Küng, Fellay: los extremos se tocan
En la Iglesia y en sus aledaños (porque habría que analizar exactamente donde se sitúan el uno y el otro), hay personajes curiosos, llamativos, de esos que parten raya y a los que no es fácil tomar en serio. Dos han reaparecido ayer mismo en los medios de comunicación. Los dos con la misma pregunta: oigan, que como ha cambiado el papa, que digo yo que qué hay de lo mío.
Los dos personajes a los que aludo hoy andan fuera de tiesto, aunque bien es verdad que por bordes contrapuestos.
Por un lado, Küng. Hacía tiempo que no sabíamos de él. Pero vaya, ha cambiado el papa y tiene la osadía de anunciar que su “rehabilitación” como teólogo y en el ministerio sacerdotal por el papa Francisco sería nada menos que “una señal para muchos”. Tócate los pies, tía Pascuala.
Benedicto XVI tuvo con Küng todos los miramientos posibles. Hasta invitarle a un encuentro personal. Pero el amigo decidió tirar por la calle de en medio, sostenella y no enmendalla. No es fácil entenderte con alguien que ha decidido de antemano hacer y enseñar lo que le viene en gana haciéndolo pasar por teología católica. Al papa no le quedó más remedio que retirarle el permiso para ejercer el sacerdocio y enseñar teología católica.
Pues ahora nos viene Küng, a sus 85 años de edad, diciendo que su rehabilitación sería un signo para muchos. A mí me parece directamente que chochea. ¿Tan importante se cree, que pretende convertir su caso –que no es nada, uno más entre tantos- en señal de lo que debe ser un papado? A mí que la edad le juega malas pasadas. ¿O es que se piensa que en un caso tan sonado el papa Francisco no va a tener otra ocurrencia que llevar la contraria a Benedicto XVI y más aún cuando aún vive? O es la edad, o anda fumando cosas raras.
¿Y qué me dicen de Fellay? Otro que andaba “missing” hacía tiempo, y que en prueba de catolicidad y buenos deseos se descuelga diciendo que estamos exactamente igual que en 1970. Pues me da que no, que ellos están bastante peor. Porque por parte de la iglesia católica se ha movido ficha y se han hecho signos para propiciar y facilitar su vuelta a la iglesia que libremente abandonaron cuando ordenaron obispos de forma ilícita. Hasta se les ofreció una prelatura, amén de facilitarles, y facilitar a toda la iglesia, la liturgia según el vetus ordo.
Fellay se queja de que se les pide NADA MENOS que «la aceptación del total del Concilio Vaticano II y de la misa de Pablo VI». Hombre claro, los concilios ecuménicos se admiten todos y lo mismo decir de la misa según el novus ordo. Pues nada, que estamos igual, y que no ceden. Pues ellos se lo pierden.
Por un lado y por el otro al final siempre aparece el yo dictando sentencia. Y cuando uno decide no obedecer más que lo que le viene en gana mal andamos. Así que me temo Küng y Fellay que aquí no hay más cera que la que arde, que ustedes han decidido enrocarse en sus posiciones, sostenella, no enmendalla, mantenerse en sus trece y antes muerta que sencilla. Pues con su pan se lo coman.
¿Están dispuestos a obedecer a la Iglesia? ¿No? Pues no hay más que hablar. Fue un placer y que les vaya bonito.
67 comentarios
Lo de que estamos igual que en los 70 no es una idea original del obispo lefebvriano. Eso lo dijo Mons. Augustine Di Noia, vicepresidente de la Comisión Ecclesia Dei a los miembros de la Fraternidad San Pío X a fines del año pasado. Lo que Fellay hace ahora es confirmar ese hecho. Y, como bien dice el P. Jorge, cuando hay un cisma reciente de por medio, si no se avanza se retrocede.
También la Fraternidad movió ficha y muy dolorosas, como fue la expulsión de Willianson y otros sacerdotes que se les fueron por mor de los encuentros. El mismo Fellay dijo que quería ser obispo católico. Pero querían entrar a mangonear y que aceptaran lo que es inaceptable para ellos, como lo son para los Ortodoxos, a los que les dan iglesias en Madrid y tampoco aceptan varios concilios, el VatII entre ellos
No es ninguna justificación de la actitud cismática de la FSSPX, pero es un hecho que, como sostiene además el P. Iraburu en su primer post sobre los filo-lefebvrianos, me siento mucho más cerca de Fellay que de Küng.
Del Kung ese ni me molesto en decir nada.
pregunta de ignorante ¿es correcto llamar a ese sacerdote Monseñor? lo digo porque creo que no lo es pues no es un obispo reconocido ¿o si?
a esta historai se la podría muy bien titular "orgullo y prejuicio"
Me parece injusta la comparación, lo que sucede es que F. y seguidores sirven de incómodo pretexto para los fausitas, bastantoides y caramitas.
