¿Hay mucha gente en el infierno?
No lo sé, ni creo que nadie pueda saberlo. No hay ninguna revelación pública sobre el número de condenados y las penas del infierno.
De lo que no hay duda es de la existencia del infierno, la posibilidad de acabar ahí, y de la pena mayor del condenado: el alejamiento y la ausencia total de Dios y el sufrimiento que supone esta separación.
El catecismo de la iglesia católica sobre el infierno afirma lo siguiente:
“Morir en pecado mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados es lo que se designa con la palabra “infierno". (1033).
Es decir, que el infierno existe, y por eso pedimos a Dios constantemente que nos libre de la condenación eterna.
Otra cosa es pretender calcular el número de los condenados. Como siempre, nos movemos entre dos manifiestas exageraciones. Vamos a ello.
- De un lado están los que dicen que el infierno está vacío. Que es tanta la misericordia de Dios que no puede permitir que ni uno solo de sus hijos se condene. No está mal el razonamiento, pero le falta algo: y es que Dios es misericordioso y también extremadamente respetuoso con la libertad de sus hijos. Ofrece el cielo, llama constantemente a la conversión hasta el último instante de la vida, y ofrece su perdón sin límites. Pero si uno decide que es que no, pues qué le vamos a hacer, Dios no le va a llevar al cielo en contra de su voluntad.
- Pero también están los que creen que lo que está prácticamente vacío es el cielo. Recuerdo un religioso que afirmaba que “tal y como están las cosas en la iglesia y en el mundo, salvarse, lo que se dice salvarse, el papa, yo y algún que otro obispo”. Le respondo con lo que decía un sacerdote antecesor mío en uno de mis pueblos: “tened confianza en Dios, ¿acaso pensáis que después de mandar al hijo va a perder el pleito?”
Misericordia. Estamos en la misericordia de Dios, y en los méritos de la pasión de Cristo y en la intercesión de la Virgen y los santos confiamos.
No. No sabemos si habrá mucha gente o poca. No nos ha sido revelado. Es verdad que hay santos que hablan del infierno y que describen el horror que contemplaron. Pero no pasa de una revelación privada. A nosotros nos basta con tratar de imaginar una eternidad sin Dios. Horrible.
En este día de todos los difuntos pensemos en la certeza de la muerte. Pensemos en la posibilidad de alejamiento perpetuo de Dios y pidámosle que nos libre de la condenación eterna. Una oración por los fieles difuntos para que se vean libres de sus culpas y sean admitidos en la gloria de Dios.
Y un ruego. A lo mejor hoy nos venía bien dar un repaso al catecismo de la iglesia, de manera especial los números 1020 a 1060.
45 comentarios
"Esforzaos por entrar por la puerta estrecha contestó, porque les digo que muchos tratarán de entrar y no podrán."
Algo público si que hay. Pero vamos, que el tema del número es algo irrelevante. Tenemos demasiada tendencia a compararnos con los demás, y nuestra mentalidad se puede fijar más en la mera probabilidad de salvarse por descarte - si no hay muchos y yo no soy de los peores, la cosa no va mal - que por misericordia de Dios.
En el fondo es la tentación de pensar que podemos ganarnos nosotros mismos nuestra salvación.
Que lo cómodo sea seguir diciendo: "no sabemos si alguien ahí", no significa que sea lo mejor para salvar almas.
Y que o nos tomamos en serio la vida -ésta y la que vendrá tras nuestra muerte- y las advertencias continuas de Jesús, o vamos a comprobar en nuestras propias almas que el infierno no está vacío.
¿ De verdad alguien se cree que serán separados en la otra vida? ¿Nos imaginamos familias destruidas en la otra vida solo porque unos creyeron y otros no? No es una visión adecuada de una gloria eterna.
Es tal nuestra ceguera que vivimos de espaldas a la unica realidad segura de nuesta vida que es la muerte.
Debemos prepararnos para ese momento. Recordemoa la parabola de las diez virgenes.
