problema (supongo), pero asumo que para quien lo padece debe ser muy difícil distinguir entre la recta conciencia y los escrúpulos, por lo tanto, la verdad es que no sé si lo que yo tengo es uno o lo otro. O quizás ninguno.

Una solución que se me ha ocurrido y que intento practicar, es confesarme "religiosamente" una vez al mes. No más, no menos. De hecho, hasta tengo fecha fija. De esa manera no permito que mi conciencia se afloje ("me toca confesarme en tantos días"), ni que se exceda ("ya me confesaré en tantos días").

Algo que he notado es que a veces los extremos se tocan. Cuando uno se excede de escrúpulos por las cosas pequeñas, muchas veces deja pasar los verdaderos y grandes pecados, enfocado en las cosas sin importancia. Es una lucha constante y con frecuencia uno cree que no podrá ganarla jamas.
24/04/13 4:23 PM
  
Dr. Sonnel
Imprescindible y fundamental la apostilla de recurrir -en caso necesario- a un psicólogo CATOLICO. Yo le agregaría practicante y bien formado.
Es más creo que salvo casos justificadísimo debería considerarse ocasión próxima al pecado ir -por cualquier causa- a uno que no lo sea. El mal hecho por estos es inconmensurable-
24/04/13 5:59 PM
  
rastri
-Escrúpulos y paranoia del que oye voces y tiene visiones que otros ni oyen ni ven;

-Y lo peor. Que solo, éste, el visionario llegue a convencerse de la inutilidad de buscar consejo ajeno al respecto. Pues lo que es singular y personal de cada uno no es plural y público de muchos.


-Del "para-nüs" o aquel que camina, que va al lado del espíritu; Sin precisar si el que pretende hacer ver y oír lo que a otros no concierne sea éste un espíritu de alturas o de profundidades.

-Yo admito que desde que tenía como unos cuatro años, hasta hoy día que tengo 89; Soy uno de esos paranoicos del espíritu de alturas.

- Y digo que lo primero y principal que he pedido, y sigo pidiendo a mi espíritu de alturas es: que yo sea lo suficientemente sabio como para despejar las incógnitas de mi vida; y así no engañarme a mi mismo

-Y he de decir que hasta la fecha he sido satisfecho cumplidamente en mi demanda.
24/04/13 8:20 PM
  
Eduardo Jariod
Aquí hay que tener en cuenta dos dimensiones en el problema: la situación de la persona y el entorno que genera la confesión.

Para una persona con marcados rasgos obsesivos, hiperculpabilizada o con rasgos paranoides significativos el hecho de confesarse, más allá de los efectos puramente sacramentales de perdón de los pecados, tiene un efecto devastador porque agudiza el cuadro psicopatólogico o su trastorno afectivo. Esto es así. No quiero ser irreverente, pero alguien así no siente en absoluto que se le perdona nada, sino que aplaca a su perseguidor porque el entorno de la confesión es marcadamente persecutorio para este perfil de personas. Es por esto que acuden constamente a confesarse. Más allá de su mucha o poca fe, se confiesan porque se están persiguiendo a sí mismos constantemente, y acuden al lugar de máxima persecución, el confesionario, para comparecer ante la autoridad o el juez que posee la capacidad de perdonarles. Y allí se produce una ceremonia de sometimiento que poco tiene que ver con lo religioso: muestran sus "gravísimos" pecados en infinita y detalladísima retahíla para satisfacer las demandas insaciables del juez interior que, por gracia de la situación, para hacerse exterior en ese curioso habitáculo.

Hay otro tipo de escrupulosos que hacen de su rigor un modo de agresión al otro (el anterior es de carácter autoagresivo). En efecto, nada más agotador y alienante que hacerse cargo, que escuchar su discurso quejumbroso.

