Ayudar eficazmente al pobre. Un principio y dos criterios básicos
Principio elemental:
El objetivo fundamental de la caridad no es el de sentirme yo bien, sino el de ayudar al pobre a salir de su situación y poder vivir con dignidad.
A partir de este principio, desde mis años de cura, y trabajando siempre de forma directa en Cáritas, quería aportar dos criterios básicos para ayudar a una persona necesitada.
LA LIMOSNA, SIEMPRE A TRAVÉS DE INSTITUCIONES.
Sé que nos parte el corazón la persona que nos pide una ayuda al salir de misa, en el metro, en la calle o a la puerta de un centro comercial. Recordemos el principio elemental: no se trata de sentirme yo bien regalando un euro al salir del cine. Se trata de ayudar a esa persona, y eso lo van a hacer mejor los profesionales y voluntarios capacitados, sea Cáritas, sean servicios sociales municipales, que yo. Normalmente las personas en necesidad suelen rechazar la ayuda de Cáritas y de los servicios sociales. La única forma de que acudan a esos servicios es que no reciban ayuda en la calle. Es decir, ayuda sí, la que sea necesaria, pero acompañamiento por un profesional o un voluntario capacitado para ayudarle a ir saliendo de esa situación muchas veces crónica.
Es sencillo. Imaginen un alcohólico pidiendo en la puerta de una iglesia. Cuanto más dinero le damos, más podrá beber. ¿Creen que darle dinero es la ayuda que necesita? Necesita servicios sociales, pero no quiere ir. ¿Cómo hacer que vaya? Dejando de darle limosna. Nos parte el corazón, pero es la mejor ayuda. Nuestra limosna, mucho mejor a Cáritas.
LA ATENCIÓN PRIMARIA SIEMPRE EN LA PARROQUIA EN LA QUE ESTÉN EMPADRONADOS.
A veces me encuentro en el despacho con personas que acuden desde los lugares más insólitos. La razón está en que alguien les dijo que en la parroquia de su cuñada dan comida y aquí se presentan. O que les van a ayudar a buscar trabajo según un amigo de una amiga de su compañero de piso. También ocurre que gente que va por la zona tocando timbres y pidiendo limosna son enviados sin más a la parroquia y aquí que te vienen.
Cáritas tiene como criterio muy firme y desde hace años, que la atención primaria es siempre, SIEMPRE, en la parroquia que le corresponda según su empadronamiento. Por tanto, ante una persona que pide ayuda, que necesita comida, que busca trabajo, siempre, insisto, siempre, se le debe remitir a la parroquia que le corresponde según donde esté empadronado. La parroquia tendrá sus recursos, y si no los tiene ya sabe dónde acudir.
Es triste ver personas a las ocho de la mañana en la parroquia, que vienen desde la otra punta de Madrid, porque alguien les dijo que aquí se busca trabajo y que vengan pronto porque hay mucha cola. O que aparezcan cualquier día a buscar comida porque un amigo de su hermana les ha dicho que damos alimentos los lunes. La falta de información correcta les ha hecho perder una mañana, desplazarse, y gastar dinero en transporte público.
¿Y si es una persona transeúnte, no empadronada? Pues se le remite a la parroquia más cercana o a los servicios centrales de Cáritas.
17 comentarios
De la catequesis de los miércoles 26-9-2007
Y luego tenemos en mi barrio el caso de una familia acomodada que quedó en paro (los padres, la hija está estudiando). Supimos de su situación y de la vergüenza que pasaban cada vez que tenían que pedir la compra fiada en la tienda de al lado, ellos que habían vivido siempre tan desahogados. Encontramos la forma de hacerle llegar un dinero de manera anónima. Ya se están solucionando las cosas para ellos gracias a Dios, pero estoy segura de que lo recibido les supuso un alivio en aquel momento.
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?
¿Sí?
¿Entonces quiénes son los que sí acuden a Cáritas y a los Servicios Sociales?
Esto fue lo que más me impresionó del curso que hice antes de hacerme voluntario de Cáritas en mi antigua parroquia (recien confirmado): nunca me había dado cuenta del DAÑO que se le puede hacer a una persona que está necesitada, si le proporcionas este dinero "incontrolado" (estoy hablando, siempre, en el contexto español, otros paises no conozco).
