Yo soy un católico por el derecho a decidir
Queda fantástico. “Católico por el derecho a decidir” suena a madurez, responsabilidad, cristianismo adulto, libertad y sentido común. Vamos, que te presentas a un auditorio con estas credenciales y te pueden recibir como si fueras el último profeta. Viva la sensatez. Viva la responsabilidad personal (aplausos y vivas, por favor).
Como católico entiendo que hay muchas cosas que puedo decidir yo solito y en las que se me da una total libertad. Puedo acudir a la parroquia que más me guste, decidir hacer o no un testamento vital, llevar a mis hijos al colegio que dé la gana (con permiso de la junta de Andalucía), asistir a misa por el nuevo ordo, el tradicional o el rito mozárabe, incorporarme a movimientos o no… Yo soy ferviente partidario de esto. Yo soy un católico “por el derecho a decidir”.
La cosa se complica cuando ves por esos mundos de Dios (o del diablo, vaya usted a saber) a un grupo que se autodenomina “católicas por el derecho a decidir” y se te ocurre preguntar que qué es exactamente lo que quieren decidir. Y lo que quieren decidir es eso tan conocido de que “mi cuerpo es mío”, y “nosotras parimos, nosotras decidimos”, y que decido lo que hago con mi cuerpo sin límites, incluyendo la libertad para a abortar cuando me da la gana.
Si estas mujeres se presentaran como “católicas por el aborto libre y gratuito” quedaría la cosa bastante mal. Porque lo del aborto es muy fuerte y produce cada vez más rechazo en toda la sociedad. Pero se presentan como “católicas por el derecho a decidir” y queda hasta bonito. Para empezar se llaman “católicas” para mayor confusión de la gente que lo que se piensa es que si son católicas no dirán cosa mala. Y por el derecho a decidir, vamos, que no imponen, que viva la libertad, que hay que respetar.
Hay cosas en la Iglesia y en cualquier institución que son intocables. Incompatibles como el agua y el aceite. No se puede ser católico y estar a favor de la abolición del dogma de la Santísima Trinidad, negar la transubstanciación, rechazar el primado de Pedro , cuestionar la divinidad de Jesucristo y estar a favor de matar niños en el vientre de sus madres.
Efectivamente se denominan católicas porque les da la real gana ¿y qué? Es como si yo mañana formo un grupo de católicos por la abolición del dogma trinitario, de musulmanes por el politeísmo, budistas por una vida única, o culés por el triunfo del Real Madrid. Uno puede hacer el payaso como mejor le convenga.
Lo siento por las católicas por el derecho a decidir, por quienes las apoyan y jalean (la verdad es que no lo siento nada) pero estas señoras tienen de católicas lo que servidor de marxista cubano.
No se puede uno llamar católico y ciscarse abierta y chulescamente en la doctrina moral de la iglesia hasta promover tranquilamente el aborto como un simple derecho de la mujer sin mayores complicaciones. ¿Católicas por el derecho a decidir? No. Católicas por el asesinato de niños, católicas por la promiscuidad, católicas por la infidelidad, católicas por lo más anticatólico. Eso no es ser católico, evidentemente. Eso es promover el pecado, la destrucción y la muerte.
Pues están en el congreso de teología de la asociación Juan XXIII dando doctrina. Átame esa mosca por el rabo.
15 comentarios
Me da escalofríos la última frase...
Un abrazo.
Sin duda, deben constituir un reto para las autoridades doctrinales de la Iglesia, para los sacerdotes de a pie o de calle, como digo yo, y aun para todo fiel celoso de la integridad -que no integrismo, que es otra movida- de su fe católica.
No obstante, el problema gordo no se llama "Católicas por el Derecho a Decidir", me parece -sin pretender por ello minimizar su efecto social y aun eclesial-, sino que se llama, cómo decirlo, "mentalidad antivida, antinatalista e incluso proabortista metida en la conciencia de muchas mujeres católicas de nuestro tiempo".
Al fin y a la postre, las mujeres miembros de esa organización ultrafeminista no son tantas, las activistas digo; en cambio, la riada de mujeres católicas más o menos anónimas que pasan de la doctrina moral de la Iglesia -la anticoncepción es un secreto a voce3s que salvo un puñado de miles de parejas de bautizados como católicos, la debe practicar todo quisque hoy día, hasta teólogos y teólogas que se desempeñan en facultades de Teología católicas-, y que aun se muestran en sintonía con las movidas o propuestas de una organización como "Católicas por el Derecho a Decidir", es en verdad un reguero que no cesa de crecer. Es ya un río caudaloso que se sale de madre constantemente.
