La acción católica, q.e.p.d.
Aún recuerdo los últimos coletazos de la Acción Católica en mi pueblo siendo niño. Muchos jóvenes, bastantes menos jóvenes y a nosotros que nos decían que pronto seríamos aspirantes. Hablo de los años 60. Nunca más se supo.
La Acción Católica tuvo sus momentos de gloria en España sobre todo en los años cuarenta y cincuenta y conoció su declive en el post-concilio. Lástima.
Tuvimos en nuestras manos un espléndido movimiento de laicos insertado en la vida parroquial y diocesana y capaz de acompañar a los niños (Junior), jóvenes, adultos, y de animar una pastoral sectorial siempre necesaria: bien podemos recordar a los jóvenes, los obreros, el mundo rural, la Frater… Y se nos fue de entre las manos.
¿Las razones? Supongo que serán varias como de costumbre. Una mezcla de necesidad de abandonar formas supuestamente “obsoletas” de apostolado, desconfianza hacia la jerarquía, politización (sí, vamos a reconocerlo) que llevó a convertirse más en algo socio – político – sindical sobre todo la HOAC y la JOC, actuación al margen de los pastores… Se buscaba algo más moderno y mientras se encontraba, que no se encontró, se perdió lo que había. Y a ver ahora quién lo recupera.
La consecuencia es que los laicos que deseaban una formación mayor y podían convertirse en auténticos apóstoles se quedaron de repente huérfanos. Las ofertas meramente parroquiales, engendradas y muertas en la parroquia, no dieron el resultado apetecido. Así que todo aquel que deseaba un compromiso mayor lo fue haciendo posible gracias a las nuevas organizaciones y movimientos: Opus Dei, camino neocatecumenal, Comunión y Liberación, asociaciones de órdenes y congregaciones religiosas. Hoy no tenemos nada parroquial ni diocesano que merezca mínimamente la pena.
La Acción Católica ahí está. Conozco a gente de la Frater (fraternidad cristiana de personas con discapacidad) y de la Acción Católica general tratando de vivir su vida cristiana y su apostolado con intensidad y convencidos de que la vía de Acción Católica sigue siendo válida. No sé si podrán resucitar a este cadáver.
Tengo que decir que me gustaría que fuera posible. Contar con un importante movimiento laical de vida cristiana y apostolado capaz de vivir con intensidad la fe y de comprometerse con la iglesia y con el mundo. Un movimiento eclesial y diocesano sin más apellido que su parroquia y su diócesis pero capaz de dar respuesta a las necesidades de evangelización de niños, jóvenes, adultos, mundo del trabajo, mundo de la universidad…
Hace no mucho nos invitaron a los sacerdotes a un nuevo encuentro sobre Acción Católica al que he de reconocer que no pude asistir, quizá porque tampoco acabo de creerme la posibilidad de este camino.
Y lo cierto es que lo siento y que ya me gustaría. Pero no sé yo…
40 comentarios
Unas orientaciones las agradecería.
Decir esto:
"Hoy no tenemos nada parroquial ni diocesano que merezca mínimamente la pena."
Habiendo nombrado esto:
"Opus Dei, camino neocatecumenal, Comunión y Liberación, asociaciones de órdenes y congregaciones religiosas."
Me parece una barbaridad y, creo, que hasta una falta de respeto hacia esas realidades eclesiales que, forman parte de la parroquia y por supuesto de la diócesis.
Somos una Asociación de laicos que desde la parroquia nos abrimos a la Diócesis y a la Iglesia universal.
Si nos quiere conocer de una manera real esta es nuestra web en Madrid: http://accioncatolica.archimadrid.es
Y esta en España: http://www.accioncatolicageneral.es/
Cómo su parroquia es de Madrid, en nuestro Consejo Diocesano siempre tendrá las puestas abiertas para conocernos y ver si en su parroquia hay feieles con nuestro carisma. Muchas gracias.
