“La persecución es una bendición; significa que estamos viviendo bien nuestra fe”
El padre Rodrigo Miranda dice que es un “privilegio” el haber trabajado los últimos diez años en medio oriente, “donde nació la Iglesia”. Un mes después de su ordenación, este misionero del Instituto del Verbo Encarnado fue destinado a una parroquia de la franja de Gaza. Después vivió en Alejandría, en un barrio controlado por Al Qaeda en el que la fe se vive “en voz baja”. Más tarde sirvió en la frontera de Jordania con Irak y, por último, fue destinado a Alepo (Siria) en 2011.
Después de ofrecer su testimonio en el Congreso Internacional sobre Libertad Religiosa #WeArenN2016 organizado por CitizenGO y MásLibres.org en Nueva York llegó a España el 1 de mayo de la mano de Ayuda a la Iglesia Necesitada, donde ha participado en varias “Noches de los testigos”, un formato que une oración, testimonio y música.
Como voluntaria de AIN en Navarra he tenido el privilegio de recibir y escuchar al padre Rodrigo recientemente en Pamplona (España). Unas horas después de finalizar nuestra Noche de los Testigos una asistente me decía que había quedado muy impactada por la alegría y la paz que transmitía el padre a pesar del durísimo relato que compartía con nosotros.