Caamaño nos pone a los cristianos ante la evidencia
Hoy toca analizar dos sentencias pronunciadas en situaciones ciertamente distintas pero con un mismo tema en común:
“Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Pedro y los apóstoles al Sanhedrín, Jerusalén)
“La libertad de conciencia no puede ser una excusa permanente para desobedecer la ley” (Caamaño a los españoles, El Escorial)
La primera frase fue la respuesta de los apóstoles a aquellos que les querían prohibir la predicación del evangelio. La segunda es la advertencia del ministro de Justicia a aquellos que osen pensar que el gobierno de Zapatero va a permitir que los que cristianos apelen a su conciencia para oponerse a sus leyes de ingeniería social. Y dado el absoluto control que tiene este gobierno sobre los tribunales que acabarán dictaminando si esas amenazas, una vez concretadas en la ley de libertad religiosa, son conformes a la constitución, pues vayámanos haciendo a la idea de que en no mucho tiempo serán bastantes los cristianos que en España tendrán que optar entre seguir el ejemplo de los apóstoles ante las autoridades religiosas de Jerusalén o agachar la cabeza, poner un esparadrapo en la boca de su conciencia y cumplir leyes que chocan radicalmente contra sus valores y contra su fe.