La historia de la Iglesia se construye así, el Espíritu Santo sopla en personas y grupos concretos que realizan una gran labor en un momento dado de la historia y luego desaparecen o quedan reducidos a la mínima expresión y surgen otros nuevos que dan respuesta a nuevas realidades. Cuántas órdenes religiosas o grupos de fieles, en su momento importantísimos, han desaparecido. Y no conozco a nadie que se plantee hoy en día resucitar la orden del Temple, por ejemplo.
Los grupos apostólicos que ha citado, y otros muchos, hoy hacen una labor impresionante (también me ha parecido una falta de respeto lo de "no hay nada en la parroquia que merezca la pena")pero sólo Dios sabe si mantendrán su vigor dentro de 50, 100 o 300 años o habrán sido relegados por nuevos movimientos.
La Iglesia permanece, sus circunstancias concretas van mudando.
Pero, no "por el Concilio", sino "después de él", se quiso "ser como todos".Se dijo que "no era necesario 'sudar en católico'",cuando se suprimió un Ateneo de cultura física de sello católico. Habìa que "sumergirse en la masa". Pero, sin el debido salvavidas, el torbellino se tragó a aquellos"jòvenes idealistas", que terminaron guerrilleros, izquierdistas ignorantes de la sana doctrina y hasta seminaristas muy poco entusiastas con obedecer al Papa.
La embriaguez de la "praxis" ("Hay que cambiar la realidad, no explicarla", según el sacrosanto slogan marxista a la orden del día en aquellas nefastas décadas : 60 / 70) dejó de lado la formaciòn, los "círculos de estudio", tan eficaces de la AC.
Por otro lado, por experiencia, los "movimientos", que he conocido, han usado las parroquias, màs bien como "estaciones de servicio" (Misa, comunión, confesiones), màs que como comunidad donde insertarse.
Como debe ser, porque el Obispo es el máximo responsable de la catequesis de iniciación cristiana en su propia diócesis.
Como debe ser, porque el Camino Neocatecumenal no es un movimiento supradiocesano ni interdiocesano. Ni siquiera es un movimiento. Es una modalidad de la iniciación cristiana que ha sido verificada por la Iglesia y que está a disposición de todos los obispos y párrocos que así lo deseen.
El Camino Neocatecumenal no es una intromisión de un cuerpo extraño en la vida de una parroquia o de una diócesis. Es un andamio que se coloca en el corazón de lo que debería ser una comunidad cristiana para reedificar el proceso de iniciación en la fe. Si vienen "unos de fuera" (los catequistas) para empezar el Camino no es porque ahora "mandan otros", sino porque quienes conocen el método ayudan a implantarlo. El Jefe de la caravana es el obispo y el párroco. Los guías de la caravana, los catequistas, lo son porque conocen el camino, porque lo han recorrido antes. No son los que mandan, sino los "técnicos" del proceso. El supervisor y el jefe es siempre "la cabeza" de la comunidad.
En este año de la fe debería marcarse como prioridad insoslayable que en cada parroquia se implemente un itinerario de iniciación cristiana para quien lo quiera, un proceso que genere la creación de una comunidad cristiana real (no sólo formal).
El Camino Neocatecumenal es un modo válido para hacer eso sin tener que ponerse a inventar cosas y sin que dependa de la capacidad carismática del párroco de turno.
Pasa como con los muebles de una casa: si eres un artista y tienes buenas manos, puedes fabricarte tú los muebles. Pero si careces de esas habilidades, puedes ir a Ikea, traerte a casa los muebles con sus instrucciones y montarlos. No es humillante servirse de la experiencia de los demás.
Así es el Camino: puedes ponerte a pensar cómo montar una iniciación cristiana en tu parroquia, y si eres un fenómeno catequético lo conseguirás (aunque -no es por desanimar- poquísimos, tirando por arriba, lo han conseguido, que sepamos, y menos aún han conseguido estabilizar el proceso y que los párrocos sucesores lo puedan mantener). O puedes subirte al carro, llamar a otros que tienen las partes y el libro de instrucciones, y pedirles que te ayuden.