Con todo, no soy tan tarugo como para no entender que si son tantas las mujeres católicas que actualmente participan de la mentalidad mundana -algunas de estas conozco, feministas radicales, que hasta dan Religión católica en la escuela pública, o trabajan como técnicas en Cáritas...-, en alguna medida es por la labor de activismo feminista llevada a cabo por organizaciones como "Católicas por el Derecho a Decidir".
De manera que así las cosas cabría considerar si los obispos no están en efecto pensando en que lo bueno sería coger el toro por los cuernos, esto es, desautorizar firmemente una organización como "Católicas por el Derecho a Decidir" (abortar, por si alguien a estas alturas aún no se ha percatado de lo que estamos tratando. Me consta que en algunos paíss de Hispanoamérica lo han hecho. Creo que en España hace algunos años monseñor José Gea, quien fuera obispo de no recuerdo qué diócesis gallega -no tengo tiempo ahora para refrescar la memoria en Google-, llegó a publicar incluso alguna carta pastoral en que trataba de advertir a los católicos precisamente sobre el uso fraudulento del término "católico" llevado a cabo por las activistas de "Católicas por el Derecho a Decidir", presentándolas como una organización paraeclesial o extraeclesial contraria a la doctrina del Magisterio.
Con todo, acabo desde la perplejidad: más allá o más acá de la acción "zapadora" de organizaciones como "Católicas por el Derecho a Decidir" abortar, con sinceridad hasta los huesos, que diría el peruano César Vallejo, ¿cuántas mujeres católicas realmente fieles a la doctrina de la Iglesia, en materia de moral sexual, hay en España, quedan en España?
Mi pregunta podrá ser acusada de machista, sin duda, pero es tan obvia como la vida misma. De modo que así las cosas ¿quién le pone el cascabel al gato?
Pero mal vamos a defender el derecho a nacer del no nacido si empezamos a "no querer imponer la propia moralidad".
¡Qué católicas y qué decisión! Mienten y promueven la muerte más abominable. Mienten y matan.
Utilizamos demasiada palabrería. El asesinato de una persona no es cuestión de moral. Una mujer no tiene ningún derecho sobre la persona concebida en su seno, ya que es otra persona igual a ella, con la misma dignidad.
No me gusta nada el término "no nacido", es más correcto "dar a luz". Una persona nace en el momento de la concepción, en ese instante Dios le entrega un alma, y le reviste de la dignidad de haber sido creado a semejanza de Dios.
Lo leo muy seguido. Muy acertado su blog. Dios lo bendiga una y mil veces... en México hay una apatía religiosa creciente aprovechada por este tipo de grupos en donde siembran el error a tal punto de citar el gaudem et spes como base de sus tonteras. Llega a tal punto la confusión que en las elecciones recientes grupos de estudiantes católicos de universidad de renombre jesuíta apoyaban al candidato de la muerte, el candidato pro aborto. El mal está suelto en México. Grupos criminales se han apoderado del país sembrando el terror por el poderío de las drogas. El ver narcotraficantes colgados en los puentes, asesinados, saber de secuestrados o cualquier ajuste de cuentas es el pan de cada día en México. El ver un convoy de camionetas extrañas (por no decir narcotraficantes), el sonido de sirenas, militares o balazos nocturnos es algo "normal". Los niños están creciendo con esa tolerancia al pecado pues lo ven ya como algo común. Lastimosamente se respira la muerte en la tierra de la Emperatriz de América. El error está tan disperso que a pesar de que el actual presidente es un católico practicante, la secretaría de salud promueve con bombo y platillo el uso del condón con la frase "un condón es más seguro que el destino" asegurando erróneamente que su uso previene en un 99.99% las ETS fomentando así la promiscuidad. La moda no está exenta y grupos anticatólicos luchan por un derecho que por naturaleza no se tiene además de que adolescentes ven a varios narcotraficantes como "héroes" producto de la música y televisión, asumiendo el rol de pertenecer a un cártel o a otro como si fuera el apoyo hacia un equipo de fútbol. Necesitamos muchísimo de su oración.
Saludos desde una muy lastimosa tierra de la Virgen de Guadalupe..
¿cuántOs varones católicOs realmente fieles a la doctrina de la Iglesia, en materia de moral sexual, hay en España, quedan en España?
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Don Jorge:
En el congresillo de la Juan XXIII ésa, y aunque no lo lleven explícitamente en el nombre cada grupúsculo de los ahí congregados, hay bastantes "católicos contra dogma de la Santísima Trinidad" "católicos negadores de la transubstanciación", "católicos anti-primado de Pedro" y "católicos pro exclusiva naturaleza humana de Jesús de Nazaret".