Siendo hijos desobedientes, unos al final hacen casi todo lo que el Padre les manda; los otros siguen de lo que yo llamo "botellón teológico".
Miguel Ángel, lo de que la FSSPX no pertenece a la Iglesia católica lo dice usted, no la Santa Sede. Así pues -¡qué curioso!- está usted posicionándose en contra de Roma. ¡Desobediente!
- - - - -
Jorge:
¿Pero aceptan el Vaticano II o no?
Ya la destrucción de los cimientos doctrinales que hace el progresismo es un mal inmenso; si en vez de arremangarnos y luchar coco a codo, nos ponemos a condenar desde la butaca como hacen estos "puros" para "no contaminarse", entonces estamos orillando la perversidad.
Para cualquiera revestido con sólo sentido común y el ABC del catecismo, Küng repele. Pero la contestación lefebrista (que contrapone dialécticamente la Iglesia del pasado con la actual) es muy atractiva, especialmente para los neoconversos o los no practicantes retornados. Por eso el lefebrismo es un obstáculo para la tan necesaria Nueva Evangelización.
Y ello a pesar de que sus seminarios se llenen (de lo cual no se cansan de pavonearse). Porque ellos no llenan sus seminarios con sacerdotes para la Iglesia sino para el lefebrismo, a los que confirman en su rechazo a obedecer a los obispos legítimos.
Finalmente -y lo voy a decir con todas las letras- una organización que obedece más a un miembro de esa misma organización que al Papa, merece propiamente el nombre de "secta".
Estoy convencido que si no se los trata como tal, es por causa de la extrema debilidad institucional de la Iglesia, que ellos contribuyen a acentuar.
Seguro que en cosas menos importantes, pero para Dios todo es importante. Que si no es nuestro puesto en la mesa, es nuestro sillón favorito en la sala, el estacionamiento con sombra o el puesto en la fila.
Habría que tomar ejemplo de lo que decimos que estos famosos y pensar que quizás podemos ceder un poquito en las negociaciones que participamos, por el bien de la paz. Darnos cuenta del esfuerzo que el otro hace por ceder y dar un poquito el brazo a torcer, que no es vergüenza reconocer que estábamos equivocados o al menos, que quizás el otro lleva su poquito de razón y no está mal ver las cosas desde su punto de vista.
Sobre ambos casos, sin embargo, se deslizan opiniones que suponen dos cosas: o que se posee el don de la cardiognosia (para penetrar en el fuero interno y juzgar con certeza) o que se ha inventado un catolicómetro que permite determinar quiénes están dentro y quiénes fuera de la Iglesia.
Lo cierto es que mal que les pese a los "puritanos eclesiales" los pecadores también son miembros de la Iglesia. Incluso un excomulgado en el fuero externo podría seguir siendo miembro de la Iglesia si no hubiera cometido un verdadero pecado de infidelidad (cfr. Sauras, E. El Cuerpo Místico, ed. BAC).
Lo dicho respecto de los excomulgados vale con más razón para los suspensos. La suspensión no es una pena que ponga a alguien fuera de la Iglesia ni su levantamiento reintroduce en ella. "Se podría definir la suspensión como la pena medicinal o censura que impide al clérigo el ejercicio ordinario de la potestad de orden". (Cfr. http://www.iuscanonicum.org/index.php/derecho-penal/delitos-y-penas-en-particular/277-la-pena-canonica-de-suspension-de-los-clerigos.html)
Entiéndase de una buena vez que el Derecho Canónico no es una máquina de expulsar heterodoxos de la Iglesia. Y que la suspensión -total o parcial- no tiene ese efecto siquiera respecto de la communio jurídica y no prejuzga sobre la comunión mística.
Si la autoridad eclesiástica declarase otra cosa en ambos casos, habría que modificar las opiniones.
Saludos.
Por cierto, quien manda en la Iglesia es el Papa, y no los sedevacantistas como Fellay, y ud., si los sigue.
Acepto yo el V-2? Sí, claro, como doctrina falible.
El problema es q tras haber leído a Koch me quedo con la impresión de que el va más allá, y considera al V2 doctrina errógena, muy malsonante neologismo q me acabo de inventar y que significa: conducente al error.
Dicho lo cual, nadie duda que la catolicidad de Fellay es imperfecta como lo es la de mi parroquia, mi diócesis, mi obispo... Y tampoco me cabe duda q la FSSPX esas católica que mi parroquia , mi diócesis y mi obispo.