Me causa dolor que por miedo la gente niegue el Infierno. Hasta en Medjuogorje y a carismáticos, les he oido decor que el Infierno está vacio y que practicamenteo no existe, lo que nos llevo a una vehemente discusión pues la existencia del mismo es un dogma católico.
No le demos la más minima ventaja a satan sobre nuestra alma. Que no nos pide desprevenidos.
Recomiendo las reflexiones del cura de Ars que Jose Luis en su comentario del tema anterio de este blog nos regalaba.
Un abrazo fuerte, D. Jorge.
La Misericordia de Dios es para los que antes de morir, practicaron la misericordia con sus prójimos. Pero el pecador incorregible, al no esperar nada de la Misericordia de Dios ya antes de morir, cuanto menos podrá alcanzar la Misericordia, porque su desesperación le hace desconfiar.
Pero bien sabemos ya desde el Antiguo Testamento, que si el pecador, se entrega plenamente a la Misericordia Divina, por el Sacramento de la Penitencia, en menos de un instante sus pecados quedarían perdonados, Dios ya no se acordaría de todas sus maldades, porque ha visto en su corazón sinceridad y verdad, de arrepentimiento.
El problema está en que los pecadores antes de morir, no son capaces de percibir esa Misericordia divina, porque sus malos hábitos, vicios y pecados, se les ha hecho como un muro que tapa, y no ve lo bueno, sino lo malo, los demonios se aprovechan de ello, para aumentarles la desesperación eterna.
Que no nos engañen, en el infierno existe un sitio para todos nosotros, y con ayuda del Señor espero que se queden vacios el mayor número posible.
Saludos y Bendiciones.
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Claro, claro, es que hay que ver que malos son esos pecadores, siempre otros...
Por lo menos Luis López se cuenta entre los que corren riesgo; pero, ¿cómo puede haber tanta gente empeñada en que se predique el infierno a los demás? "salvarse, lo que se dice salvarse, el papa, yo y algún que otro obispo”, no es sólo una frase chusca, parece que es lo que más abunda por aquí.
Bueno es, don Jorge, que copie la literalidad del número 1033 del Catecismo, a mí me reconforta y me da esperanzas en que la salvación es posible hasta el último instante; y que ésta es muy difícilmente rechazada por nadie. Estamos en la misericordia de Dios, y en los méritos de la pasión de Cristo y en la intercesión de la Virgen y los santos ¡Cuánta esperanza proporciona la verdad católica!
Bendiciones!!
Segun el catecismo de la Iglesia, 1036, negar el Infierno es peoco menos que llamar nmetiroso a Nuestro Señor. Vease San Matero 7, 13-14.
Dios lo bendiga
Supongo que la Libertad que se nos concedió alcanza hasta la posibilidad de 'arrepentirse y reconvertirse'... o no.
En cualquier caso (y a las puertas de él), tan sólo un idiota mental profundo no lo haría.
: )
-Ciertamente que sí. Muchísismos más de los que poseerán el planeta Tierra cuando todo sea cambiado.
- Desde el principio hasta el fin de nuestros días: Solo dos séptimas partes de un todo partido por dos, de los individuos habidos en el planeta Tierra, serán salvos en esta primera resurrección. (Ap.20,5-6)
-"Muchos serán los llamados y pocos los escogidos". Sin que aquí se diga quienes y cuántos serán los que por no pertenecer a alguno de los dos apriscos que Jesús tiene. (Jn.10,14-16) no serán llamdos.
-Y no serán llamados porque así como Isaac, como hijo mayor de la Tierra promerida; e Ismael como hijo menor pródigo del desierto, descienden en legítima herencia genética, total o parcialmente, del padre Abraham. Así, estos los no llamados, no serán llamados porque son hijos, descendientes, de extranjería.