Sus consejos para sobrellevar estas situaciones están bien, pero con eso no cambiará ni el perfil de estas personas ni el modo como viven la confesión.
24/04/13 8:20 PM
  
Eduardo Jariod
"... parece hacerse exterior", quería decir.
24/04/13 8:55 PM
  
Juan Mariner
Hay gente con muchos escrúpulos (enfermos mentales), hay gente sin ellos (otros enfermos mentales, psicópatas) metidos a político en sentido amplio.
24/04/13 10:09 PM
  
José Vidal
No estoy seguro de que un obsesivo viva la confesión como una persecución. Habría que ver un obsesivo-compulsivo. La obsesión tiene muchos niveles, desde lo normal (como característica de la personalidad) hasta lo patológico (como "trastorno de la personalidad"). Como característica de la personalidad, sí es cierto que a veces se hace difícil saber si uno pecó o no, ya sea de manera leve o grave. Y ahí el cerebro trabaja a mil por hora. La confesión suele traer alivio, fuerzas, gracia, y una visión más equilibrada de las cosas y de las propias capacidades y debilidades. Sólo hay un punto en el que difiero con el autor del post: el tema del confesor. Estoy de acuerdo en que hay que confiar en el criterio del confesor (cuesta muchísimo hacerlo, pero es el camino correcto, aunque más no sea por obediencia); pero "Si el confesor se equivoca ya responderá ante Dios" es bastante difícil de digerir para un escrupuloso: agregaría un par de escrúpulos más a la conciencia. Sentiría culpa por los propios pecados que el confesor no ve, y por lo que pueda pasar con la salvación del confesor. Igualmente, muy buen post, en este momento tan liberal del mundo, donde a veces da la sensación de que predomina el espíritu del anticristo, y cualquier conversación que verse sobre el pecado lleva a críticas sobre los escrúpulos del que se atreva a mencionar la palabra "pecado".
24/04/13 11:03 PM
  
gambino

Por si a alguien le puede ser de utilidad:

http://mission.liguori.org/newsletters/scrupanon.htm

Escrupulosos anónimos (en inglés y católicos).

Aquí podéis encontrar los 10 mandamientos para el escrupuloso, newsletters y más cosas muy interesantes.

Su patrón es Saint Alphonsus Liguori

http://en.wikipedia.org/wiki/Alphonsus_Maria_de_Liguori

A mí esta página de Escrupulosos anónimos me ha ayudado bastante, porque yo sufro de escrúpulos. Y también tengo un poco de TOC desde hace unos cuantos años. Por ejemplo el comprobar muchísimas veces si una puerta está cerrada, si me he dejado las cosas bien, si he puesto todos los documentos que tenía que poner en un sobre para enviar por correo... un rollo. Lo compruebo todo muchas veces y casi nunca me doy por satisfecho.

Así que cuando tengo algún escrúpulo referente a mis confesiones pienso que es por el TOC, no porque no me haya confesado bien.
24/04/13 11:05 PM
  
Juan Bautista
Hombre, tildar a alguien que padece escrúpulos de conciencia como enfermo mental me parece excesivo. Tampoco creo que la confesión sea una persecución para esta clase de personas, ni que sientan que no se les perdona nada. Como dice Luis Fernando, grandes santos ha habido con esta clase de trastorno. El sentimiento de liberación, de limpieza del alma, que se obtiene con la confesión es el mismo que para el resto de las personas, y doy fe de ello, aunque al rato vuelvan a rondar los pensamientos obsesivos. La mejor solución, aparte del necesario tratamiento para el TOC, creo que sería encontrar a un sacerdote-psicólogo, que más de uno hay.
24/04/13 11:52 PM
  
Isabel
Siempre he entendido que Lutero podría encuadrarse en una conciencia escrupulosamente obsesiva que por desgracia sólo pudo satisfacer cuando decidió que como hombre justo sólo le bastaba su fe..

Como comenta Álvaro, en "Cartas del diablo a su sobrino", de C.S.Lewis, el diablo le aconseja a su sobrino principiante cómo aprovecharse de esos escrúpulos... Por cierto, merece la pena leerlo, o mejor tenerlo en la mesilla: es un libro de muy pocas páginas, pero que puede servir para una vida entera!