En este año de la fe...
ni una parroquia sin itinerario de iniciación cristiana de adultos.
FUENTE: http://todoerabueno.blogspot.com.es/2012/10/sobre-el-camino-neocatecumenal.html
“ Acción Católica: la A.C. debe ser señaladamente ayudada por los obispos…; notas constitutivas …; su fin es el de la Iglesia…; cooperación de los seglares en el apostolado jerárquico…; el concilio la recomienda…; su trabajo en equipo…”
Lo digo por los interesado en la cuestión.
La Acción Católica no debe ser abandonada por las Diócesis, precisamente porque tiene connotaciones propias que la distinguen de alguna manera del resto de asociaciones laicas cristianas. Debemos descubrir y rescatar esas connotaciones, y considerar Acción Católica a toda aquella asociación que las contenga.
La Acción Católica es la asociación apostólica seglar por excelencia. Sin embargo está muy disminuida, si la consideramos con ese nombre.
¿Me equivoco? Yo creo que no.
Añadiré que, cuando yo pertenecí a la Legión de María, se nos decía que la misma era con pleno derecho “Acción Católica”. Y tengo entendido, (no sé si me equivoco), que la Acción Católica no surgió por iniciativas laicales, sino que fue promovida por la misma Iglesia para animar a los laicos al Apostolado Seglar, en una época determinada de la historia en la que dicho compromiso era muy necesario.
Que el Niño Jesús nos bendiga a todos.
Pero cuando aplastamos las iniciativas diciendo "no hay nada que merezca mínimamente la pena", estamos cavando nuestra propia tumba.
Yo estoy seguro que sí existen iniciativas. Es cosa de darles oxígeno, espacio, esfuerzo... o al menos, la mínima pena. Aunque sea una segunda mirada con cariño.
Personalmente creo que la AC pertenece a otros tiempos. Fue creada cuando los enemigos de la Iglesia tenían millares de "militantes" enfervorizados, adoctrinados, con una fabulosa maquinaria bien engrasada. Frente a ellos, la Iglesia creó otro tipo de "militantes": laicos bien formados que fueran una especie de brazo laico comprometido de la Iglesia jerárquica. Ello contrastaba con los fieles de cumplimiento dominical, rezadores, píos, pero escasamente implicados en cualquier tipo de presencia pública de la Iglesia. Allí se reunirían todas las realidades apostólicas católicas.
Hoy esos tiempos han pasado. A mí siempre me ha resultado algo raro que junto a movimientos y asociaciones de todo tipo, exista uno "oficial", "privilegiado", que además sigue deseando, no siempre y en todo lugar, tener algo así como el "monopolio de la acción apostólica". Me chirría algo cuando escucho aquello del "Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar". En otros tiempos, así sería. Primero la AC y luego el resto. Hoy eso es un residuo pasado de moda.
Aragón es en España uno de los últimos lugares donde se conserva esa concepción exclusivista. Es lo único considerado "parroquial" y "diocesano". No lo es, pero muchos curas siguen teniendo esa concepción. Incluso me parece atisbar que mi admirado blogger también comparte, en algún rincón de su mente, esa visión. Como si el resto de movimientos no sean diocesanos. Unos más parroquiales que otros, pero lo son. Excluyendo el Opus Dei, que no es movimiento sino Prelatura. No es un tecnicismo jurídico. Tiene su importancia.
¿O me vas a decir que, Opus aparte, hay mucha presencia de carismáticos, kikos, cielinos, focolares, etc?
Pero bueno, la cosa da para lo que da. Yo soy más partidario del trabajo parroquiano que del de los movimientos.
Porque lo cierto es que, por más empeño que pongan en reivindicar "la diocesanidad y la parroquialidad" de movimientos, que parece que se han movilizado y llegan aquí ofendidísimos con el post, nadie los siente como parroquiales ni como diocesanos.