-No se asusten ni se escandalicen por éste número de 12.000. (Ap.7-4-5) Y consideren mejor que este número no es de individuos o simbólicamente como algunos pretenden. Sino consideren que son generaciones o padres de familias; Que en primogenituras, desde Abraham hasta nuestros días, han trasnmitido sucesivamente su herencia genética. (
-No obstante, siempre y cuando se esté iniciado en estos temas, y basándose en la exégesis -hermenéutica- de los números del Apocalipsis; Se puede hacer un cálculo esquemático de entre las ovejas que como Felipe son verdaderos israelitas, y las que como Hijo pródigo Jesús conoce como suyas. Y las que no conoce porque son hijos de extranjería.
-Así calculemos: Desde el principio Padre Adán, hasta el fin nuestro días:
-Dividamos el todo de individuos habidos por dos. Y consideremos cómo una de estas partes, por causa de su herencia genética de extranjería no puede ser llamada ni menos escogida.
-De la segunda media parte a tener en cuenta: La dividiremos por siete. Y de estas siete partes consideremos que solo dos partes serán salvas (Ap.17,9-10) de la primera muerte hacia la primera resurrección (Ap.20,5-6)
Esta aversión a la lectura incluso del Catecismo de la Iglesia Católica, que algunos ya dejan de leerlos, o bien, a San Alfonso María de Ligorio, como ejemplo, o al Santo Cura de Ars, hay personas que no le agradan, y no lo leen, sólamente quieren expresar sus conocimientos a medida personal, no cuenta con el Espíritu Santo, y tratan de desaconsejar a otros que lo lean. A mí me dijeron por la década de los noventas, que tirase los libros de San Alfonso María de Ligorio, lo cual no lo hice.
6.- Muerte del pecador
7.- Sentimientos de un moribundo no acostumbrado a considerar la meditación de la muerte
15.- Malicia del pecado
16.- Misericordia de Dios
17.- Abuso de la divina misericordia
18.- Del número de los pecados
19.- Del inefable bien de la gracia divina y del gran mal de la enemistad con Dios
21.- Vida infeliz de pecadores y vida dichosa del que ama a Dios
Estos capítulos los destacos, porque hay quienes llevan una vida mundana, tibia, superficial, una vida sin Dios, por tanto, ya no cuenta con la salvación de su alma. Pero en el momento, antes de morir, ya ve la realidad, se reconoce así mismo con frecuencia, que por llevar una vida mundana, o sumergida en vicios y pecados, han llegado a decir, por permisión de Dios, para que otros le oyeran: "Por justo juicio de Dios estoy condenado".
Vemos aquí el justo Juicio de Dios, pues cuando recibe la sentencia definitiva, descubre que no merece el cielo, sino el infierno. Es el propio corazón quien elige si quiere ser salvado o condenado, pues Dios que quiere salvar a todos, no puede obligarles a que se salven.
Aunque he destacado esos capítulos como ya he dicho, recomiendo que se lea desde el primer capitulo que lo verán aquí.
Preparación para la muerte
Autor: San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia
http://es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=493
Sobre todo: La Misericordia de Dios, y los abusos de la Misericordia divina.
Muy recomendable también es reflexionar el Catecismo, del que el P. Jorge, ha compartido.
¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra. (Lc 12, 51-53)
Todo parece indicar que serán muchos millones de humanos salvados. Pero por las palabras de Cristo que dice que son pocos, parece que habrá más condenados que salvados.
Para estos que dicen que el infierno está vacío porque es imposible no arrepentirse, hay que recordarles que, uno de lo dramas del hombre moderno, es que no se arrepiente de nada, y que para él, Dios es una figura irrelevante, porque no creen o porque han vivido muy alejados de Dios. A parte de los que han pasado la vida haciendo la guerra a Dios, que no son pocos.
(Juicio Final a la Humanidad. Irrupción radical y repentina. Se acabaron las oportunidades)
Después de esto miré, y he aquí UNA GRAN MULTITUD de todas las naciones y razas y pueblos y lenguas, y nadie podía contar su número...
(Mejor así. Cuantos más mejor, no?)
: )
19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz sea con vosotros.
20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.