Otro caso de escrupuloso de conciencia lo encontramos retratado en "El hereje" del gran Miguel Delibes. Hace una descripción tan minuciosa en los primeros capítulos que a mí personalmente me puso en guardia sobre por qué caminos no me tengo que dejar llevar (quede claro que no me refiero al de las herejías).

A veces tanto miramiento de conciencia(o de ombliguismo autojustificante) nos lleva a la inacción, a la inactividad, a dejar de hacer el bien por miedo de no acertar, y acabamos dejando que triunfe el mal. Es típico luego empezar las frases con el consabido "si hubiera/s hecho ésto o aquéllo...", recriminaciones y amarguras que van pudriendo el alma, pero de las que cuesta mucho ser consciente, y se exteriorizan de la forma "por mi culpa pasó ésto, o dejó de pasar aquéllo.." y lamentaciones varias que no tiene nada que ver con "el cristiano alegre" que debemos ser.
Atentamente,
Isabel
pd: Todo esto igual parece que es juntar churras con merinas, pues no soy psicólogo, simplemente es mi humilde percepción, que ya detecté cuando tenía quince años, en mi propia familia y que desde entonces he intentado combatir y no inculcar a mis hijos.

25/04/13 2:20 AM
  
Koko
Se me vienen ahora algunos santos que sufrieron de grandes escrúpulos; por ejemplo: Santa Teresita de Lisieux y San Ignacio de Loyola. Este último con unos escrúpulos tremendos. Puede verse en su autobiografía como logró salir de ellos.

También puede leerse sobre los escrúpulos lo que escribió Royo Marín en su obra de Teología Moral para seglares. Con indicaciones muy útiles y provechosas.

Como sostiene Tanquerey en su Compendio Teología Ascética y Mística: "el mejor, y puede decirse que el único remedio, es la obediencia plena y absoluta a un sabio director".

Es decir, que la única solución a este problema viene siendo la OBEDIENCIA CIEGA al confesor o director espiritual. Obviamente, siempre que se trate de un mal moral, y no de un desorden psíquico. Pues de lo contrario debería ir a un especialista (católico).
25/04/13 8:08 AM
  
Mas
Santa Teresita de Lisseux, por ejemplo, sufrió escrúpulos durante varios años, y no creo que se le pueda clasificar de enferma. En muchos casos, los escrúpulos son solamente una fase de purificación dentro de la vida espiritual, son hasta normales, siempre que se acaben superando, pues pueden acabar siendo un "pecado" por estar mirándose solamente a uno mismo en vez de al amor de Dios
25/04/13 8:47 AM
  
Alvaro
Dr. Sonnel:

Menos mal que cuando dice que el psicólogo católico debe ser "practicante y bien formado" no se refiere a que sea guapo y ponga inyecciones, sino a que tenga gran Fe y conocimiento de la doctrina, y la viva activamente... :-)

"Es más creo que salvo casos justificadísimo debería considerarse ocasión próxima al pecado ir -por cualquier causa- a uno que no lo sea. El mal hecho por estos es inconmensurable-"

Ahí se ha pasado: los psicólogos, como los curas o los melones, no sabes cómo son hasta que los pruebas. Así pues, salvo que vayas a un psicólogo que sea de confianza de un cura que a su vez sea de tu confianza, es bien difícil saber a priori si ese psicólogo es o no tan "fetén" como quisieras.

Un saludo.
25/04/13 8:54 AM
  
Alvaro
Eduardo Jariod:

D. Jorge menciona que, si llega un caso de escrúpulo patológico, se debe enviar a la persona a un especialista.

Confío en que no considerará que eso sean meros "consejos para sobrellevar" estos casos. Recuerde que los "curas" lo son porque se dedican a "curar" almas, incluídas las aquejadas por males más allá de los morales (para quienes buscan la ayuda especializada que sus "enfermos" necesiten).