1. No todo heterodoxo es hereje ni todo desobediente es cismático:
"Se aparta uno de la unidad de la Iglesia, ab Ecclesiae unitate deficere, por la herejía, y no por un error de menor gravedad; del mismo modo que se deja de estar en comunión con la Iglesia por el cisma, y no por disensiones menos radicales." (THILS, G., La infalibilidad pontificia, Sal Terrae, Santander, 1972. Ps. 310-313)
2. No todo pecador está fuera de la Iglesia, ni tampoco todo excomulgado:
"Periódicamente se ha suscitado la cuestión de quiénes pertenecen a la Iglesia, y no han faltado soluciones que pudiéramos llamar rigoristas o puritanas, que excluyen de ella a los pecadores, soluciones que siempre han sido condenadas. Es, pues, cierto, que pertenecen a ella...
Los excomulgados que están en verdadero pecado mortal, caso de no ser pecado de infidelidad, están conectados con Cristo mediante la fe, y, si se ponen en trance de conversión, pueden conectarse también con la esperanza informe, con el amor inicial de Dios y el dolor de atrición. Todo esto son principios sobrenaturales que producen en él una vida sobrenatural lánguida, insuficiente para justificar, pero vida al fin.
Puede darse el caso incluso de que los excomulgados estén más unidos a Cristo que los pecadores; puede ser que se le unan en caridad. Sucedería esto cuando la excomunión se impusiera por un delito grave, probado en el foro externo, pero inexistente en el foro interno. La Iglesia está sujeta a fallo en estos asuntos externos, y se da la posibilidad de que excomulgue a un inocente" (SAURAS, E. El Cuerpo Místico de Cristo. BAC, Madrid, p. 618 y ss.)
Saludos.
Tanto me da el uno como el otro.
El caso es que la cuestión de la aceptación de la doctrina falible del V-2 va pareja a la solicitud de una interpretación autorizada del mismo, no solamente en el ambiente Tradicional sino también en otros. Y cada vez más.
Pero reformulo la pregunta: acepta el cardenal Kasper el Vaticano II?
O lo acepta Rouco Varela acaso? Porque el estado de la Liturgia en la diócesis rouquiana es un escándalo y negación de la Sacrosanctm Concilium y de la Ordenación General del Misal Romano, dicho sea de paso.
Acepta González Montes el Vaticano II? Recuerdese que siendo obispo de Ávila en el 2000 difundió la noción, o permitió su difusión, de que la "cristificacion" de Jesús era algo de la época apostolica y no del "Jesús histórico".
A qué juegan ustedes, señores?
-"SI" contestó Marcel."y se pone contra Cristo el que no lo hace."
Porque no nos engañemos, el segundo concilio del Vaticano, NO DEFINIÓ NADA.(1) y si era pastoral, y solamente sirvió para que los modernistas se relamieran de felicidad y amasaran su propia teología "ambigua" fundamentada en los textos y el bendito "Espíritu del Concilio" y se fabricaran una Fe falsificada, entonces:
"¿Están dispuestos a obedecer(creer) a la Iglesia? ¿No? Pues no hay más que hablar. Fue un placer y que les vaya bonito."
-Aceptar el Concilio no es nada, y es todo.
"LEX NUBIA, LEX NULLA"
Acepte algo suficientemente ambiguo para que le puedan decir que algo es infinitamente bueno, y en el parrafo siguiente, se lo desautorizan;Voilá! ahi tiene el Concilio!
-¿Qué hay de nuevo e imprescindible en el CV2?, Absolutamente nada. ; pues hombre, Borrelón!, Anulelón!, da lo mismo!
Hacer un QUID insalvable de algo que NO ES UN DOGMA, es poner el acento en la aceptación de LO HUMANO, y no en LO DIVINO.
Y Hans no es el mas peligroso.
Léase un libro de Carlo Cardenal Martini, y vaya a la misa del Christoph Cardenal Schönborn.
Si sigue con Fe Católica, como mínimo se va a tener que bañar con agua helada y hacer gárgaras con agua bendita durante 1 mes.
Eso es "aceptar" el CV2...es la nada!
«18 Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora.
19 Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros.»
1era San Juan,cap.2
Mas claro, agréguele unas cuantas gotas de La Salette, unas migajas de Fatima, y algunos miligramos de Garabandal, sazonado con las visiones proféticas de San Pio de Pietralcina.
Y si no me cree, hágame caso en esto nomás, consejo de amigo, rece mucho el Rosario, la Madre lo va a llevar siempre a buen puerto.
Dios lo bendiga!
pd..Fellay no es hereje,ni cismático materialmente, pues se le removió la excomunión que pesaba sobre los 4 obispos ordenados sin orden expresa del Papa.
Hay un tema con esas excom. que serían nulas canónicamente si la ley suprema de la Iglesia es la salvación de las almas, y , seguir el camino ordinario hubiera dificultado fatalmente dicha ley, se contempla la figura jurídica de "estado de necesidad" que suprime los pasos ordinarios para conseguir algo, si y solo si, es por la Ley Máxima.