21 Jesús les dijo otra vez: La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.
22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
23 A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
¡Cómo si los sacerdotes no se equivocaran!
: (
La mayoría, (pienso, yo hablo por mí), pasaremos una vez arrepentidos y perdonados, por la ´mayor blanqueadora de almas´ creada para dar el resplandor necesario para poder soportar la presencia de Dios en toda su Gloria. Me temo que por ahí yo habré de pasar, y no me es motivo de desesperación, sino de esperanza a pesar de que será doloroso.
Pero hoy en especial, no es acerca de mi, es el día de las almas en ese Purgatorio que necesitan nuestros ayunos, sacrificios y plegarias e indulgencias.
¿Qué dios podría concebir tan misericordiosa institución como la Comunión de los Santos? No desaprovechemos esa Gracia, especialmente hoy.
Y para aquellos que dicen que el Infierno no existe porque lo pasamos aquí en la tierra, piénsenselo mejor. Que existe, que no está vació, y que aun tiene sitio para multitudes, además que contrariamente a lo que los ortodoxos creen, nunca se vaciará, es eterno. En compañía de los Santos que ayer venerábamos, te pedimos, ten piedad de esas almas
Me pregunto si usted está ya muy seguro de estar en esos 2/7 de "Salvados".
Hace ya mucho tiempo que la Iglesia enseña que el Apocalipsis es un libro simbólico y que está escrito en lenguaje "Apocalíptico", que no tiene en manera alguna significado tendiente a "futuresco", sino es un lenguaje para expresar en modo clave lo que sucedía en el Imperio Romano.
Creo en la existencia del infierno, de ninguna manera se puede ser Católico y negar la existencia de un dogma... pero absolutamente NADIE puede decir cuantos se encuentran exactamente, ya que solo Dios conoce lo que pasa en el alma de las personas a cada segundo... y como bien han dicho otros hermanos, existe la posibilidad de que en el último segundo de vida la luz se haga tinieblas, tal como sucedió con el Buen ladrón.
Me recuerda ud. al fariseo que se jactaba de su rectitud...
¡Menos mal que no seguiste el consejo de tirar las obras de San Alfonso María! ¡Son un tesoro inestimable, un pozo de sabiduría cristiana!
He leído "Preparación para la Muerte", y tengo que decir que es uno de los libros que más bien me ha hecho. Es tremendo. No creo que haya nadie que, después de leer esto, no le entran ganas de ser más santo.
En cuanto al Infierno, recuerdo una frase que pronunció la Virgen en Fátima. Parafraseando, era algo como: "las almas están cayendo en el Infierno como copos de nieve en un día de invierno." Es para asustarse y acogerse cada vez más a la Misericordia infinita Divina.
"Pasión de Cristo, confórtame,
No me permitas que me aparte de tí..."
Mientras tratamos de ser santos cada día debemos clamar al Señor que, al menos, supla con su misericordia, nuestras faltas, y nos ayude a conseguir la salvación, aunque sea en el ultimo lugar del purgatorio. Leí a un santo decir algo parecido.No vaya a ser que nos olvidemos de pedir a Cristo la salvación con temor y temblor,porque ya nos creemos santos y salvos.
Por eso, especialmente en este día de los fieles difuntos, debemos de tener mucha devoción a estas benditas almas tan queridas por Cristo, que ya están seguras de ver la luz de Dios y por eso, su sufrimiento es tan inmenso pero, a la vez tan dulce (saben que no es eterno). Implorarles por nuestra salvación y a su vez orar para que ellas entren pronto en la luz de Dios desde la misericordia del purgatorio.
Lo dicho, si no fuera por la bendición del purgatorio, la mayoría acabariamos en el fuego eterno.
Un padre que "sobreprotege" a su hijo acaba por malcriarlo y convertirlo en un pelele sin inteligencia emocional y, sin capacidad de empatía ni de superar las frustraciones. Un Tróspido, vamos. jeje.
Vaya locura la de rastri...
