"Amarás al partido con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente"
No sé si a alguien se le pasó por la cabeza que José Bono no votara a favor de la ley del aborto, pero él acaba de dejar muy claro que no será así: “No me planteo la posibilidad de la indisciplina", ha asegurado a Europa Press. Y la razón que aduce es que “tal y como está configurada la legislación electoral española, los diputados debemos el escaño al partido que nos presenta en listas cerradas y bloqueadas".
Con esas declaraciones, el actual presidente del Congreso y destacada personalidad del PSOE, muestra de forma bien visible dos cosas que muchos ya sospechábamos o sabíamos:
1- Que lo que existe en España es una partitocracia en la que los diputados y senadores, más que representantes de los ciudadanos, son meros peones de las maquinarias de sus partidos. En este país no se votan personas sino siglas. Y el funcionamiento democrático de los partidos suele seguir el modelo que en su día impuso Alfonso Guerra en el PSOE: “El que se mueve, no sale en la foto". Por ejemplo, a la hora de elegir quiénes van a ir en las listas, son los aparatos, y no los afiliados, quienes toman la decisión de quién va en la listas y en qué lugar de las mismas.
2- Que Bono, como muchos otros políticos españoles a los que se le presume la condición de católicos, obedece antes a su partido que a Dios o a su conciencia. Para ellos el primer mandamiento es “amarás al partido con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente". Si piensan que pueden ser a la vez cristianos, me temo que están gravísimamente equivocados, pero allá ellos. Que sus amistades de alto rango eclesiástico se lo expliquen.