La señora Rafaela y los derechos humanos en la Iglesia
Me contaba la señora Rafaela que hace unos días la invitaron a una reunión de un grupo católico en Madrid. Ella, que estaba en la capi en casa de su hermana porque andaba de médicos, aceptó sin mayores complicaciones.
Al grupo le tocaban quejas. Se lamentaban de la situación de la iglesia. Hablaban de teólogos censurados, de falta de libertad de expresión, de censura, de que no se respetan los derechos humanos en la Iglesia.
Ellos, que ya sabían de qué pie cojeaba la señora Rafaela, la iban mirando de reojo. Y ella calladita. Hasta que comenzó a hablar. Y más o menos en este tenor:
Tenéis razón. En la iglesia no se respetan los derechos humanos, especialmente los derechos de los débiles. Os voy aponer algunos ejemplos.
En mi pueblo siempre nos enseñaron lo mismo. Teníamos nuestra iglesia, arreglada con el esfuerzo de todos los vecinos. Nos enseñaron la doctrina con el catecismo de Astete, se iba a misa, rezábamos el rosario, el mes de mayo, confesiones de vez en cuando, nuestros devocionarios, un pequeño ajuar que nos costó sudores disponer de él, alguna cofradía de hombres y mujeres, exposición del Santísimo… ya me entienden.
Pero llegó don Gabriel de párroco. Y decidió tirar la tribuna de madera de la iglesia. Y cambiar el altar de sitio y ponerlo en medio de la nave para que las misas fueran más comunitarias según él. Y nos tuvimos que aguantar porque para eso era el párroco. Más gastos que tuvimos que pagar entre todos. Nos dijo que rezar el rosario no servía de mucho y que para qué queríamos el Santísimo expuesto. Y que qué era eso del pecado.
Don Francisco a continuación. Ese decidió tirar las casullas viejas que tanto habían costado. Y las albas con puntillas. Y comprar otros ornamentos, que también hubo que pagar. Nos dijo que no hacía falta confesarse, que lo que decía el papa estaba fuera de lugar y que el obispo solo quería mandar y nuestros donativos. Este es el que intentó echar a la basura la pila bautismal, medieval por cierto, y que conseguimos mantener convirtiéndola en macetero.
Por el pueblo pasó don Julián, que después se casó y nos dejó las cuentas a cero porque se llevó todos los ahorros de la parroquia.
Más tarde vino Javi, que no quería que le llamásemos don Javier. Que decidió que la casulla era mejor no ponérsela. Vaya. Dinero tirado.
Pero don Juan, posterior, colocó de nuevo el altar en su sitio. Más gastos. Y volvió a la exposición del Santísimo, y a decirnos que cómo nos confesábamos tan poco.
Es decir, que los curas vais a las parroquias como el que va a su cortijo. Hacéis lo que os viene en gana. Cada uno predica lo que le apetece. Unos que el sexo es malo, otros que no es para tanto. Este que nos confesemos, este otro que para qué. Aquél que hay que estudiarse el catecismo. Ese que el catecismo no vale porque los obispos están tontos.
Por supuesto que no se respetan los derechos humanos, sobre todo los nuestros, los de la gente corrientita. Porque vosotros los curas hacéis lo que os da la gana, os pagamos el sueldo a fin de mes y las chorraditas que se os ocurren para la parroquia. Porque viene don Justo y levanta un altar para el Santísimo. Y a pedir dinero. Viene Paco se lo carga y monta otra cosa que le gusta más. Más dinero. Aparece Don Ángel y todo es pecado. Le sustituye Chus y todo vale.
Yo, obispo, os ponía a todos en vereda. Esto es lo que es. Y al que no le guste, que se vaya. Y más respeto a la gente, caramba. Que yo no sé mucho de derechos humanos, pero sí bastante de tomaduras de pelo. Y en eso algunos curas sois expertos.
También se quejaba Don Gabriel de falta de libertad y de que los obispos y el papa eran unos marimandones. Pero él, para cargarse la tribuna, el altar y lo que quiso, no contó con nadie. No falla. Cuanto más se quejan de opresión, más dictadores son. Lo tengo muy visto.
17 comentarios
Por eso no faltaron quienes llenaran los turnos de vela ante el Santísimo, ni quienes acudieran al confesionario de tal forma que d. Juan tuvo que aumentar las horas diarias que pasaba dentro de él...Y no les dolió, "ahora no" -dijeron- aportar sus donativos para que el gran Sacrificio Eucarístico se realizara en un Altar digno.
Aprendieron qué importante es que el sacerdote sea fiel y cumplidor "en lo poco y en lo mucho", que sea hombre de oración, y humilde. Y para eso, qué importante es rezar por nuestros sacerdotes, por su santidad. Y así, nuestros hijos, viendo sacerdotes santos, sencillos, trabajadores, obedientes y felices se empezaron a decir: "yo quiero ser, vivir así..."