¿He dicho bastantes? Más bien todos. "Todos y todas" claro.
Recordemos que cualquiera puede decirse católico pero no cualquiera puede llegar a serlo verdaderamente.
Estas mujeres quizás muchas de ellas ni siquiera se dieron cuenta de que estaban siendo utilizadas (una vez más) pero ahora con fines políticos.
Fué un intento lamentablemente bien logrado para sacar a la derecha del poder. Hoy en México hemos retrocedido 12 años al regresar a la tradicional izquierda política; triste pero ganó el machismo.
En fin, ese es otro tema. El punto es que ese "dichoso grupito" cumplió su cometido, ya no tendrá financiamiento y se irá diluyendo por las alcantarillas como lo que siempre ha sido; una putrefacta abominación.
Lo que a mi realmente me preocupa, es que sí; hubo quien creyó en ese "teatrito". Entonces me pregunto que estoy haciendo yo como católica PRACTICANTE que creo y quiero ser; para que este tipo de absurdos no hagan eco en la sociedad?.
Gracias Padre Jorge ya me puso a pensar, y espero en Dios que también a actuar. Aprovechando al máximo el próximo año de la Fé, habrá mucha siembra, para Gloria de Dios! amén!!!
Saludos y bendiciones para todos.
Me temo que católicos -o sea, varones- fieles a la doctrina de la Iglesia, un puñado también. Como las mujeres, más o menos. En este caso no es cuestión de rivalidades de sexo, de cuestiones de género, de reivindicaciones feministas, sino de algo muy sencillamente constatable.
El abismo entre la moral sexual católica y las prácticas, modos, modas y costumbres de los españoles, es cada vez más grande. Y habría que incluir también como propiciadores o motivadores de ese abismo a la mayoría de los bautizados, salvo ese puñado de hombres y mujeres cuyo número exacto solamente Dios conoce.
Por mi parte, no se trata de ninguna cruzada ni, Dios me libre, empeño alguno en meterme de chismoso del carajo y no precisamente bien invitado, en las alcobas ajenas. Pero resulta que la moral de la Iglesia católica, sí, sí cree que debe iluminar la conciencia de los matrimonios, de los cónyuges. Y claro, entonces salta la liebre: no hay que ser adivino para afirmar que, en función de hechos diversos que parecen meridianamente claros, solamente ese puñado de hombres y mujeres, cuyo número exacto compete a Dios y a su juicio sobre cada particular conciencia, son fieles al Magisterio también en las alcobas.
Acaso no pocas mujeres podrán acusarme de machista por causa de lo que planteo, solo que en tal caso me gustaría, si ello fuera posible, que acusaran primero de "machistas, patriarcales y antifeministas" al Papa y a todos los obispos en comunión con él, pues la que expongo es justamente la doctrina de la Iglesia católica.
Hablando en la lengua de Sancho -para ya concluir-: en condiciones normales si se usan los métodos de control naturales, que son los únicos que admite la Iglesia católica -a condición, no se olvide, de que no sean usados como métodos anticonceptivos propiamente, esto es, con fines decantadamente antinatalistas, y esto es algo que se suele olvidar-, una mujer ¿cuántas veces se quedará en estado? Y empero hoy día hasta distinguidos profesores y profesoras de Teología en facultades católicas se conforman con la parejita... Sospechoso.
Las mujeres podrán aducir todas las razones que consideran legítimas, y entiendo que muchas de ellas son y seguirán siendo la mar de legítimas. Pero es este hecho es incontrovertible: hoy se tienen muy pocos hijos, aparte de por las consabidas circunstancias de dificultades económicas y las dificultades para compatibilizar la vida familiar y la laboral, por la mentalidad contraria a la vida que se ha ido incrustando en la conciencia de la mujer católica moderna.
Y si encima el ejemplo de vida muchas mujeres prefieren tomarlo de monjas como Teresa Forcades y no del testimonio de santas como Gianna Beretta Moya... Pero claro: a ver cuántas de las mujeres jóvenes que hasta viven en lo profesional gracias a la Iglesia católica conocen algo de la vida de una creyente excepcional como Gianna Beretta. O conocen la doctrina al respecto -que la hay, aunque los progres traten de negarla- del papa Juan XXIII...
A mi modo de ver las cosas, la mediocridad de vida, salvo muy loables y esperanzadoras excepciones, es realmente pavorosa, espeluznante, como para echarse a temblar, en el seno de la Iglesia católica en España. Con todo, espero no haber molestado a nadie con este mi comentario; y mucho menos a las mujeres.
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