Ley civil y moralidad. No es lo mismo.
Hace años. Un reportaje en televisión sobre salas de cine X (de películas verdes hubiéramos dicho en mi infancia). Preguntaron a un hombre que pasaba por la calle, si creía era bueno que hubiera salas de ese tipo. Aún recuerdo su respuesta: “si las dejan abrir, no serán malas”.
Sintomático de una forma de pensar demasiado extendida, según la cual la moralidad de actos y omisiones viene definida por la ley civil. Si la ley no lo prohíbe, si no hay penalización por ello, si incluso se apoya legalmente ¿por qué va a ser algo malo? ¿Porque lo digan los obispos o los curas?
Los ejemplos son evidentes. Pensemos en leyes que venimos sufriendo desde hace tiempo: despenalización del aborto, despenalización del adulterio, divorcio incluso exprés, gaymonio, imposición de educación para la ciudadanía. Son sólo algunos ejemplos.
Los cristianos nos somos gente extraña, aunque vivimos con un estilo diferente. La carta a Diogneto nos habla de esta peculiar forma de vida: “habitando en las ciudades griegas o bárbaras, según a cada uno le cupo en suerte, y siguiendo los usos de cada región en lo que se refiere al vestido y a la comida y a las demás cosas de la vida, se muestran viviendo un tenor de vida admirable y, por confesión de todos, extraordinario. Habitan en sus propias patrias, pero como extranjeros; participan en todo como los ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña les es patria, y toda patria les es extraña. Se casan como todos y engendran hijos, pero no abandonan a los nacidos. Ponen mesa común, pero no lecho. Viven en la carne, pero no viven según la carne. Están sobre la tierra, pero su ciudadanía es la del cielo. Se someten a las leyes establecidas, pero con su propia vida superan las leyes.
Nosotros como cristianos necesitamos comprender dos cosas:
- Que el hecho de que la ley ampare algo no significa que sea moralmente correcto. Nadie nos llevará a la cárcel por ser adúlteros o por abortar, ver películas X, vivir en pareja sin estar casados, mantener relaciones con personas del mismo sexo, ser insolidarios con los pobres, negarnos a saber nada de nuestros padres, criticar a los demás o faltar a misa los domingos, por poner algunos ejemplos. Pero el hecho de que por eso no tengamos responsabilidades penales no quiere decir que nos esté permitido como bautizados.
- Que ante algunas de estas cosas debemos negarnos públicamente si hiciera falta por motivos de conciencia. Es bueno recordar aquí cuántos mártires de la primitiva iglesia fueron llevados a la muerte por negarse a ofrecer incienso a los dioses falsos. No basta con decir no soy partidario. Un cristiano no puede colaborar en un aborto, una trama de corrupción, un complot para acabar con la buena fama de alguien o en la reventa de objetos robados, me llevan a la cárcel o no.
Normal que todo esto nos lo recuerden nuestros obispos. Lo que no es normal es que haya gente que se extrañe de que lo hagan. ¿Porque el gobierno de turno diga que por abortar no vamos a ir a la cárcel vamos aceptar que no pasa nada por matar a un niño en el vientre de su madre? ¿Por qué digan que matrimonio es la unión de dos personas independientemente de su sexo, perderá vigor el sexto mandamiento? ¿Tendremos que aguantar una educación para la ciudadanía que es una educación para el relativismo y la imposición de una forma netamente marxista de ver la vida? Claramente no.
Nosotros dentro de la ley. Pagamos impuestos, circulamos según manda el código, nos sujetamos a las normas que existan para abrir una empresa, pagar una nómina, o lo que sea. Pero no podemos perder el sentido de lo bueno y lo malo según el evangelio. Y si hay que objetar y negarse a algo, nos negamos, aunque nos cueste la vida. Ya tenemos costumbre.
14 comentarios
¿Qué se puede añadir a estas palabras? Nada: el dar la vida.
Recuerdo un twit de hace unos días sobre un cavernícola del grupo Prisa:
@Gildelabarca: "Ramoneda defiende ahora el matrimonio gay. Él fue responsable de la expulsión de Adriano de Bandera Roja por sus vicios pequeño-burgueses "
jeje, lo dicho, enternecedor.
Es todo una pose para hacer ingeniería social. No hay más.
