Criar hijos para el cielo
Un tanto al hilo de los dos últimos post, hoy recordaba esa tradicional doctrina sobre el matrimonio y la familia que colocaba como uno de sus fines el de “criar hijos para el cielo”.
Tal vez hoy fura día para recordar estas cosas. Porque quién más y quién menos comprende que la familia es escuela de convivencia, de aprendizaje de valores humanos, de formación como personas. Otra cosa es que seamos igualmente conscientes de su finalidad especialísima de criar hijos para el cielo. Es decir, la familia escuela y aprendizaje de santidad.
Como siempre, qué bien entendemos la teoría. Pero en un día como hoy habría que revisar la práctica.
Seguro que todos me van a decir que salvo rarísimas excepciones en las familias se da todo por los hijos. Los padres están dispuestos a sacrificarse por la formación académica y en valores de sus hijos. Si el niño no saca buenos resultados, no hay problema en psicólogos, profesores de apoyo, kumon y lo que se tercie. Y ojo a lo que supone el desarrollo físico de nuestros niños: clases de educación física, deporte escolar, esquí, tenis, judo… Pero no nos perdamos lo que hacen los padres para que sus retoños sean incluso físicamente “perfectos”. ¿Conocen a algún niño que se haya librado de los famosos breakers para tener la dentadura perfecta? Y en cuanto se nos dice que podría tener una posibilidad de quién sabe cuál de tal vez un problemilla no seguro en la espalda, dos horas por semana de natación. Si es que está visto que por los niños todo.
¿Y eso de que vayan al cielo? Pues hombre, eso también. Quizá en el colegio asistan a clase de religión (no siempre) y fueron a catequesis de primera comunión un par de añitos justos, faltando algo, eso sí, porque claro entre la piscina, los breakers, el psicólogo y los entrenamientos de fútbol, pues todo el día a carreras. Incluso algunos domingos que no hubo partido hasta fueron a misa. La primera comunión resultó bien. Lástima que el sacerdote se empeñara tanto en que fueran a misa los domingos, que no sé cómo no se dan cuenta de que hay que ser más flexibles. Luego ya… pues que los niños decidan, no van a estar los padres llevándoles a misa cada domingo.
Entonces, ¿ni la misa del domingo? Jorge… iremos cuando podamos, pero pretender que vayamos todos los domingos, imposible. Nosotros somos creyentes, pero no fanáticos. (Les prometo que esta contestación es real).
13 comentarios
Ese "iremos cuando podamos", significa en la mayoría de las veces, un rotundo no, como lo tengo experimentado, porque han perdido totalmente la fe, llegan a tener aversión a todo lo que sea Iglesia Católica, campanarios, y todo lo relacionado con nuestra fe católica, porque es así, como también trabaja en enemigo de las almas.
Esos padres que niegan lo mejor a sus hijos, el alimento espiritual de la Santa Madre Iglesia Católica, se consideran "creyentes", pero sabemos que también los demonios son creyentes, creen en Dios, pero no aman. Por lo mismo esos "padres creyentes" ni aman a sus hijos, sino que son sus peores enemigos por no llevarles el Amor de Dios al hogar cristiano y a los propios hijos.
Todas las almas que están condenadas en el infierno, son creyentes, creen en la Vida Eterna, pero se saben claramente que no lo merecían por sus numerosos pecados, "por justo juicio de Dios he sido condenado".
Por el contrario, los padres que viven la fe, creen y aman, desean lo mejor para sus hijos, no les educa para el mundo, sino para la Gloria que Dios reserva a sus hijos.
En el mundo un alma puede decidir lo que quiera, ser hijo de Dios, entonces son fieles cumplidores de los Santos Mandamientos, y aman a la Iglesia Católica, no la critica, ni siquiera a los consagrados que se equivocan, sino rezan por ellos, pero si se denuncia el error, para que el mal quede a la vista y el alma esté alerta y no vuelva a cometer el mal.
Como había dicho, el alma elige ser hijo de Dios, o también si quiere ser hijo del diablo, entonces ya no valora ni la Misa, ni los sacramentos, y viven con su corazón en una entrega a las vanidades mundanas, éstos un día se encontrarán que no son merecedores de la Herencia Eterna.
"No es necesaria la clase de religión", pues se equivocan rotundamente, la Religión Católica es una inmensa necesidad para vivir mejor, en paz, lo que debe llevar a la práctica de los valores cristianos, no es solamente memorizar, sino practicar todo aquello que la Iglesia Católica nos enseña, pues es más valioso que el aire que necesitamos para respirar, para nuestros pulmones. La educacíón religiosa con el mismo sentir de la Iglesia Católica, alimenta y vivifica nuestro espíritu.
