La hija pródiga

Maribel (vamos a llamarla Maribel) desapareció de la parroquia hace ahora tres años. Catequista, colaboradora, amiga… Y voló. Un día que no viene y sin avisar, otro que tampoco. No contesta el teléfono, no responde a los correos…

Pregunté a su íntima amiga. Nada de nada. Tampoco le cogía el teléfono. ¿Qué pasará?

Un año después, estaba yo paseando por el barrio, cuando se paró a mi lado un coche, bajó Maribel, se me abrazó llorando y sólo me dijo: perdóname, un día te contaré, ahora no puedo…

Unos meses después supe que había fallecido su padre y me presenté en el tanatorio. Ella no podía creerlo: ¿pero cómo has venido, cómo te has enterado? te estoy muy agradecida…

Hace unos días alguien me dijo que Maribel quería volver, pero que no sabía ni cómo hacerlo. Habían pasado tres años, desapareció sin una palabra, imposible la comunicación. No era para nada fácil el regreso. Pero Dios hace las cosas.

Ayer por la tarde estaba un servidor en el despacho de caritas echando una mano a los voluntarios. Se abrió la puerta y entró Maribel. Salté de la silla, fui a su encuentro y nos dimos un enorme y entrañable abrazo. Ella sólo lloraba…

Cuando al fin pudo balbucear las primeras palabras me dijo: “tenía preparado lo que quería decirte, y es que yo no necesito ni vestido de fiesta, ni anillo en el dedo ni matar un ternero cebado, que sólo quería un abrazo… y no ha hecho falta, te has adelantado.”

Hablamos un poquito ayer. Esta tarde hemos quedado porque quiere hablar, rezar, reencontrarse de nuevo plenamente con el Señor. Hace un rato me ha enviado un sms: “Te doy las gracias por todo el cariño que me diste ayer, lo necesitaba. Doy gracias a Dios por tener gente que me quiere. Luego nos vemos. “

Pues qué quieren que les diga. Que ayer viví en carne propia la parábola de la hija pródiga. Bastaron un abrazo y sus lágrimas que llegaron a confundirse con las mías.

Cosas de la parroquia. ¡Tres años, Dios mío!

18 comentarios

  
Alfredo
Enhorabuena P. Jorge, eso siempre es una buena noticia.

Sólo espero que no haya ningún hermano de la hija pródiga que proteste por su acogimiento.

Un saludo.
25/09/12 1:43 PM
  
Norberto
Seguro que el que protesta es un parroquiano con apellidos, si lo sabré yo...
25/09/12 1:56 PM
  
Maricruz Tasies
Qué alegría!
25/09/12 2:26 PM
  
eleuterio
¡Cuántas cosas buenas os pasan a los curas!

¡Qué envidia! (sana, claro)
25/09/12 2:28 PM
  
Juanjo Romero
No hace falta que lo diga, pero las cosas que cuenta son muy entrañables...
25/09/12 2:34 PM
  
Generalizaciones
Norberto, usted sabe muchas cosas... pero lo demuestra poco.
25/09/12 3:15 PM
  
Alexander
Bendito sea Dios!

Más alegría hay en el cielo...

Gracias por compartir la historia D.Jorge.
25/09/12 3:21 PM
  
Gregory
Si es entrañable un reencuentro hermoso y una experiencia edificante las puertas estan siempre abiertas a todos aquellos que se han ido para que lo sepan siempre cuando decidan volver.
25/09/12 3:22 PM
  
AMDG
Hoy hay fiesta en el Cielo.

Rezo por la perseverancia de Maribel.

Bendito sea Dios.
25/09/12 3:42 PM
  
Eduardo Jariod
Sin duda, es Dios quien hace las cosas, pero tanto Maribel como usted han permitido que Él las haga.

Bello reencuentro. En fin, nuestra vida es un peregrinaje, sí, peregrinaje que consiste en una sucesión indefinida de alejamientos y retornos, de conversión y de pecado.

Todo católico consecuente con su fe y pecador, como lo somos todos, es esta Maribel de su parroquia. Que nunca nos falte el abrazo del Padre que nos acoja...

Ciertamente, D. Jorge, es usted un buen cura.
25/09/12 4:27 PM
  
Gaby
Ay! Si yo les contara la cantidad de veces que el Señor ha corrido a abrazarme! Igual que el padre con Maribel, igualito.
25/09/12 4:43 PM
  
juan ( )
Pues Padre usted no es un padre sino un PADRAZO, no un “cura a secas" sino ” to un peazo cura". Y de acuerdo 100% con Juanjo arriba.
Después de tantas noticias no tan buenas , me hacía falta. Gracias por utilizar tan bien la Gracia que Dios le da; a Él pido que más le de y a usted que la utilice tan pronto las reciba. Siga compartiéndolo con nosotros.
25/09/12 4:49 PM
  
José Luis
A los sacerdotes que me conocen personalmente de mi barrio, que aprendan, ya que esto que ha hecho el P. Jorge es el Evangelio hecho vida, o Evangelio vivido es lo mismo, y no otra cosa.



25/09/12 9:35 PM
  
Cristiano Indignado
Felicidades, D. Jorge. Este tipo de cosas son las que me gusta leer en momentos duros. Aunque podamos discrepar algunas veces en pensamiento (recuerde que soy un hijo díscolo :D) no he dudado en ningún momento que tiene usted todo el aspecto de ser una gran persona. Y además tolerante, porque permite diversidad de opiniones en su blog.

Espero que esa persona esté un poco mejor. De corazón.
25/09/12 11:14 PM
  
Eva
Una historia preciosa. ¡Qué grande es la misericordia de Dios!
26/09/12 1:42 AM
  
yo mismo
Por cosas como ésta merece la pena ser cristiano. Perdonar y ser perdonado da una paz enorme.
26/09/12 2:46 PM
  
Gregory
En verdad que da gusto detenerse a leer sus temas usted habla de sus experiencias pastorales del amor de Dios es una diferencia muy grande con los que solo hablan de infidelidades de que todo esta perdido o de aquello que a ellos les parece que esta mal. Usted habla de la misericordia de Dios.
26/09/12 3:55 PM
  
Antonia
Yo misma fuí hija prodiga ,pero tubo compasión de mi.

Han pasado diez años de este acontecimiento, pero sigo pidiendo perdón el Señor ( no me perdono aun ) ruegue por mi Padre. Muchas Bendiciones.
26/09/12 8:57 PM

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