Por eso ni d. Gabriel, ni d.Francisco, ni d.Julián ni Javi fueron "inútiles"...Dios se valió de ellos para que nos demos cuenta todos de que "quien tiene un buen sacerdote -cerca- tiene un tesoro" El tesoro es Cristo, que de todo se sirve para mostrarnos dónde está la Salvación.
Gracias por el post, d. Jorge. Rezamos por usted y por todos los sacerdotes, incluso los que aún no han descubierto dónde está la perla preciosa.
Un saludo.
José Manuel Genovés.
-Y a mi se me antoja que como al hijo mayor de la parabola, pasado ese tiempo de aggiornamento final, donde Dios invita a reflexionar a tantos escogidos acerca de lo que es la Boda y por ende lo que es la la verdadera salvación; Como en la ingrata actitud del hijo menor pródigo. Estamos en ese tiempo donde cada cual dueño de su destino dice y hace lo que le acomoda.
-Sin querer admitir que llega el tiempo de constatar, cómo quien como gente escogido entre tantos los llamados, es o no es lo suficientemente esforzado como para pasar la tribulación del tiempo que llega sin desesperar de lo que es la verdadera piedad divina.
En el tema de los gastos en la Iglesia hay otro asunto que me deja estupefacto. Hay muchos curas que se meten - o les meten - a hacer obras en las parroquias sin tener ni idea - aunque ellos piensen que algo saben -. Es urgente que las diócesis tengan al menos un arquitecto experto que dirija las obras de las Iglesias en las diócesis. He visto tomaduras de pelo carísimas porque el párroco hacía de director de obra, promotor y hasta casi constructor.
No sé como calificar esas situaciones donde la obra es un edifico nuevo. No me canso de ver Iglesias nuevas horribles carísimas que han usado materiales ramplones, o que en invierno están heladas, o en verano son hornos. Ha llegado un punto que prefiero un local prefabricado que la iglesia nueva.
Las diócesis tienen sus departamentos de obras y normativa muy clara al respecto. En arreglos, restauraciones y no digamos obra nueva. Otra cosa es que cura respectivo decida hacer lo que le da la gana sin consultar con nadie, que a veces pasa.
No se desanime en cuanto a iglesias nuevas, que las hay muy conseguidas.
Le inivito a ver la mía, dedicada hace ahora tres años. Si abre la web, y tiene un poco de paciencia, irá viendo sucesivas fotografías. Ya me dirá.
http://www.archimadrid.es/beatamogas/index.html
Ese es el problema que con parecer "conseguidas" todos contentos. No tengo elementos de juicio sobre la suya, porque por no saber no sé ni el coste.
Luego, al cabo de los 10 o 15 años - o mucho menos -, empiezan a aparecer desperfectos, bien sea porque la constructora se la jugó con materiales de menos calidad, el arquitecto se creía que una Iglesia era un edificio para desarrollar su espíritu creativo, o por mil otros motivos.
No sé como están organizadas las diócesis por dentro, pero en Madrid, en la suya, he visto cargado con una obra nueva - supongo que no con toda la obra - al párroco, y en más de una ocasión tomando decisiones que no le correspondían en contra de su voluntad. He visto el coste de partidas de obra en una iglesia normalita nueva que me dió un vuelco al corazón. He visto a párrocos heroicamente entregados en la reforma de su iglesia porque casi amenazaba ruina, y su diócesis se mantenía al margen de todo, he visto muchas cosas, pero ahora no se lo cuento porque no tengo tiempo, así que si existen esos departamentos, funcionan de pena, salvo en su caso, afortunadamente.
Dígamelo a mi que vivo aquí hace más de 30 años. De los que solo tenemos 10 de ser parroquia y que, en esos 10, han pasado por aquí cinco párrocos.
Por otro lado no es verdad que el cura tenga potestad para hacer lo que le plazca en la parroquia, si se ha hecho es porque se contaba con el beneplácito, el visto bueno o al menos la callada condescendencia de los superiores diocesanos.
Y, por supuesto, los mayores descalabros los han hecho los obispos. Que le pregunten a un tal González Montes lo que hizo en Ávila hace más de una década, que ha costado litigios en los tribunales paganos así como la desnaturalización más absurda del presbiterio: un hombre se sienta en un trono de granito que oculta un Sagrario vacío.
Kyrie, eleison hymas!
http://www.archimadrid.es/beatamogas/index.html
-¡Vaya que sí!. Menuda iglesia, con mayúculas.
-Aunque no me gusta el Cristo así crucificado. ¿Sin madero donde fue colgado? Moderno, sí pero no.
-Sin el madero donde fue crucifiaco el "leño verde" no la podido existir el "leño seco".
-Busque y repase en actividades: Liturgía; que dice "Litrugia".
-De todas formas les felicito.
El fruto de tanto experimento y de tan poca fidelidad es precisamente ese: la desconfianza.
Por ejemplo: en mi barrio se esta construyendo una iglesia nueva. Cuando vea el altar AF Deum y el Sagrario en el centro contribuiré, hasta entonces, yo no subenciono sordinas a la Fe .
Primero el desagravio a Diod y luego la de grabación a hacienda!
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