(1)ver Romano Amerio, IOTA UNUM.-y el comentario del amigo Javier
Juan Pablo II definió al movimiento lefebvrista como CISMA, con todas sus letras. ¿Quieren ellos la reconciliación? Empiecen aceptando la verdad.
Es como cuando un esposo es infiel a la señora. Se descubre la mentira y hay ruptura. Para que haya reconciliación verdadera él tendrá que reconocer su error. Si no entonces no hay deseo real de enmienda.
Amigos lefebvristas: reconozcan su error, sean humildes; así se gana el Cielo.
El mes pasado se filtró la Declaración doctrinal de 15 de abril de 2012 realizada por Fellay y que hizo albergar a la Santa Sede bastantes esperanzas. La citada declaración empezaba así:
“ I
Nosotros prometemos ser siempre fieles a la Iglesia Católica y al Pontífice romano, su Pastor supremo, Vicario de Cristo, sucesor de Pedro y jefe del Cuerpo de los obispos.
II
Nosotros declaramos aceptar las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia en materia de fe y de moral, dándole a cada afirmación doctrinal el grado de adhesión requerido, según la doctrina contenida en el n° 25 de la Constitución dogmática Lumen Gentium del Concilio Vaticano II “
Yo pienso que una posible solución para desbloquear las negociaciones estaría en llegar a una declaración de mínimos, que podría ser perfectamente el Protocolo Ratzinger-Lefebvre de 1988, en la que el Arzobispo se comprometió a lo siguiente:
Yo, Marcel Lefebvre, arzobispo-obispo emérito de Tulle, junto con los miembros de la Sociedad Sacerdotal de San Pío X, que fundé:
1. Nos comprometemos a ser siempre fieles a la Iglesia Católica y al Romano Pontífice, su Pastor Supremo, el vicario de Cristo, el sucesor del bienaventurado Pedro en el primado y la cabeza del cuerpo de los obispos.
2. Declaramos que aceptaremos la doctrina contenida en el número 25 de la constitución dogmática del Concilio Vaticano II, “Lumen Gentium”, respecto al magisterio eclesiástico y la adhesión que al mismo debemos.
3. En cuanto a ciertos puntos enseñados por el Concilio Vaticano II, respecto de las posteriores reformas de la liturgia y las leyes que parecen difíciles de conciliar con la tradición, nos comprometemos a una actitud positiva de estudio y de comunicación con la Sede Apostólica, evitando toda polémica. “
4. Declaramos, además, que vamos a reconocer la validez del sacrificio de la Misa y de los sacramentos celebrados con la intención de hacer lo que hace la Iglesia y de acuerdo con los ritos en las ediciones típicas del misal y los rituales de los sacramentos, promulgada por los Papas Pablo VI y Juan Pablo II.
5. Por último, nos comprometemos a respetar la disciplina común de la Iglesia y las leyes eclesiásticas, particularmente las contenidas en elCódigo de Derecho Canónico promulgado por el Papa Juan Pablo II, a excepción de la disciplina especial concedida a la Fraternidad por ley particular.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
Ser pecador es cometer errores aceptando que son errores.
Ser hereje es cometer errores creyendo que son aciertos.
Los pecadores podemos ser católicos, no importando qué tan graves sean nuestros errores.
Los herejes no pueden ser católicos, no importando qué tan leves sean sus herejías.
---
Nestor, es muy respetable su opinión. Sin embargo el Código de Derecho Canónico no dice exactamente eso. De los Cánones 750.1 y 752 se deriva que un bautizado no es católico (por incurrir en herejía) si niega alguna verdad de fe contenida en el «depositum fidei» propuesto por el Magisterio como revelado por Dios:
Canon 750.1 Se ha de creer con fe divina y católica todo aquello que se contiene en la palabra de Dios escrita o transmitida por tradición, es decir, en el único depósito de la fe encomendado a la Iglesia, y que además es propuesto como revelado por Dios, ya sea por el magisterio solemne de la Iglesia, ya por su magisterio ordinario y universal, que se manifiesta en la común adhesión de los fieles bajo la guía del sagrado magisterio; por tanto, todos están obligados a evitar cualquier doctrina contraria.
(…)
Canon 751 Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos.
Por ahí lo aceptan. Creo.
Me parece, sin embargo, que el problema esta en el valor que le atribuyen. Para ellos no es más que "una homilía de los años sesenta" (Fellay) y creo q es una postura bastante sana ésta: barre de un plumazo traumas y problemas.
Y desde el punto de vista coloquial, el lefebvrianismo ha sido, es, y me temo que será, un cisma.
Sin embargo, me parece mucho más peligroso el cisma creado por los heterodoxos liberales que campan a sus anchas por la Iglesia sin que prácticamente nadie haga algo efectivo para ponerles en su sitio.
En ese sentido, es comprensible que el lefebvriano medio se sienta discriminado respecto a toda esa chusma que representan los Küng, Boff, Masiá, Forcades, etc. Porque incluso el lefebvriano más cercano al sedevacantismo, es más católico que todos ellos.