Un saludo
25/04/13 9:13 AM
  
Alvaro
Juan Bautista:

Normal que le parezca excesivo, ya que D.Jorge no ha "tildado a alguien que padece escrúpulos de conciencia como enfermo mental". El escrupuloso es alguien que demuestra -y eso es un hecho- un exceso de celo, y eso tanto puede ser una simple confusión como una patología. En los primeros casos, el sacerdote debe formar a la persona en el control de ese excesivo celo, y en los segundos debe remitir el caso a un especialista que, por su calidad de católico, sepa entenderlo y tratarlo adecuadamente.

Por otra parte, se hace eco de lo de los escrúpulos de los grandes santos, pero temo que ello es una comparación poco afortunada por la sencilla razón de que sus escrúpulos no eran desproporcionados, dada la perfección de su fe. Es como decir que esa persona que se lava cincuenta veces al día las manos, con cinco jabonadas cada vez y refrotando nerviosamente por si alguna partícula de suciedad pudiera sobrevivir, no se excede porque los cirujanos extreman su higiene cuando van a operar.

De hecho, entiendo de algunas otras respuestas, que los escrúpulos morales no patológicos pueden entenderse, simplificando mucho, bien como crisis de cambio (limpieza necesaria) o bien como ansia de perfección mal gestionada (que se resuelve mediante la obediencia ciega a un buen director espiritual).

Un saludo.
25/04/13 9:16 AM
  
second at
Yo no sé hasta el punto qué es bueno hablar de las confesiones de las personas. Nunca me gustó oir hablar a ningún sacerdote de este tema, pero entiendo que hace bien a estos casos enfermizos, que desde luego necesitan ayuda, quizás haya que preguntarse una cosa previa, ¿cómo ha llegado a esa situación esa persona?. Estoy completamente de acuerdo, lo mejor es un buen profesional, pero ni siquiera de los profesionales católicos me fiaría mucho.

En alguna ocasión he escuchado hablar algún sacerdote de lo que le ha dicho alguien (anónimo) en la confesión, sinceramente, no me parece muy respetuoso y favorece que la gente no confiese; pero ese es otro tema.
25/04/13 9:59 AM
  
DavidQ
@second at

Reconozco que yo también me pongo un poco nervioso cuando un cura comenta las confesiones, pero al contrario de usted, creo que más bien esos comentarios favorecen a que la gente se acerque al sacramento: mientras no se viole el sigilo -o sea, que no se sepa quién dijo qué- no hay peligro para el penitente. Y siempre he escuchado los comentarios como temas generales, no como confesiones particulares y en ese sentido creo que sí son edificantes.

Mi párroco, por ejemplo, suele comentar sobre las cosas que no son pecado que -obviamente- la gente llega a confesarle. Cosas como salirse de la Misa para atender al niño que llora, morder la Hostia o no ir a tal o cual servicio.

Creo que tomar ejemplo de lo que otras personas confiesan y cómo lo hacen nos ayuda a preparar mejor nuestras propias confesiones. Como digo, mientras no se sepa quién lo dijo, creo que los comentarios generales son más positivos que negativos.
25/04/13 8:00 PM
  
juan
Psicólogo y católico son palabras antónimas o casi. En cualquier caso es muy dificil encontrar uno, debería existir una guía para encontrarlos.
Saludos.
28/04/13 10:38 AM
  
Alvaro
juan:

No veo por qué van a ser antónimos. Por ejemplo, en gran medida "cura" es ambas cosas.

Me da la impresión de que puede vd estar identificando al psicólogo en general con el adepto a determinadas escuelas de psicología, por ejemplo la freudiana, y en tal caso sí puede suceder que sean incompatibles la catolicidad y la adscripción a escuelas de pensamiento fundamentadas en el ateísmo, la vaciedad y todo tipo de clamorosos errores conceptuales.

Es eso lo que sucede en el caso del idolatrado Freud, de quien tantos han acabado renegando en cuanto se han dado cuenta de que lo que escribió no aplicaba apenas para la mente humana en general, sino que sólo se ajustaba a su retorcido caso particular.