Me pregunto si usted está ya muy seguro de estar en esos 2/7 de "Salvados".
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-Pues sí Rodolfo; Hoy por hoy, le aseguro que estoy entre estos 2/7.
- Y permítame decirle que es gracia uno tiene y debe decirlo, si se le provoca. Y que de necio sería negar la gracia, pues quien la gracia niega; niega a quien la gracia otorga.
-Por lo que respecta al libro del Apocalipsis es tan simbólico cuanto lo es una ecuación radical o esponencial del número 6,6,6,. (Ap.13,18) Que solo saben calcular quien esta gracia tienen.
-De cualquier forma, al menos que usted esté ciego; usted, actualmente, está viviendo la consecuencia inicial de varios sellos del libro del Apocalipsis abiertos. Espere un poco más y verá, amén de cómo el dinero no valdrá nada y aplíquele los vesículos de la caida de Babilonia la grande (Ap.18,9-19) Como esas especies langostas (Ap.9,7-8) o irradiaciones producto del reventón de las irradiciones de centrales nucleares.
-Por lo que respecta al infierno, lugar con una definida dimensión de calor; o estanque de fuego donde el gusano no muere; Que más que calor que quema la periferia del cuerpo quema el alma del mismo, es luz que es vida primitiva, donde no cabe la vida evolucionada del ágel, por ejemplo. Tiene su principal lugar de depuración en el núcleo de este nuestro sistema solar, sea el sol.
-Por lo que respecta a los condenados, cada cual en su individual soledad, no solo se ven privados de su vida racional; gracia que es ésta la que de Dios procede.
-Y por lo que repecta a ese agónico último segundo de vida donde Dios perdona a quien se arrepiente: No se duerma usted porque no es muy corriente que sueceda. Ya que muchos de estos condenados, antes de llegar al último suspiro, ya estaban muetos.
Otra cosa que le pediré es valentía para despedirme de los que amo para toda la eternidad... ya que como ud. dice que la Biblia nos habla en términos matemáticos exactos, entonces no creo que todos los de mi familia se salven... ni de la suya, así que es ud. muy valiente para mirar a sus hijos, padres, hermanos o amigos y saber que estarán ardiendo por siempre...
Dios lo bendiga y espero que entienda realmente el trasfondo del término Salvación.
http://www.youtube.com/watch?v=2rWcU5fb04Q
Según el P. Fortea, experto demonólogo, son pocos los que se condenan, pero "aunque sólo fuera el 0,01 de la población ya sería una tragedia, LA tragedia".
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-Pues si el P. Fortea dice que son pocos los que se condenan.
-Bástenos considerar cómo a través de las sucesivas civilizaciones de poder de este mundo; tales, como la egipcia, la griega, la romana etc. han repudiado la moral judeocristiana. Amén de otras tantas ideologías modernas que siguen repudiando el poder mísitico de la Iglesia de Cristo. Aún: sin tener en cuenta lo que Cristo dijera cómo: muchos serán los llamados y pocos los escogidos:
-Permítame que le diga, que considerando esto, el P. Fortea entiende poco de lo que es la antropología hereditaria de este mundo. Donde como semillas de cizaña " hay gentes que como hijos de la ciencia especulativa nacen ya muertas a la gracia de Dios hantes de morir", por una parte. Y por otra éste como experto demónolo entiende menos del poder del Demonio.
-El verdadero entender del poder del Demonio no es tánto y cuándo se manifieta en la espectacularidad de ciertos exorcismos. Si no en saber cúando y cómo, éste, se viste de justicia divina para ser considerado y adorado.
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Esforcémonos, en que no seamos caso perdido, desairando abogado tan bueno que dió su vida por salvarnos.
Y si, la confianza nos sostiene, mirando a su misericordia.
Las peliculas del Exorcista, Friday 13 y programas como 'The Haunted' son muy populares, tanto así que se repiten muchas veces en el año.
¿Son muchos los que se condenan?
Según dice "rastri" aludiendo al P. Fortea, que "son pocos los que se condenan".