Pero claro, si comenzamos a emplear términos técnicos como sí fueran coloquiales, la única posibilidad viable es que estemos contando chistes.
Ah, vaya, usted se reafirma... pero hay un pequeño problema: eso que usted dijo de que la FSSPX no es católica no es lo que sostiene la Santa Sede, y puesto que usted se está posicionando en contra de lo que establece Roma, usted es un desobediente.
Contésteme una pregunta: los obispos, arzobispos y cardenales (e insisto, entre ellos, Bergoglio) que en sus diócesis impedían e impiden la aplicación del Motu Propio Summorum Pontificum, desobedeciendo -por lo tanto- lo dispuesto por el Papa Benedicto XVI, ¿están realmente en comunión con Roma?
Si la respuesta es que no, la situación es alarmante. Y si la respuesta es que sí, entonces tiene usted un problema grave, y es que estaría reconociendo tácitamente que se puede estar en comunión con Roma sin acatar todo lo que viene de Roma.
Por último, hay que ser muy ignorante (o muy mentiroso) para decir que la FSSPX es sedevacantista.
Según la Nota doctrinal ilustrativa de la fórmula conclusiva de la Professio fidei de la Congregación para la Doctrina de la Fe, esas doctrinas son verdades que han sido propuestas por la Iglesia de modo definitivo aunque no hayan sido declaradas por el Magisterio de la Iglesia como formalmente reveladas (segundo apartado de la Professio fidei). Son verdades relacionadas con la revelación por necesidad histórica, que deben ser tenidas en modo definitivo, pero que no pueden ser declaradas como divinamente reveladas.
Quién las negara, asumiría la posición de rechazo de la verdad de la doctrina católica y por lo tanto no estaría en plena comunión con la Iglesia católica.
Pero pienso que no es la situación doctrinal de la FSSPX.
Contaré una anécdota para establecer un símil. Santo Tomás de Aquino tuvo una gran y merecida reputación de excelente teólogo en vida. Era muy bien considerado como hombre santo y sabio. Pues bien, en una ocasión alguien le preguntó al Doctor Angélico lo siguiente: "Fray Tomás, ¿hay algo realmente que usted no comprenda?" A lo que el Aquinate contestó, dejando impactado a su interlocutor: "Sí, hay algo..." "¿Qué es?" Y respondió el santo: "Que un ser humano pueda irse a dormir en pecado mortal". - Bien, valga la comparación: yo no puedo entender que haya personas que se llamen y consideren cristianos, como los Küng y los Fellay, y vivan en constante y abierta rebeldía contra la Iglesia Católica, apartándose de su Magisterio (en las múltiples formas que hay de hacer esto) o no aceptando sus Concilios. No lo puedo comprender, aun a sabiendas de que fuera de la Iglesia no hay salvación. Claro que lo que ocurre es que estos herejes no creen en la Iglesia, se saltan por la cara esta parte del Credo. Rechazar a la Iglesia, como nos recuerda San Agustín, es rechazar a Cristo.
Ellos llevan a gala que no asumen el Concilio Vaticano II y la Iglesia afirma que el Concilio no cambió en nada la Doctrina y el Magisterio precedente. Bueno, pues que alguien explique qué carajo pasa para que sea tan difícil ponerse de acuerdo si, supuestamente, se defiende lo mismo.
El problema es grave porque en el fondo denota una falta de claridad desquiciante. Un concilio pastoral, pero con constituciones dogmáticas; un concilio que sólo pretendía actualizar el lenguaje de la Iglesia para anunciar el Evangelio, pero que obliga a ser asumido como si definiera veradedes de fe o condenara errores contra la misma... y unos que dicen defender la Tradición, pero que desobedecen al Papa en materia disciplinar. Pues muy bien.
A mi, simple fiel, el Concilio me toca un pie. No lo necesito para el día a día. Tanta palabrería, tanto nombre rimbombante, primero con la primavera de la Iglesia, luego con la Nueva Evangelización, y mientras la mitad del clero europeo es rebelde, el común de los mortales en occidente cada día desprecia más a Dios y su Iglesia, y va creciendo la masa de católicos que califican como radical a quienes defienden la Doctrina íntegra... No veo por ningún lado la primavera, ni la nueva evangelización, sólo veo otoño y apostasía.
En Roma no se aclara y los lefebfrianos se han acostumbrado a la desobediencia. Así parece imposible encauzar la situación.
Ahora, yo creo que puesto que Su Santidad Benedicto XVI les tendió una mano a los lefevristas, ellos deberían responder con humildad y corresponderle, porque pueden seguir celebrando la misa tridentina tradicional y eso les debería bastar, aunque haya cosas que les escandalicen como nos escandalizan a muchos católicos. Por amor a Jesús Nuestro Salvador deberían ceder y someterse a ese sacrificio de humildad.