Como ocurrió con la razón, donde la Iglesia católica ha acabado siendo su ultimo refugio en el postmodernismo irracional y relativista. Lo mismo ocurrirá con la institución del matrimonio. Un nuevo servicio de la Iglesia a la humanidad.
Un ejemplo simple: En la sociedad actual resulta siendo casi pecado mortal decir que "no estoy de acuerdo con el uso del condón". Decir ese tipo de barbaridades en público nos puede costar más de una amistad. ¿La decimos?
Yo creo que sí. Ciertamente, si alguien se niega a ser mi amigo porque no aplaudo los anuncios de condones, porque tengo "demasiados" hijos o porque "pierdo el tiempo" yendo a Misa los domingos, esa persona no merece ser mi amigo.
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-¡Muy bien dicho!
-¿Pero qué es lo bueno y qué es lo malo según el Evangelio. Hasta dónde llega ese limite de hacer o desacer; de negar o cooperar que permite diferenciar lo bueno y menos bueno de lo malo o más malo?
- Y la cuestión del objetar: ¿cómo: Con la plabra y la paciencia para que de uno se rian; Con el látigo como Cristo hiciere contra los mercaderes en el templo; O como David con la piedra?
- ¿O,.. como esos dos testigos que aparecen en el Apocalipsis (Ap.11,6) hiriendo el planeta Tierra cuantas veces quieran?
-Porque una cosa es matar, que está prohibido; Y otra cosa es hacer que el aire no se pueda respirar; o morir de sed; o tornar las aguas en sangre que no es matar sino moir.
La ley que modifica un artículo del código civil equiparando (en requisitos y efectos) el matrimonio entre personas del mismo sexo, no te obliga a casarte con alguien del mismo sexo, ¡HASTA AHÍ PODÍAMOS LLEGAR!.
¿Obliga a los jueces a aplicar la ley del divorcio? o si me apuras, ¿a casar a dos personas del mismo sexo? Vamos a ver, un juez tiene que aplicar la Ley sea justa o injusta, en caso contrario, incurriría en delito. En el caso de que un juez considere que una norma es inconstitucional lo expone a un tribunal más cualificado (el TC). Si un juez, en un asunto penal considera que la pena a aplicar es excesiva, lo puede exponer al gobierno. Son los cauces normales.
Si quiere usted criminalizar moralmente a los jueces por aplicar la ley en los casos de divorcio, está en todo su derecho, pero los jueces no hacen las normas, las aplican, punto y pelota, y además cobran bastante poco por lo que hacen, en comparación con otras profesiones jurídicas mucho mejor remuneradas, pero eso es harina de otro costal. Los jueces no discuten si la Ley es justa o injusta, pueden emitir dictámenes en algunos casos y dar su opinión en otros foros, pero poco más. En el caso de que un juez católico no aplique la Ley del divorcio tiene un problema con la justicia bastante serio; no creo que actualmente ningún juez no aplique la ley del divorcio; más si comparamos con algunos casos de nulidades eclesiásticas, cuando menos, escandalosas.
Sobre si esta reforma operada en el Código Civil es justa o injusta, me quedo con una célebre frase de Kant: "todavía andan los juristas buscando su definición de Justicia".
Gran aportación la suya, desde luego.
...y espero que no me salga vd con lo de "es que en lo que dice vd se hace daño a alguien, y en lo que digo yo, no", porque al cometer aborto se mata al hijo, al cometer divorcio se maltrata y se roba al cónyuge y a los hijos, y al cometer parodia del matrimonio se discrimina a los que celebran matrimonios de verdad.
Joaquín: me quito el cráneo ante su gran respuesta al progre de turno. Efectivamente, de ideologías de corte totalitario como las marxistas o las de género, sólo puede esperarse que vendan como derechos y libertades lo que sólo son violaciones, discriminaciones e imposiciones.
second at: no sé si repara vd en que está dando la razón a Joaquín. Al fin y al cabo, él dice que estas leyes inicuas se promulgan para OBLIGAR a su cumplimiento, y vd dice que faltaría más, que los jueces están precisamente para obligarles por la vía legal. De modo que su postura progre no defiende la supuesta justicia de esas leyes, sino que sólo se complace en la obligatoriedad del lesivo cumplimiento de injusticias de su cuerda.