Pero es importante conocer el Nuevo Testamento,
Uno le dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» El les dijo: «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán. (Lc 8, 23-24).
Esos muchos pretenderán entrar, y no podrán, no se salvan. Y Cristo no puede equivocarse porque es nuestro Dios y Maestro.
Esto es lo que enseña el Santo Obispo y doctor de la Iglesia Católica, Alfonso María de Ligorio.
Solo pongo un extracto, que dice que son millones los que se condenan.
5º El tacto: EL HACINAMIENTO Y LA INMOVILIDAD. — Vendrá además de aumentar el sufrimiento, porque, por muy larga que fuese la fosa infernal, con todo resultará sobrado angosta para tantos millones y millones de condenados que como bestias se amontonarán unos sobre otros: Puestos en el infierno cual rebaño, que la Muerte apacienta [Salmo 48, 15]. Dice, además, la Sagrada Escritura que los desgraciados estarán de tal modo hacinados como las uvas del lagar, siendo este tormento como la venganza de un Dios irritado: El lagar el vino del furor de la cólera del Dios Omnipotente [Apoc 19, 15]. De aquí se sigue otro tormento, la pena de inmovilidad: Hundiéndose como plomo en las aguas impetuosas [Ex 15, 10]. Como el condenado caiga en el infierno en el día del juicio universal, de lado, para abajo o para arriba, levantada la cabeza o caída, así tendrá que estar siempre, sin poder cambiar de posición y sin poder mover ni pie ni mano, ni siquiera cambiar un dedo, mientras Dios sea Dios. ( San Alfonso María de Ligorio, Sermón sobre el infierno, páginas 659-667, Obras Ascéticas, T. II )
Este Santo Doctor, siempre se acoge a las Sagradas Escrituras para sostener su doctrina.
Pero el camino de la salvación está abierto para todos, es el propio ser humano quien decide qué eternidad prefiere, y lo demuestra conforme a sus obras, ¡ojo!, no olvidemos aquello que ha dicho Jesús, que muchos querrán entrar y no podrán. Pero también aquellos que no quieren entrar es todavía un número mayor, por eso, es conveniente que el ateo, el comunista, el anticatólico, el tibio, etc. entre en sí mismo, se examine profundamente, y se arrepienta, y persevere en el Amor de Dios, tras la confesión de todos sus pecados que se acuerde, y de los que no se acuerde, sea aún más humilde para con Dios, que cuando ve un corazón sincero y humilde, se gana el cielo.
¡Dejen a Dios ser misericordioso y a los pecadores ser libres de arrepentirse siquiera en el último instante!
Miren que, como sean tantos como dicen ,os que se condenan, los mismos que exhiben felices ese empeño podrían ser del número de los condenados...
Gusta hablar de la Misericordia de Dios, y es bueno, a todos nos gusta, del cielo, pero del juicio, ni de la muerte de los pecadores incorregibles, ni del infierno, no es bueno hablar. Pero esto es lo que pretende el demonio, y cúantos por estos rechazo, también han perdido la gravedad del sentido del pecado. No se callaba San Alfonso María de Ligorio al hablar de estas realidades, tampoco el Santo Cura de Ars y otros Santos Padres.
El rechazo de los nóvisimos, yo diría que es el apego de la ignorancia y del conocimiento, el apego al pecado, al mundo.
Si Cristo nos habló del Juicio y con claridad, como también leemos en el Apocalipsis, o la Madre de Dios en las revelaciones de Fátima a los pastorcitos mostró el infierno, los padecimientos que eran variados e insoportables de las almas condenadas, a unos niños, los cuales se tomaron muy en serio el camino de la fe, y las penitencias que hacían por la conversión de los pecadores, para librarlos de ese castigo que arrastra los propios pecados.
Hablar de los Novísimos es necesario, no por temor al infierno, sino para amar al Señor, porque el infierno es consecuencia del desamor, del pecado, de la desobediencia a Dios y a la Iglesia Católica.