Un saludo.
28/04/13 12:05 PM
  
Koko
Los 10 mandamientos de los escrupulosos

1) No repetirás un pecado en una confesión cuando ha sido confesado en una confesión anterior, aún cuando haya una duda de si fue confesada o una duda de que fue confesada de una forma suficientemente adecuada y completa.
2) No confesarás pecados dudosos en una confesión, pero sólo los pecados que son claros y ciertos.
3) No repetirás tu penitencia después de la confesión o alguna de las palabras de tu penitencia porque sientes o piensas que tuviste distracciones o podrías no haber dicho las palabaras correctamente.
4) No te preocuparás de haber roto tu ayuno antes de recibir la Comunión, a no ser de que hayas puesto comida y bebida en tu boca y lo tragaste de la misma forma en que una persona lo hace cuando come una comida.
5) No dudes en mirar a ningún crucifijo a a ninguna estatua en la iglesia o en casa o en ninguna otra parte porque podrías tener malos pensamientos en tu mente e imaginación. Si estos pensamientos ocurren, no son pecado.
6) No te considerarás culpable de malos pensamientos, deseos o sentimientos, a no ser de que puedas con toda sinceridad jurar ante el todo-verdadero Dios que recuerdas claramente y con toda seguridad haber consentido a ellos.
7) No desobedecerás a tu confesor cuando te diga que nunca debes de hacer otra confesión general de pecados del pasado que ya han sido confesados.
8) Creerás y actuarás como corresponde, para que cuando sea que estés en duda de si tienes o no obligación de hacer algo o no, lo tomes por seguro que no estás bajo obligación.
9) Si, antes de que hagas u omitas algún acto, tienes duda de si es pecado o no, supondrás como cierto que no es pecado y actuarás sin ningún miedo de pecado en absoluto.
10) Pondrás toda tu confianza en Jesucristo, sabiendo que te ama como sólo Dios puede amar, y que nunca dejará que pierdas tu alma.
02/05/13 12:30 AM
  
Joaquin Gorreta
COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA


Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.

Ejemplo:

Ceder el paso a un peatón.

Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

Poner un intermitente.


Cada vez que cedes el paso a un peatón

o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


Atentamente:
Joaquin 55 años

10/07/13 6:49 PM
  
HERNÁN BENITES CONDEZO
EN ALGUNA MEDIDA, PIENSO QUE LA MAYORÍA PADECEMOS DE ESCRÚPULOS PORQUE A VECES TENEMOS PECADOS QUE PUEDEN PASAR DE VENIALES A MORTALES Y NOS ROMPEMOS LA CABEZA TRATANDO DE CONOCER DE QUÉ TIPO SON PARA CONFESARLOS. EN ESTE CASO LO MEJOR ES OMITIR DECIR LOS PECADOS DUDOSOS O EN TODO CASO INDICARLOS COMO "CREO" QUE HICE TAL COSA PARA QUE EL PADRE SE DÉ CUENTA QUE UNO ES ESCRUPULOSO Y TOMARÁ LAS MEDIDAS PARA ACONSEJAR AL PENITENTE.
07/07/15 8:26 PM
  
Lucía
No entiendo ni entenderé nunca como existen estas personas, eso para empezar, yo si tengo un problema se lo explico a alguien de mi familia u de mi confianza. Si alguien peca de pensamiento según que cosas es porque son malas personas o están enfermas psicológicamente, para eso hay muy buenos profesionales en psicología, si no, sitios donde te ayudan a que no tengas ansiedades ni que te vengan malos pensamientos de matar u otras cosas. esas enfermedades ningún ser humano ni cura ni nada se lo curará, es cuestión de centros especializados en esos temas. Me hace gracia, que hay muchísimas personas (sobre todo políticos de sectas) que hacen las cosas por avaricia, por tener mas que nadie, privilegios oro, la gula tantos y tatos pecados, pero que se van a misa a confesarse para limpiar su alma ?de que? ¿a caso deja su riqueza y vive en humildad como lo hizo su dios? o Jesús o quien sea? a quien ellos adoran y creen? NO van a que se les perdone pero ellos siguen y siguen, es mas el vaticano entero es un banco privado un paraíso fiscal, y que yo sepa no viven precisamente como ellos predican. No se con que derecho moral pueden dar consejos ni nada que se le parezca. Las personas deben dar ejemplo de todo lo que quieren inculcar al resto, deben empezar por uno mismo, y estos señores como que jamás lo hacen (solo unos pocos) sobre todo los que se van ayudar a otras personas y entregan sus vidas a ellos sin intentar meterlos en su religión comprándolos con comida o dinero. La bondad se lleva dentro no hace falta estar en religiones ninguna, ese mundo está lleno de psicópatas y de los mas peligroso por todo el planeta. (y hablo de todas las religiones) pero esta en particular que es la que mas me afecta es cínica e hipocrita al 100% ninguno cumplen con los que les enseñó los evangelios ni viven como Jesús.
15/08/15 12:53 PM
  
