#CallItGenocide: No sólo Siria e Irak

El pasado 4 de febrero de 2016 el Parlamento Europeo ha aprobado una resolución (Resolution on systematic mass murder by ISIS) por la que considera como genocidio las acciones del Ejército Islámico (ISIS/Daesh) contra cristianos y yazidíes y otras minorías étnicas y religiosas en Siria e Irak. La resolución fue aprobada con 470 votos a favor, 131 en contra, y 26 abstenciones. Entre los votos en contra se encuentra el del representante de IU Javier Couso, y entre las abstenciones las de los cinco parlamentarios de Podemos. Miguel Urbán, principal representante de esta formación política en el Parlamento Europeo, ha visitado en los últimos días el barrio de  Molenbeek -cuna del islamismo radical en Europa y lugar donde se gestó la matanza de París- denunciando una supuesta “islamofobia” de la policía, y afirmando que la sociedad “ha fallado a los terroristas de París y no les ha quedado más remedio que inmolarse".

Al día siguiente, la conferencia de donantes para los refugiados sirios celebrada en Londres era valorada como un “éxito” por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tras un acuerdo de los más de 60 países representados, por el que se comprometían 9.000 millones de euros para atender la “colosal” emergencia humanitaria provocada por la guerra en Siria, que estalló hace cinco años. 

David Cameron, anfitrión de la conferencia, explicó que el dinero recaudado proporcionará alimento, cobijo y cuidados médicos a los desplazados, y que también ayudará a garantizar un acceso a la educación y el empleo. “Un millón de niños no escolarizados tendrán acceso a la educación”, prometió Cameron. “Y ayudaremos a crear un millón de empleos en la región para los refugiados”.

Estas palabras de Cameron no son nuevas para nosotros. Sabemos bien que la solución a la crisis de los refugiados (60 millones en todo el mundo) está en el origen de los conflictos,  no en las fronteras de Europa.

La solución, además, pasa por algo más que enviar dinero para la atención a refugiados y desplazados, siendo también insuficiente toda ayuda destinada a fomentar la educación y la creación de empleo. En este sentido el padre Paul Karam, director de Cáritas Líbano -país que, desde el comienzo del conflicto en Siria, está a la cabeza de la acogida de familias sirias e irakíes que huyen de la guerra-, daba en el clavo.

En declaraciones a AsiaNews, el P. Karam afirmaba que “Lo más importante, el punto de partida es detener esta guerra. Debemos silenciar las armas, hoy y no mañana, la urgencia aumenta con cada día que pasa. Mientras haya guerra nunca se pueden resolver los problemas así, de hecho, el conflicto está destinado a intensificarse”.  “Si siguen ganando los intereses personales - advierte p. Karam - y se continua impulsando el comercio de armas, pagará el precio la población civil, los pobres, los que trabajan todos los días para sobrevivir y dar educación a sus hijos".

Tanto la resolución del Parlamento Europeo como la ayuda económica de la conferencia de donantes han sido aprobadas cinco años después del inicio de las matanzas del Daesh hoy calificadas como “genocidio” y, casualmente, después de la llegada masiva a Europa de refugiados procedentes de Siria y otros países, en el marco de lo que se viene calificando como “la mayor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial". Al parecer, Europa ha necesitado que los refugiados asomen la nariz por sus fronteras para conmoverse por el genocidio que, hasta no hace muchos meses, era sistemáticamente silenciado por los medios de comunicación occidentales, así como por sus gobiernos. Ejemplo de esta desatención fue la masiva difusión del lema “Je suis Charlie” tras los atentados del 7 de enero de 2015 en París en los que murieron 12 personas, frente al discretísimo seguimiento mediático y social que tuvo el asesinato a manos del ISIS de 21 cristianos coptos unos días después, que el Estado Islámico difundía con un vídeo titulado titulado ‘Un mensaje firmado con sangre a la nación de la cruz’, y al que tímidamente se respondía en las redes con un “Je suis Copte".

Esta “información desinformadora” (perdónenme la expresión) fue objeto de reflexión en un post publicado recientemente en este blog (“Estar desinformados”), pero de nuevo quiero hoy recordarles que nosotros tenemos la obligación de no dejarnos llevar por las modas mediáticas. Quiero especialmente recordarles que en muchos olvidados rincones del planeta tierra nuestros hermanos sufren persecución y nadie les regala una resolución, ni una conferencia de donantes. Los desplazados y refugiados de estos conflictos lejanos no llegan a Europa. Miles de cristianos son hoy víctimas de genocidios olvidados que, en el mejor de los casos, tal vez tengan su tímido reconocimiento pasados cien años, como ha sucedido con el genocidio armenio. No les olvidemos nosotros, y no dejemos de apoyarles con nuestra oración y nuestra ayuda material.

Les ofrezco a continuación algunos ejemplos de países donde se persigue sistemáticamente a cristianos que no han merecido una resolución del Parlamento Europeo ni una conferencia de donantes, para que los tengamos presentes en nuestra oración y caridad: 
- El 5 de febrero de 2016, día en que Ban Ki-Moon se felicitaba por el resultado de la conferencia de donantes, en Nigeria el enésimo atentado de las milicias islamistas Boko Haram contra cristianos dejaba 85 muertos (entre ellos, varios niños quemados vivos) sólo dos días después de otros atentados suicidas en los que habían muerto 26 personas.

- En Pakistán, hace más de un año que fueron lapidados y quemados vivos en un horno los cristianos Shama y Shenzad, padres de cuatro niños, por una falsa acusación de blasfemia. Este doble asesinato -hoy todavía impune- es sólo un ejemplo de las enormes dificultades que viven los cristianos en este país, totalmente desprotegidos ante una ley antiblasfemia que, en la práctica, sirve para atacar a nuestros hermanos con total impunidad. Esta misma ley mantiene en la cárcel a Asia Bibi, acusada falsamente de blasfemia, desde 2009.

- Durante los últimos veinte años, las diócesis se han duplicado en Bangladesh, a pesar
de la creciente violencia de los extremistas musulmanes contra los cristianos. En noviembre de 2015 tuvimos noticia del atentado contra el misionerio italiano Pietro Parolari -del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME)-, reivindicado por el Estado islámico, que en septiembre también se había declarado responsable de haber asesinado al cooperador italiano Cesare Tavella.

- En China, la Iglesia clandestina sigue sufriendo persecución, con numerosos sacerdotes y obispos desaparecidos o confinados en campos de trabajo o bajo arresto domiciliario. El pasado julio, Mons. Vincent Zhu Weifang de Wenzhou, de casi 90 años y 26 sacerdotes de su diócesis se manifestaban delante de la sede del gobierno de la ciudad para pedir el fin de la campaña de demolición de cruces en Zhejiang, por la que han sido demolidas más de un millar de cruces, y muchas iglesias. El pasado lunes, supimos que un pastor protestante que se había opuesto a la demolición de cruces y templos fue arrestado, y detenido “bajo arresto domiciliario en un lugar pre-elegido". Este término es un eufemismo utilizado cada vez más por las autoridades chinas para encubrir una detención ilegal.

Son sólo algunos ejemplos. Si Dios quiere, poco a poco iremos conociendo la situación de los cristianos en estos y otros países, por supuesto sin olvidar a nuestros hermanos sirios e irakíes, para que su testimonio nos ayude a vivir más y mejor nuestra fe, y nos mueva a pedir a Dios la gracia de ser también nosotros fieles testigos de Cristo. Y, por supuesto, para que, confiando en la comunión de los santos, oremos y oremos, siempre y en todo lugar, por estos hermanos perseguidos.