Ayúdales a volver
¿Recuerdas aquella noche de agosto? Los soldados del Daesh, esos que odian al Niño y los suyos, llegaban a tu ciudad. Un obús cayó en el jardín donde jugaba tu hijo, el pequeño. No tuviste tiempo de recoger sus despojos. Había que salvar al resto de la familia. Quizás cogiste las escrituras de tu casa, tal vez cerraste la puerta con llave, pensando que pronto volverías a encontrar todo lo tuyo: tantos objetos que significaban algo, que tenían un recuerdo asociado. El álbum de fotos donde también guardabas algunas muy antiguas, heredadas, de tus abuelos, sentados en los bancos de ese jardín ahora ensangrentado.
La siguiente Navidad dormíais en una tienda, una de tantas. Todos los que pudisteis escapar teníais una vida nueva, distinta, lejos del sitio que os vio nacer a vosotros y a tantas generaciones. Vivíais en un cobijo ajeno, comíais de lo que os daban. Con María y José habíais tenido que dejarlo todo y veíais llegar al Niño comprendiendo más que nunca su pobreza.. y su grandeza. Te tocó llevar la Cruz y entenderla casi por primera vez. Confiaste a tu pequeño, el que quedó en el jardín, a los brazos de la Madre. Un día dijiste: “Doy gracias al Daesh porque ahora tengo más fe que antes". Tú eras de misa de domingo, de buenas costumbres. Ahora eres de Cristo.
Muchos se fueron de Irak. Tú no. “Aquí hemos nacido y aquí queremos vivir". Y confiabas: “un día volveremos". Y tres años después llegó la noticia. Tu ciudad había sido liberada. Un día te montaste en una camioneta con otros vecinos y fuisteis a ver qué os había dejado la guerra. Te metiste la llave en el bolsillo, pero ya no había cerradura.
Hoy tu pueblo es un montón de escombros. Todavía esta Navidad no podéis volver. Rebuscaste entre los ladrillos rotos por si encontrabas algo, quizás aquella caja que guardabas en un altillo, la que atesoraba las figuras del Nacimiento que tu padre te había regalado. Nada, no encontraste nada. No importa, el Niño ha nacido y su carita es el rostro de la Esperanza. En Sus manos están tu vida y la de los tuyos.
Y en las mías ayudarte a volver. Señor, no me dejes indiferente…
2 comentarios
Podrán ser árabes cristianos camino de Europa amenazados por el DAESH, tibetanos budistas que huyen del régimen chino, royingas musulmanes que se dirigen a Bangladesh, centroamericanos que saltan el muro de EEUU.
Vivimos en un mundo de sesenta millones de refugiados, donde en algunos lugares nacer en una familia de una determinada etnia o religión o clase social o casta, te convierte en un paria.
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Así es, gringo. Y concretando más, "Respecto a la fe cristiana, el informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada concluye que uno de cada 6 cristianos en el mundo vive en países con persecución religiosa. Lo que convierte al Cristianismo en la religión más perseguida del planeta. 334 millones de cristianos viven en países de persecución y 60 millones en países con discriminación." En cualquier caso hablamos de una de las libertades mas vulneradas y que, como observas en tu comentario,no afecta solo a los cristianos. En cualquier caso no puede pasarnos que la magnitud del problema nos quedemos de brazos cruzados. Los cristianos tenemos que orar incesantemente y todos, cristianos o no, debemos ayudar cuanto podamos. Ah, no digo esto porque sea tu caso, sólo "aprovecho la ocasión"...
Gracias por tu comentario y Feliz Navidad!
María
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Gloria a Dios, Mikel. Todos estamos necesitados de la gracia de Dios para dar fruto y perseverar. Que Dios te bendiga a ti también.
María
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