El seguimiento que hacen en Cáritas va muchisimo más allá del de proporcionar alimento, techo u ocupación. Si tu, por una caridad mal entendida, le proporcionas "dinero facil", le estas haciendo daño. Las limosnas, en Caritas, rinden MUCHO más.
No me he expresado con claridad. Normalmente los mendigos habituales son los que rechazan acudir a Cáritas o servicios sociales.
Dicho esto, me cuesta mucho entender las razones detrás de este razonamiento. No veo cómo llevar un euro a Cáritas lo convertirá en cinco mil pescados. Lo puedo entender cuando se trata de donaciones importantes, las grandes colectas y tal, pero cuando se trata de una relación entre yo-miserable y el pobre-necesitado, suelo creer que hace más provecho una moneda a tiempo que cien instituciones con sus trámites y papelerías.
Entiendo el argumento del alcohólico y el alcohol, pero... estoy yo libre de culpa para tirar la primera piedra? (Dije yo, no dije la Iglesia ni otra persona que sin duda tiene todo el derecho de lanzar bombas, si quiere). Yo ignoro totalmente las circunstancias que han llevado a este hombre a donde está y si Dios me puso frente a él con una moneda de más, quien soy yo para negársela?
La verdad, no lo sé. Sólo sé que si yo estuviera en la situación del pobre, quisiera esa moneda. Y si me la dan sin manipulaciones, menosprecios ni censos parroquiales, la quiero más todavía. Si yo fuera el hombre herido al lado del camino, quisiera más al samaritano que me pone sobre su montura, que al que me dice "vaya a su parroquia, allí lo atenderán". Que Dios me perdone.
De hecho, asistí personalmente a uno de esos casos que menciona D. Jorge, de mendigos habituales que se niegan a acudir a Cáritas. Concretamente, era el típico que pide a la puerta de la iglesia.
Uno de los fieles, al salir de misa, se disculpó por no poder darle limosna ya que había echado a la bandeja todo lo que llevaba encima, pero le indicó que no tenía más que acercarse a la sacristía, que a buen seguro el sacerdote podría ayudarle.
- "¡Ahí no entro yo ni atado!" fue su desabrida respuesta.
Lógicamente, cuando uno asiste a semejantes escenas, lo siguiente que hace es concluir que es infinitamente mejor canalizar la ayuda a través de Cáritas.
- Primero, porque saben gestionar mucho mejor esos recursos y, como trabajan al por mayor, se les abaratan los costes y pueden hacer mucho más con menos recursos que lo que podría hacer ese mendigo por su cuenta.
- Segundo, porque ayudando a Cáritas sabes que tu ayuda se reparte entre muchos necesitados, en lugar de llegar sólo a uno de ellos.
- Tercero, porque les obligas a una participación más activa que sólo poner la mano para ver cómo caen monedas en ella. Al obligarles a poner algo de su parte (aunque ese algo se limite sólo a acudir a Cáritas), se realizará la necesaria criba entre quienes realmente necesiten la ayuda, que acudirán a Cáritas, y quienes no, que la rechazarán (las excepciones que no acuden por vergüenza, como la que nos describía Inmaculada, no vienen al caso porque menos aún se pondrían a pedir en la calle; en esos casos corresponde a su entorno inmediato el tratar de arrimar el hombro como mejor puedan).
Un saludo.
Lean o vean "Los miserables". A ver qué hace el obispo con Jean Valjean, si llevarle por el conducto regular o darle una gran limosna.
Me da ganas de imprimir unos cientos de copias de este artículo y pedirle a mi párroco permiso para dejarlos a la puerta de la Iglesia.
La limosna imprudente y obtusa ha fomentado el coñazo diario de mujeres rumanas (a quienes recaudan posteriormente los hombres rumanos)a la puerta de la Iglesia que nos incomoda sobremanera con su puñetero cartelito. Uno ha pensado incluso en llamar a la Policía municipal para acabar con esta mendicidad bochornosa propia de la India.
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