No quiero entrar en polemizar mucho, ni voy a contestar más, sólo indicar en lo que estamos trabajando desde que la ACG se fundara en 2009. Nuestro tarea está en las diócesis, para no ser otra opción más, sino la Asociación propia de los laicos de la diócesis, dirigida por laicos y al servicio del obispo, papel que nos da el Concilio (contestando a Luis Fernando). Aunque tb sabemos que no siempre ha sido así.
La ACG, es una asociación que vive por y al servicio de la parroquia, con un objetivo: formar cristianos maduros comprometidos en la Iglesia y en el mundo (tanto niños, jóvenes, como adultos), ofreciendo una continuidad que hoy no encontramos algunos de los proyectos pastorales.
Con esto no queremos decir que los demás asociaciones o movimientos no sirvan, todo lo contrario, es momento de sumar y llevar el Evangelio a muchos hombres y mujeres que hoy no conocen a Jesucristo.
Nosotros nos ofrecemos como la Iglesia nos pide. Podéis contactar con nosotros en mi correo [email protected], para cualquier información (contestando a Don Rodrigo) o entrar nuestra web www.accioncatolicageneral.es.
Intentaremos seguir aportando nuestro granito de arena en esta tarea de dar a conocer a Jesucristo.
Un saludo.
En Huesca ¿cuántos militantes de AC cobran un sueldo de la Iglesia?
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¿Y usted por qué prejuzga acerca de dónde procede mi opinión? Prejuzgar y publicar prejuicios es lo mismo que mentir, téngalo en cuenta.
Vale, retiro "nadie": "nadie los siente como parroquiales ni como diocesanos" no: "sólo sus miembros los sienten como parroquiales ni como diocesanos"
con un programa amplio, inteligente y creativo desde 1921, sigue dando frutos sin alardes, insertado en la parroquia. Debiera conocerse más.
Y no voy a perder el tiempo en explicarle una obviedad. Su inquina hacía cualquier tipo de movimiento o comunidades eclesiales, si que es prejuzgar, cosa que por cierto, le garantizo que no he hecho yo. Ud. si lo ha hecho al generalizar.
En los comentarios sí puede que haya más agresividad, pero tal y como andan las cosas ahora, eso es inevitable.
De todas formas, sobre lo que pasa en Huesca ya escribí en mi blog:
http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1209211101-a-los-sacerdotes-de-huesca
Todo sigue más o menos igual.
David Cantero, a mí no me tiene que contestar nada porque nada tengo contra una Acción Católica fiel a sus principios fundacionales.
Pero por Dios si es que no me conocéis de nada!! Cómo te atreves a juzgar como vivo yo la eclesialidad, es que lo flipo.
Respondiendo a tu pregunta así a bote pronto creo que tres, todos en Cáritas trabajadores sociales creo.
La parroquia es un modo de organizarse la Iglesia, a medida humanamente vivible, que tiene una tradición valiosa, pero no es de institución divina, y no siempre existió. Y hoy está en importante crisis, y a nivel mundial.
Por otra parte, en la situación que existe hoy, en la que prácticamente hay que recomenzar la evangelización como si estuviésemos en los primeros tiempos, cualquier realidad de iniciativa evangelizadora que sea fiel, y por eso, reconocida por la Iglesia, debería ser bienvenida, aunque no siempre responda a nuestras sensibilidades personales. Que veo muchas aquí.
Hay críticas a movimientos y asociaciones que tienen su fundamento, pero que en realidad van orientadas a personas y pequeños grupos, porque hay "meteduras de pata" en todas partes, y más en "católicos nuevos", que no siempre entienden la particularidad de su ruta hacia la fe. Pero ¿lanzar venablos a realidades reconocidas ya por la Iglesia, y hasta de vieja data?
También es comprensible que, al subrayar estos grupos un aspecto de la fe más que otros, se sientan "atípicos". Pero eso también se podría dar, y se da, frente a las formas de vida consagrada y los diversos carismas reconocidos en ellas. Y esa sensación, como tal, no las hace menos eclesiales.
Pero darles un portazo sin más a los movimientos y asociaciones, no es de recibo.
