Día a día con la Iglesia que sufre

En el librito que hoy les presento, se propone un pensamiento del P. Werenfried van Straaten, fundador de Ayuda a la Iglesia Necesitada-ACN, y una intención de oración por la Iglesia que sufre, para leer y meditar cada día del año. Una manera de tener presentes a diario a nuestros hermanos necesitados y perseguidos por su fe.

Pablo Cervera Barranco -Asistente eclesiástico de ACN España- y Jaime Noguera Tejedor -consejero de la fundación- se han encargado de la selección de textos y presentación del libro.

El padre Pablo Cervera es uno de esos “privilegiados” que recibían en casa los boletines bimensuales de AIN-ACN en la época en que incluian cartas del padre Werenfried.

Cuando llegaba por correo el sobre reconocible lo abría, incluso a hurtadillas, para leer las cartas del P. Werenfried van Straaten. Aquella caligrafía particular de bello trazo traía, cada dos meses, el mensaje ardiente de un hombre de fe, de un hombre de Dios. Pedía, sí, constantemente, y mucho, pero para mí más importante que eso era lo que daba: su carta, para mi niñez y luego para mi juventud, era alimento espiritual sólido: la iglesia perseguida, la fe en la caridad de los cristianos y en la providencia divina que, años tras año, nunca dejaba en la estacada, tras inauditas promesas de ayuda que el “mendigo gigante de la caridad” hacía llegar a todos los rincones del mundo. (P. Cervera - Presentación en Día a día con la Iglesia que Sufre)

En unas semanas se cumplirá un nuevo aniversario de la muerte del padre Werenfried, que tuvo lugar el 31 de enero de 2003. Yo por aquellas fechas todavía no sabía de la existencia de Dios, de modo que poco podía conocer de la vida de este “gigante de la caridad", nada sabía de la Iglesia -más allá de los tópicos habituales acerca de los valiosos lienzos atesorados en los museos vaticanos- y, desde luego, no imaginaba la existencia de una iglesia necesitada y perseguida.

Por tanto, jamás habría podido comprender que “Jesucristo es el mejor regalo para un pobre", como afirmaba el padre Werenfried van Straaten. Sin embargo, una vez que Dios hace saber que sólo Él puede saciar y calmar la “inquietud del corazón", comprendemos que las heridas y los dolores más profundos del ser humano sólo pueden ser sanados por Jesucristo. Sólo Él es “el camino, la verdad y la vida"…también para quienes carecen de todo. Y esto lo tenía muy claro Van Straaten. Por eso desde el principio se ocupó no solo del bienestar material de aquellos por quienes Dios llora en la tierra; también quiso dar alimento espiritual a tantas almas necesitadas de consuelo.

La preocupación por salvaguardar de la desesperación, del extremismo y de la apostasía a sus fieles cuando éstos fueron dispersados como arena por los desiertos de escombros y por territorios de la diáspora de la Alemania de la posguerra, los convirtió en sacerdotes con la mochila a la espalda. Curas que eran pobres entre los pobres… que, cuando la pobreza arrojó a innumerables seres a la desesperación, salvaron la fe de su pueblo. Héroes de la caridad, de la abnegación y de la fe en Dios. (Padre Werenfried van Straaten. Dios llora en la tierra.)

La historia de Ayuda a la Iglesia Necesitada había comenzado en la Navidad de 1947, en la Abadía de Tongerlo (Bélgica). Allí, un monje premonastratense holandés,  el P. Werenfried van Straaten, denuncia a través del artículo “No hay sitio en la posada” la miseria en la que vivían millones de refugiados alemanes tras la II Guerra Mundial. Concluía su escrito invitando a la reconciliación de los pueblos enfrentados durante el conflicto bélico.

Convencido de que “el hombre es mucho mejor de lo que pensamos”, el P. Werenfried se lanzó a pedir a los vencedores belgas una loncha de tocino de su cartilla de racionamiento para dársela a los vencidos refugiados alemanes, “sus enemigos de ayer”. A través de sus predicaciones, consiguió que las personas se reconciliaran, “perdieran la cabeza por Amor”. La respuesta no se hizo esperar y consiguió llenar varios camiones de toneladas de tocino para los 14 millones de personas que tuvieron que huir de la Alemania del Este. Esta acción le valió el cariñoso sobrenombre de “Padre Tocino”, con el que se le conoce en todo el mundo hasta nuestros días. Había comenzado, sin saberlo, la obra Ayuda a la Iglesia Necesitada. (ACN-AIN)

Phillip van Straaten tomó el nombre de Werenfried cuando, a la edad de 21 años, ingresó en la abadía de Tongerlo (Bélgica), de la Orden de Canónigos Premostratenses, a cuyos religiosos se le conoce con el nombre de “canónigos blancos” por el color de su hábito. Este monje a quien, tras pasar una tuberculósis, se le había apartado de las tareas misioneras, asignándole el puesto de secretario del abad, recorrió los cinco continentes tratando de secar las lágrimas de Dios.