Un padre responsable, como he referido, no educa a sus hijos para la perdición, por ejemplo, enseñarle la idolatría del deporte; tampoco consienten que se corrompan con las malas amistades que envenenan cuando los lleva a bailar, a botellones, todo eso arrastra a la ruina eterna, ya que no procede del Amor de Dios.
Un ejemplo: Me comentaba una señora que durante sus años jóvenes de matrimonio nunca habían tenido vacaciones con su marido, ya que la atención a sus hijos y la falta de dinero lo había impedido, en cambio ahora que ya los tenían “colocados”, me decía nos hemos hartado de viajar.
El motivo es que Dios, entre sus varios hijo, les había regalado dos vocaciones, una misionera y otro sacerdote en un país africano, y claro fueron a estar con ellos algunas veces. Es que Dios es muy buen pagador y algunos no se enteran.
La actual cultura profundamente "trufada" de egoísmo, hedonismo y falta de transcendencia hace que se contemplen los sacrificios propios de la vida familiar como cosas penosas y propias de tiempos pasados, cuando son la vía propia de santificación en la familia.
Que Dios le bendiga padre.
Me di cuenta de eso cuando mi hijo se hizo adolescente. Como muchos, no quería ir a Misa. Y como el no iba, yo tampoco. Hasta que un buen día me cansé y dije: "Si tu no vas, yo sí". Y lo dejé en casa. No habían pasado tres domingos sin que pidiera acompañarme. Ahora no falta y participa en tres grupos de jóvenes.
A lo que quiero llegar, es que eso de "darlo todo por los niños" me parece una aberración mal concebida. Es importante dar, pero sobre todo dar ejemplo. Lo que yo quiero para mi, quiero para ellos. Y ellos seguirán el mismo camino. Bueno o malo. Si yo no cuido mi salud, mi educación, mi moral, ¿cómo voy a poder cuidarlos a ellos?
Desde entonces, me pongo la máscara de oxígeno antes. Y respiro muuucho más tranquilo.
Obligue a los padres a un formación conjunta con el niño para que éste reciba la Primera Comunión. Pero empiece usted, hombre y déjese de ser un cagalástimas.
¿No ve que el problema es la falta de formación de los adultos?:
- comuniones sacrílegas en actos sociales.
- matrimonios que practican la anticoncepción/abortos
- desaparición de los confesionarios etc
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Jorge:
Me ha hecho gracia lo de "cagalástimas" Muy bueno...
Tú sabes que no se puede obligar a nadie y menos llevar en contra de su voluntad a alguien a un sacramento.
Pero siempre hay un anzuelo para un buen pescador apostólico...y la gracia que asiste a un buen cura como el P. Jorge. ¿El anzuelo: una comida cada trimestre con los padres, o una excursión con los padres, o lanzarse en paracaídas con los padres, ...algo con los padres. ALGO CON LOS PADRES.
¿O es que no advertís lo que hacen los padres?: los traen y los llevan.
José L. ¿cómo "se obliga" a los padres?
30/12/12 5:46 PM
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1) diciéndoles
2) poniéndolo como requisito
3) enseñándoles
4) poniendo ejemplo (válido sobre todo para laicos)
5) diciéndole a los niños que hagan preguntas en casa (wahahaha *risa malvada*)
6) una campaña de publicidad
7) amenazando con el fuego del infierno y la condenación eterna.
Lo único que no hay que hacer (creo yo) es darse por vencidos.
Sin entrar a juzgar sus conciencias, territorio sagrado -ni tampoco los valores y talentos de sus respectivas vidas-, lo que a menudo ponen de manifiesto las movidas y no pocos de los hechos de esos colectivos -vuelvo a insistir: al menos para quien estas breves líneas redacta- es que parecen permanecer más atentos a los dictados del mundo -que suelen ser mundanos y aun muy mundanos anticristianos-, que a los dictados de Dios y de su Iglesia universal.
Analicemos, si no, el trasfondo espiritual, religioso, antropológico y hasta psicológico que se esconde detrás de la reivindicación -asumida por tantos católicos progresistas- de la igualdad de derechos del llamado matrimonio homosexual con respecto al tradicional matrimonio heterosexual.
¡Hay dos visiones muy distintas de la vida, de la sexualidad humana, de las raíces antropológicas de lo que supone ser hombre como varón o mujer! Y empero si tratas de explicar y defender la doctrina tradicional de la Iglesia católica en estos temas, recibirás incomprensión y hasta desprecio por parte incluso de no pocos de esos cristianos progresistas que, como adalides de todo lo moderno, de todo lo mundano, aceptan también el matrimonio homosexual. Como aceptarían la eutanasia, el aborto...; como de hecho aceptan todo eso... y lo que venga.
FELIZ 2013 en el Señor.
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