Nuestra Señora de las Rosas: "Pastores aquéllos que tienen a su cuidado Nuestras ovejas, tienen ahora que detener esos cambios que buscais en la innovación, porque estáis destruyendo Nuestras ovejas" "Os repito hija mía , hijos míos , el gran ll Concilio del Vaticano en Roma, las promesas fueron grandes pero satanás estuvo presente entre vosotros y él les jugó como piezas de ajedrez"
Por eso nunca me he acercado por allí, a pesar de ser consciente de que tienen mejor doctrina, mejor liturgia y menos medias tintas y bobadas que el promedio de la diócesis de Madrid.
Pues yo tengo en común con usted la misma dirección pero distinto sentido. El elemento que nos diferencia es el matiz a partir del cual usted nunca "se ha acercado por allí" mientras que yo "me he instalado allí", toda vez que he quedado empachado de lo que usted llama "medias tintas y bobadas" de la diócesis de Madrid.
La clave está en el elemento diferenciador antes citado: lo que aquí se llama soberbia, terquedad, arrogancia, prepotencia,etc, yo lo llamo FIDELIDAD, RESISTENCIA AL ERROR Y AMOR A LA SANTA IGLESIA DE DIOS.
Tengo mucha relación con el Seminario de San Dámaso, con dos con parroquias muy famosas (de donde procedo),y con varios conventos, y le puedo asegurar que jamás había conocido a unos sacerdotes tan buenos como los de la Fraternidad San Pío X.Doctrinalmente y litúrgicamente a años luz de cualquier sacerdote diocesano o de movimientos de Madrid. Ah, eso si: suspendidos a divinis y con una asignación 6 veces menor a la de un sacerdote diocesano. Para que vea.
Vamos a ver: si el Concilio Vaticano II no contradice nada del Magisterio anterior de la Iglesia, si el Concilio Vaticano II no introduce ninguna novedad sustancial (perspectiva neocón) entonces, desde mi ignorancia, me pregunto: ¿qué problema hay en no reconocerlo? Al no haber -supuestamente- modificaciones sustanciales, no parece que sea excesivamente grave el no reconocimiento.
Y si consideramos que el Concilio Vaticano II sí introduce diferencias sustanciales que pueden entrar en contradicción con el Magisterio anterior de la Iglesia, entonces es primordial resolver esa cuestión y clarificar los conceptos antes de sumarse a una adhesión irreflexiva. Tengo entendido que ésta es la postura de la FSSPX, y -sinceramente- me parece un posicionamiento irreprochable. Incluso el cardenal Kasper muy recientemente ha admitido que los textos del Concilio Vaticano II son ambiguos en muchos casos. Resolvamos, por lo tanto, esa ambigüedad.
Por último, veo que nadie se anima a contestar a la pregunta de mis comentarios anteriores, que reproduzco de nuevo:
¿Hemos de considerar en comunión con Roma a los obispos, arzobispos y cardenales (incluido un tal Jorge María Bergoglio, a lo mejor les suena) que, en sus respectivas diócesis, ponían trabas o directamente impedían la aplicación del Motu Proprio Summorum Pontificum? ¿Puede considerarse en comunión con Roma a un eclesiástico que desobedece lo prescrito por el Papa?
"En muchos lugares, [los padres conciliares] tenía que encontrar fórmulas de compromiso, en las cuales, a menudo, las posiciones de la mayoría están ubicadas justo al lado de las de la minoría, diseñadas para delimitarlas. Por lo tanto, los mismos textos conciliares tienen un enorme potencial de conflicto, abren la puerta a una recepción selectiva en cualquier dirección. (Cardenal Walter Kasper, L’Osservatore Romano, 12 de abril de 2013)"
Esta claro lo que dices. Efectivamente, en las diócesis en las que hay capillas de la FSSPX, en las diócesis en las que hay curas lefevrianos, hay un bastión de catolicidad, de sana doctrina, de fomento de la asiduidad sacramental (nunca en mi parroquia he oído hablar, por ejemplo, de la necesidad de la confesión).
Nadie duda que donde están ellos hay catolicidad absoluta, ortodoxia meridianamente clara, celo por las almas, rica predicación, devoción para litúrgica, debida solemnidad litúrgica, frutos de conversión, labor continua de predicación, valentía, vocaciones, amor a Cristo y, en fin, Gracia de Dios.
No hay cosa buena de mi parroquia o de otras que no me haga pensar: "nos vamos pareciendo a los lefevrianos", que son la parte más sana y fiable de la Iglesia Católica en estos tiempos de tribulación.