Y meter a todos en el saco de una secta, por ejemplo, o acusarlas de "aparroquialidad" tiene sus más y sus menos. Tampoco muchas comunidades religiosas y grupos laicales asociados son decididamente parroquiales, y sin embargo son parte de la Iglesia. ¿Son parroquiales las Escuelas católicas en el territorio parroquial? ¿Qué es lo que define realmente la eclesialidad, y la salva o la hace fecunda? Pregunta importante.
alejaos de Accion Catolica mientras sigan apoyando la teologia del hereje Pagola.
El enlace de la CONFER de castellon está plagado de Pagola como podeis comprobar.
http://confersegorbe-castellon.blogspot.com.es/
Comentario: Marchemos todos en la misma dirección: hablar de la Parroquia es hablar de la Diócesis en un territorio concreto de ella.
En ese sentido es el Obispo, ordinario del lugar, la primera autoridad de la Parroquia, y el Párroco no debe sacarse de la manga nada que sea contrario a lo que el Obispo determine.
Hemos también de tener en cuenta, que en esa “escala” que “desciende” de Cristo, y que llamamos “jerarquía”, también, de alguna forma, están los seglares, los simples laicos, aunque estemos en la mal llamada “base”. Somos el rebaño apacentado por Pedro y los Apóstoles. Los sacerdotes, siempre tienen la aquiescencia de un Obispo. Nuestra cabeza es, pues, nuestro Obispo, y con él hemos de trabajar, aunque a través de la Parroquia, (o a través de la institución, movimiento, congregación, etc. a la que pertenezcamos, los cuales, finalmente, tienen también un obispo "que los apacienta", si no es el propio ordinario del lugar (Diócesis).
Pero los árboles no nos deben impedir ver el bosque. Nuestra cabeza es y lo será siempre Cristo, y eso quiere decir que debe haber convivencia coherente entre los diversos carismas, movimientos e instituciones que están en un determinado territorio diocesano, convivencia coherente entre sí y con el ordinario del lugar (el Obispo), y no la simple coexistencia pacífica que invite a una ignorancia mutua. Evitemos toda diatriba y "fuego cruzado".
Si en el Concilio se ha nombrado expresamente a la Acción Católica, es por algo, y por eso, la Acción Católica ha de ser atendida de forma especial por la Iglesia. Marchemos todos en la misma direción. Lo cual no debe impedir la atención a otras opciones de asunción de la Palabra de Dios. El simple laico debe sentirse libre de acudir al entorno cristiano que más le beneficie a su vida espiritual, sin celos ni diatribas hacia otras opciones, que eso no es ser cristiano.
Con el Señor.
Si mi anterior comentario le ha ofendido de alguna manera (lo digo porque no se ha publicado) le ruego me perdone, pues mi ánimo sólo ha sido el de mostrarle una opción para vivir la Misa de las Familias con un sentido parroquial como yo lo he vivido en otras ocasiones. Una peregrinación organizada por la Parroquia para vivir una fiesta diocesana presidida por el Obispo. Una gran experiencia.
Repito: Perdone si mi estilo o mis formas le han parecido ofensivos.
Quizá es que yo no lo entiendo bien, pero eso de hablar de la pluralidad de carismas en el apostolado laico, de reconocer que en este campo debe haber "unidad en la diversidad" y al mismo tiempo creer que son el único lugar de los laicos en el apostolado de la Iglesia, a mi me chirría un poco bastante.
La mayoría de los obispos no se lo toma en serio. El problema es que en Aragón sí se lo tomaron. Por eso el resto de movimientos y asociaciones son vistas como extrañas o "iglesias paralelas".
Es decir, creo que es más un problema de una pastoral enquistada durante décadas -que no pudo desenquistarse con el anterior obispo- que algo que haya que atribuir a los actuales seglares de AC, como es el caso de Andrés.
Y claro, como la mayoría de los fieles pasa de meterse en un movimiento -sea cual sea-, pues estamos como estamos. Y seguiremos estando.
www .accioncatolica.org.ar/
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