Lo esencial de esta vocación no es la distribución de tocino a los alemanes expulsados, o de pequeños autos a los sacerdotes con la mochila a la espalda o a la construcción de emisoras de radio al servicio de los analfabetos en los países en vías de desarrollo, o la edición de libros para la propaganda tras el telón de acero, o las capillas-escuela de Vietnam. Lo esencial de mi vocación es sear las lágrimas de Dios en todas partes donde él llora.(W. van Straaten)

Con el librito “Día a día con la Iglesia que sufre” podrán profundizar en el pensamiento del padre Werenfried, “gigante de la caridad", y será también un oportunidad para conocer y amar más y mejor a esa Iglesia que sufre. El libro, que cuesta diez euros, se puede adquirir a través de la página web de Ayuda a la Iglesia Necesitada - ACN España.

Con rápido ademán, (Dios) convierte los verdugos de la humanidad en instrumentos de eterna salvación. Los elige como carpinteros de la inmensa cruz de la Redención, de la que su Hijo quiere permanecer suspendido y sangrante hasta el fin de los tiepos, para atraer a Sí a todas las gentes. Dios bendice el odio estéril y la diabólica ansia de destrucción de los tiranos y de los perseguidores de la Iglesia. Y mirad, ved los buenos frutos: la alegre resignación y la dulce paciencia de los corderos que quieren seguir al Cordero de eternidad en eternidad. (W. van Straaten)

4 comentarios

  
Luis Fernando
Gracias, María, por traernos lo mejor de la Iglesia a InfoCatólica.
16/01/17 8:28 PM
  
Curro Estévez
Una bocanada de aire fresco. Gracias.
16/01/17 9:35 PM
  
Luis Piqué Muñoz
¡Perder la Cabeza por Amor! ¡Secar las Lágrimas! ¡La Verdad y la Santidad es Bella y Poética! El Santo Padre van Straaten tenía Razón ¡El Hombre es Bueno! Por muchas Salvajadas e Injusticias que haga ¡es fiel reflejo de Dios, Imagen y Semejanza! ¡y siempre dispuesto a hacer el Bien, el Bien más que el Mal! ¡A Imagen y Semejanza de Dios, el Hombre convierte el Mal en Bien, haciendo el Bien donde hacía el Mal! ¡El Hombre, como Dios, es Amor, Amor a Dios, al Prójimo, a la Naturaleza, al Arte! ¡a la Creación de Dios! ¡Amor Puro! ¡como la Cruz de Cristo, Sacrificio por Amor! ¡Dios convierte el Sacrificio del Inocente, el Niño, en Amor Puro! ¡y el Hombre, Imagen de Dios, siempre está dispuesto a Sacrificarse por Amor, la Omnipotencia, el Gozo, la Felicidad! Yo mismo ¡Gran Pecador y Carne de Infierno! ¡y que no soy ni seré nunca Santo! aspiro ¡es mi gran Deseo ¡Esperanza! a ir directo al Cielo ¡pues Dios santifica a los Más Pecadores, nadie merece el Cielo ¡ni la Santísima Virgen la Criatura más Perfecta a Infinita distancia, sino por su Hijo Jesús, el Hijo de Dios! y Dios ama Más a los más Pecadores para que se Conviertan y se Salven ¡He venido a Salvar lo que estaba Perdido ¡como yo! ¡Hay más alegría en el Cielo por un Pecador convertido que cien justos! Nada más ¡Y disculpe Amiga María, si digo algún Disparate, pues no pretendo tener Razón ni decir la Verdad! ¡sólo soy un Pobre Bufón que sirve para hacer reír! ¡y, así, Pensar!
17/01/17 5:52 PM
  
Luis Piqué Muñoz
Sólo una Aclaración, si usted lo considera Oportuno, Estimada Amiga María. Dios es muy Raro y acostumbra a hacer lo Contrario de lo que haría el Hombre ¡Y sin embargo, el verdadero Sentido Común ¡la Verdad! ¡el Amor! es Dios! De ahí que Persiga, por así decir, a los Más Pecadores ¡como yo! y en Cierta Manera los Ame más ¡sea más Feliz por su Conversión! Nada más ¡Y perdone la Insistencia, querida Amiga!
18/01/17 4:54 PM

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