Pero... el orden canónico es el orden canónico. Yo personalmente creo que manteniéndose uno alejado de los lefevrianos esta obedeciendo a los hombres antes que a Dios, pero no se nos olvide que Dios ha conferido autoridad a sus ministros, y que de esa autoridad delegada, circunstancial, falible, emana el derecho canónico, que hemos de acatar todos.
Y sí, ir a Misa en Madrid, a cualquier sitio diocesano, es de masoquistas. Sí. Pero masoquista seguiré mientras haya un dilema canónico de por medio.
De acuerdo en el grueso de sus afirmaciones. Salvo en una, claro. Quizás usted y yo, junto con algún otro comentarista, converjamos mucho más que el otro grupo de opiniones, en caso de que las agrupáramos en dos.
Entiendo sus escrúpulos con respecto al Derecho Canónico, pero si cogemos como referencia a la Tradición con respecto al Derecho Canónico, estos dos conceptos están en dos planos diferentes y subordinados, el segundo al primero, por ser el primero (Tradición) una de las tres patas de la Iglesia fundada por Nuestro Señor. Y dado que ha habido una ruptura en la Tradición, en vano disimulada por un concepto nuevo (el de las hermenéuticas en sus dos variantes) que no viene recogido en la propia Tradición, tenemos lo que tenemos: un desbarajuste monumental. Pero ojo, sin dejar de reconocer, por pertenecer a Ella en estricta y continuada fidelidad, la promesa de Nuestro Señor en Mt 16,18-19: "Las puertas del infierno no prevalecerán". Sin añadir ni un punto ni una coma con respecto a la enseñanza inmutable de más de 1900 años.
Un cordial saludo.
Está usted muy desinformado, especialmente en lo que concierne a Bergoglio en Buenos Aires (de Rouco no he dicho absolutamente nada). Infórmese adecuadamente, y comprobará que no se trata de ninguna calumnia. La desobediencia en su caso es manifiesta, y por desgracia no ha sido el único. Son muchos los obispos que han torpedeado en sus diócesis el Motu Proprio Summorum Pontificum, en clara rebeldía con lo prescrito por el Papa Benedicto XVI. Cabe preguntarse, por lo tanto, ¿están esos obispos desobedientes en comunión con Roma? A ver si alguien se anima y me responde.
..........................
Quizá tienes buena parte de razón. Por mi parte reconozco que mi aversión a los lefes es cuestión de olfato, el mismo que me hace desconfiar de kikos-prelaturas-y demás-salvapatrias que se creen que pueden desobedecer a su libre albedrío porque el porvenir de la Iglesia depende de ellos. Ya digo, es una cuestión de actitud lo que me hace calificarlos así, a ellos y a otros. Los hay peores, sin duda, pero a veces la actitud dice tanto que yo salgo corriendo. Donde haya una simple parroquia con un Sagrario me conformo para ver al Salvador.
---
Sí, la Fsspx tuvo un gesto público de gratitud a Benedicto XVI en el comunicado oficial de Menzingen de 11 febrero 2013:
"La Fraternidad San Pío X se enteró de la repentina noticia de la renuncia del Papa Benedicto XVI, que se hará efectiva la noche del 28 de febrero de 2013. Pese a las divergencias doctrinales manifestadas nuevamente con ocasión de las discusiones teológicas mantenidas entre los años 2009 y 2011, la Fraternidad San Pío X no olvida que el Santo Padre tuvo el valor de recordar que la misa tradicional nunca había sido abrogada y de suprimir los efectos de las sanciones canónicas aplicadas a sus obispos después de las consagraciones de 1988. Ella no ignora la oposición que estas decisiones suscitaron, obligando al Papa a justificarse ante los obispos del mundo entero. Le expresa su gratitud por la fortaleza y la constancia que manifestó a su respecto en medio de circunstancias tan difíciles y le asegura sus oraciones por el tiempo que él desea a partir de ahora dedicar al recogimiento.
Siguiendo a su fundador, Mons. Marcel Lefebvre, la Fraternidad San Pío X reafirma su apego a la Roma eterna, Madre y Maestra de Verdad, y a la Sede de Pedro. Reafirma su deseo de aportar su contribución, en la medida de sus medios, para resolver la grave crisis que sacude a la Iglesia. Eleva sus oraciones para que bajo la inspiración del Espíritu Santo los cardenales del próximo cónclave elijan al Papa que, según la voluntad de Dios, lleve a cabo la restauración de todas las cosas en Cristo (Ef. 1, 10)".
Curioso que hablen de las tres patas de la Iglesia y olviden que el Magisterio es una de ellas. Además, B-16 ha insistido cientos de veces en la hermenéutica de la continuidad; en interpretar el Concilio a la luz de la Tradición. Si hay ambigüedades, se irán puliendo con el tiempo.
Y ojo con el llamado "espíritu del Concilio" que le gusta tanto a Küng y compañía. La letra no tiene nada que ver con eso y esa manipulación ha sido bien aprovechada por los lefebvrianos.