Hubo santos y santas que se les permitieron ver el infierno, hacer una visita a ese estado real y eterno.
Las tentaciones del demonio: “el demonio no existe” “el infierno está vacío, o no hay muchos condenados”, “Dios no existe, vive en paz”, “no pasa nada por que cometas un pecado mortal ahora, que ya te confesarás”, “no hay que hablar tanto del infierno, de los condenados”, etc. Etc.
Hay que hablar de estas cosas para hacer una renuncia total, definitiva a la conducta mundana, que tanta desgracia atrae para el alma.
Yo recomendaría una o dos veces al año asistir a retiros espirituales, donde se hablen seriamente de los Novísimos, y meditarlo a lo largo del tiempo. Desgraciadamente no todos están capacitados para hablar en los Ejercicios Espirituales, porque hacen una mezcla extraña, “chistes”, “cuentecillos sin sentido”, carcajadas, palabras mal sonantes, o palabras impuras, que yo he escuchado cosas así, incluso hasta herejías en otros momentos, estos hay que evitarlo a toda costa para no perder de vista el Amor que Dios nos tiene. Pues el demonio tiene a sus propios agentes para confundir.
“Dejen a Dios ser misericordioso”, hay que añadir, dejen a Dios obrar en Justicia, porque no se debe buscar una mitad, el verdadero Dios es tan Misericordioso como tan Justo, y a cada cual da según corresponda las propias obras que ha hecho a lo largo de su vida, obras y pensamientos buenos o malos, tienen su paga eterna.
EL alma que ya está condenada, reconoce: “Por justo Juicio de Dios estoy condenado”. Por el contrario, lo que nos salva es la Misericordia, los que obran la Misericordia de Dios, tienen la necesidad de practicar la misericordia con sus prójimos; aman a sus hermanos, no tienen resentimiento contra nadie, aunque le hagan hecho daño.
Bajo esta premisa, pretender que Dios respeta la libertad del ser humano para tomar sus propias decisiones y en consecuencia ser castigado o recompensado, es una falacia y una hipocresía.
Los que tal cosa afirman, convendrán también en que si alguien nos pone una navaja en el cuello para que le demos la cartera, nosotros seguimos siendo absolutamente libres, y si nos negamos, el ladrón después de matarnos, asegurará que ha sido escrupulosamente respetuoso con nuestro libre albedrío. Señores, busque otra explicación al infierno porque la del respeto no cuela.
A mi pobre entender, creo que un juez justo haría justicia, es decir, pagaría lo que ha hecho y si la persona condenada llega a ver la luz, entendería que es bueno cumplir con la justicia para que su Alma esté en paz y pida perdón y sea perdonada por la persona a la que le hizo daño.
En conclusión, el purgatorio debe existir para los que deseen pedir perdón y reparar el pecado cometido. El infierno para los que no desean arrepentirse.
Un saludo para todos.
La cuestión importante no es no entrar en el cielo, puesto que, lógicamente, nadie va a donde no quiere ir, y hay muchas personas que no les resulta interesante, atrayente ni JHS ni su mensaje, y acogiéndose a la posibilidad que Dios ha establecido de poder rechazarle, no se interesan por su ejemplo y doctrina. Es hasta cierto punto lógico que sólo entren en la Gloria los que quieran.
El tema es que una buena persona, juiciosa, racional...no puede aceptar los tormentos indecibles y eternos que dicen sufrirán. Esos tormentos que en la tierra serían causa de una denuncia ante el Tribunal de la Haya, no pocos hombres de fe se lo imputan a Dios de alguna manera, al permitir Dios que se den eternamente en el infierno. Hay que re-pensar el infierno, y seguramente será lo que siempre hemos dicho sería el limbo - que ahora parece que la Iglesia admite que sólo era una hipótesis teológica - y que está muy bien reflejado en la "Divina Comedia" de Dante. No se puede aceptar esas torturas que aquí serían para llevar al patíbulo al presidente de un país que las pusiera.
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