Lucía
Yo no creo en ninguna religión, sin embargo tengo mi conciencia bastante limpia. Porque jamás hago daño a nadie, he ayudado en países necesitados, y sigo ayudando a todos los que me necesitan, haciendo dentro de mis posibilidades todo el bien que puedo, no porque crea en dios ni en nada que se le parezca, simplemente porque soy de la especie humana que cree que la vida se lleva mejor si haces el bien y se lucha a muerte porque la gente viva en condiciones y con dignidad no de limosnas. Y creo que si los eclesiásticos quieren tener mas adeptos, deben vender el Vaticano y dedicar todo su dinero a erradicar (pero de verdad) la pobreza, pero resulta que cuantos mas pobres hay mas ricos son ellos. y son tantos miles de años comiendo del cuento, que ya es imposible hacerles ver que estamos de paso, y como ellos viven lo único que van a conseguir es el infierno, no creo que los dejen pasar (si es que existe el cielo ni el infierno) que no me creo nada. pero si existiera serían los que menos derecho tendrían a entrar en el
15/08/15 12:59 PM
  
Lucía
Y para terminar decir que NO TODOS. los hay que son buenísimos, pero porque son personas buenas de corazón y no van mirando los dinero ni el poder, ni les comen el coco a los infantes.
15/08/15 1:00 PM
  
Sebastián
Si a alguien le interesa qué son y cómo se curan los escrúpulos, según el Abate Grimes, Santos y Doctores católicos, pueden visitar el siguiente blog: https://escrupulosdeconciencia.wordpress.com/

Ave María Purísima.
10/12/15 3:58 PM
  
JOSÉ IGNACIO LESACA ESEVERRI
Yo, don Jorge, tuve ese problema de los escrúpulos. Sobre todo, en mi adolescencia. Un día, estaba yo de retiro, en C.O.U., a los diecisiete años, y me confesé bien. Pero ese mismo día, o al siguiente, no recuerdo, volví a ir a confesarme, por escrúpulos. Entonces el sacerdote, que ya veía de qué pie cojeaba yo, me dijo lo siguiente: "¿Tú podrías jurar por Dios, ahora mismo, aquí, que has cometido un pecado mortal? ¿Si o no?". Yo, sorprendido, vacilé. "¡Hombre, tanto como poner a Dios por testigo, yo no me atrevería..." Etc. etc. Y, como él insistía en su pregunta, tuve que reconocer que no: que yo no estaba seguro de haber pecado gravemente, no hasta el punto de poder jurarlo por Dios. O sea, que todo era cosa de escrúpulos. Entonces él se negó a recibirme en confesión, porque yo no tenía conciencia de pecado grave. Y yo continué el curso de retiro con más paz y tranquilidad. Pienso que aquel episodio fue el comienzo de mi curación de esa enfermedad de los escrúpulos, que tanto le gusta producir al diablo en algunas almas. Un saludo cordial.
12/03/16 10:51 PM
  
Ab Abcde
La confesión produce TOC. Y punto.
24/07/16 4:26 PM
  
fghi
Abcd, asi es, doy fe. Es destructiva (no solo la confesion sino todo el proceso) para la inmensa mayoria de personas, se tenga o no fe.
17/08/18 3:59 AM

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