Por cierto, es curiosa su cita de Kant, sobre todo porque plasma perfectamente el falsario enfoque relativista según el cual es la definición la que determina la realidad definida, lo que tiene al menos dos evidentes efectos:
1.- si se niega que exista una definición válida, podrá negarse también la existencia de la realidad que se iba a definir (en este caso, se niega la Justicia aduciendo que aún no se la sabe definir).
2.- si se admite que distintas definiciones contradictorias son igualmente válidas, se abre la puerta a que cada cual aporte una definición a su conveniencia, sin necesidad de que tal definición se corresponda con la realidad supuestamente definida (es revelador que en la cita se diga de "SU definición de Justicia" y no de "LA definición de Justicia").
Casualmente (en realidad no es casual en absoluto), la progresía hace ambas cosas, ya que la manipulación del lenguaje es uno de los ilícitos e inmorales instrumentos de control social que suelen emplear para alcanzar esos fines que, lo saben bien, las sociedades sanas rechazarán de plano si a alguien se le ocurriese proponerlos abierta y honradamente.
Un saludo.
Donde pongo:
"(es revelador que en la cita se diga de "SU definición de Justicia" y no de "LA definición de Justicia")"
...cambié "hable" por "diga", pero no quité los "de". Lógicamente, la frase correcta es:
"(es revelador que en la cita se diga "SU definición de Justicia" y no "LA definición de Justicia")"
Un saludo.
Según afirman, la sentencia se basa en interpretar la Constitución como un "árbol vivo", del que se ha hecho una "lectura evolutiva".
Está visto que la lectura textual no les servía, de modo que, como en el texto de la Constitución no cabía la barbaridad que querían (o tenían orden de) aprobar, los sicarios con toga han decidido decretar que SÍ es Constitucional lo que NO está en la Constitución, pero ideológicamente les gustaría que estuviese.
En mi humilde opinión, a eso se le llama prevaricar: se supone que los tribunales están para cumplir la Ley y no para reescribirla o para vulnerarla, y por ello se considera prevaricadora toda aquella sentencia que contravenga esa Ley que debería cumplir. Supuestamente, la Ley que el TC debería respetar es la Constitución, tal y como está escrita, de modo que una sentencia que se base en interpretarla como NO es, por mucho que se edulcore con mamarrachadas como la del "árbol vivo" y se describa con eufemismos como el de la "lectura evolutiva", no hace sino sentenciar como legal algo que está manifiestamente fuera de la Ley.
Y no me lo invento: me remito a la argumentación de los supuestos "jueces y magistrados", donde ellos mismos reconocen la inconstitucionalidad de la barbarie ideológica que se juzgaba. Si en la Constitución realmente tuviese cabida esta barbaridad, no tendrían que haber recurrido a semejantes artimañas: la verdad siempre es preferible, incluso para el mentiroso.
PD: El título de esta entrada alude a la Ley civil y a la moralidad, pero queda claro que no hay tanto conflicto entre ambas, ya que la Constitución no admitía la inmoralidad que el TC sí ha admitido.
Hay que recordar que la Ley Civil, en España, arraiga toda ella en la Constitución, y que lo inconstitucional no se puede llamar "Ley civil" sino "Fraude de ley" o "Ley nula de pleno derecho".
Así pues, tal vez sea precipitado meterse a debatir sobre la inmoralidad de una Ley Civil que, para empezar, se ha incumplido clamorosamente, tanto en la inicua reforma legal como en su prevaricador refrendo.
No deja de ser sintomático que la corrupción siempre empieza por garantizar la impunidad de quienes violen determinadas leyes (que, al menos inicialmente, intentan ser justas) para, gracias a esa impunidad, obtener un poder ilegítimo y, ejerciendo ese poder que se detenta, promulgar otras leyes injustas que den apariencia de legalidad a lo que nace ilegal.
En este caso, estamos en un punto intermedio entre ambos, puesto que se juega a un tiempo a incumplir la Constitución (cuyo texto es difícilmente modificable pero impunemente reinterpretable) para, desde esa impunidad, mantener vigente una ley radicalmente inconstitucional.
Pero esa montaña de ilegalidades ya no es "Ley civil", sino otra cosa...
PD: Sólo agregar que la izquierda ha utilizado aquí por enésima vez su habitual táctica de la manipulación del lenguaje, solo que esta vez no ha sido cambiando el significado de determinadas palabras clave sino directamente afirmando que la Constitución dice algo que no dice.
Un saludo.
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