Nadie ha puesto en duda su unción y solemnidad para celebrar, como lo hacen muchos sacerdotes católicos. Si hace falta reforma de costumbres, dar ejemplo de obediencia puede ser buen punto de partida. Y si no 'entienden' algún documento del CVII, estudio y oración a Dios para entrar en ello.
Si no hay problemas doctrinales en el CVII, ¿qué motivo hay para rechazarlo? Una cosa es que defina dogmáticamente y otra cosa es que defina otra serie de puntos que, como no me gustan, no acepto.
Puedo no participar de la espiritualidad de las "Hijas de Santa Ursulina de Moscú", pero si Roma me dice que es válida, punto final a la cuestión
El derecho canónico, aunque falible es vinculante.
Y los obispos y sacerdotes de la SSPX, con su vigorosa catolicidad y fidelidad, están suspendidos. Es decir: no pueden ejercer su ministerio de manera ordinaria.
No parece que esa suspensión haya sido injusta, sino ajustada al derecho (hasta dónde yo sé, que no es mucho).
En caso de duda: prudencia.
No se puede predicar a los demás lo que uno no cumple.
La infidelidad litúrgica es omnipresente: en todas y cada una de las celebraciones. A lo mejor se libran los oratoria os ingleses. Pero casi nadie más.
No hay dos misas iguales. El Proprium Missae esta abolido de facto. CAda cual campa por sus fueros. Todos habrán de dar cuentas de haber ocultado, en vez de mostrado, el Rostro de Dios en la Liturgia.
Pero amigos: la reforma liturgia no se inventó por nada, sino ir perseguía esto.
Los mismos que piden humildad a los lefevrianos, a la parte más sana de la Iglesia Católica, deberían mirar y aprender de ellos. Ellos no inventan, acatan. Y no sólo acatan, viven de lo que celebran y de como lo celebran, vivificando así al mundo en e Sacrificio único y santo.
¿Qué es lo que debe examinar un fiel católico antes de aceptar un Concilio Ecuménico propuesto como tal por el Magisterio de la Iglesia? Nada, obviamente.
¿No hay error doctrinal implícito en este asunto? Pensemos en esto: ¿puede la Iglesia equivocarse en declarar solemnemente como Concilio Ecuménico algo que no lo es? ¿No queda comprometida ahí la doctrina de la asistencia del Espíritu Santo a la Iglesia?
Si los Papas y Obispos de todo el mundo se han equivocado con el Vaticano II ¿hay más garantías de que Fellay y cía, cuya existencia ciertamente no conoceríamos si no fuera por todo este problema, no se equivocan en su postura?
¿En qué textos de la Escritura o la Tradición consta la asistencia del Espíritu Santo a Fellay y cía, y sobre todo, que en esta sí se puede confiar? Por favor.
Saludos cordiales.
El Magisterio extraordinario y solemne puede ser no infalible: Magisterio extraordinario fue el del Concilio Vaticano II y, sin embargo, no quiso imponer infaliblemente ninguna doctrina.
En cambio, el Magisterio ordinario puede ser infalible, si lo declara el Papa como doctrina definitiva. No es preciso que hable ex cathedra para que se dé la infalibilidad. Juan Pablo II en el ejercicio de su Magisterio ordinario, propuso enseñanzas que reúnen plenamente las condiciones de infalibilidad, por ejemplo, cuando en la carta Ordinatio Sacerdotalis afirma que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad para conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres.
Sobre la adhesión al Concilio Vaticano II, recomiendo el artículo de Mons. Ocáriz publicado originalmente en L‘Osservatore Romano el 2 de diciembre de 2011
http://infocatolica.com/?t=opinion&cod=10630
Las ideas principales de dicho artículo son las siguientes:
1. “El Concilio Vaticano II no definió ningún dogma, en el sentido de que no propuso mediante acto definitivo ninguna doctrina.”
2. Sí fue expresión del Magisterio auténtico de la Iglesia y por tanto se le debe prestar el grado de adhesión denominado “religioso asentimiento de la voluntad y de la inteligencia”.
3. La única interpretación legítima del Concilio es en continuidad de la Tradición y ésta únicamente la realiza de forma auténtica el Magisterio de la Iglesia.
Hagamos la prueba del algodón con un ejercicio muy sencillo, pongamos todas las verdades de fe que rezamos en el Credo, una debajo de la otra, a la derecha de ellas ponemos Kung y Fellay y vamos marcando con un Sí o un No qué se deduce que afirman cada uno de los dos a la luz de lo que han escrito y/o dicho en los últimos 20 años.
El resultado no admite comparación alguna: mientras que Fellay y la FSSPX son creyentes, en el mismo Cristo, comparten con nosotros las mismas verdades de fe reveladas, ¿se puede decir lo mismo de Kung?
Dejar un comentario