El cardenal Sistach y la identidad nacional catalana
Al cardenal Sistach le preocupa la sentencia del “estatut". El prelado catalán está en un sinvivir ante la posibilidad de que no queden reconocidos los derechos del pueblo catalán, así como su identidad nacional, manifestada en su realidad cultural e histórica. En otras palabras, que a este príncipe de la Iglesia le ocurre lo que a gran parte de la clase política -eso incluye los medios de comunicación subvencionados- catalana: se huele que el Constitucional va a declarar buena parte del “estatut” no conforme con la Constitución española.
El caso es que si se ha llegado a esta situación, en mi opinión no es por culpa del nacionalismo catalán. El mero concepto de “nacionalidades” aplicado a regiones españolas, que aparece en la Constitución, es algo que casa poco con la idea de que España es una nación. Nacionalidad viene de nación, y si en España hay varias naciones, entonces la propia España no puede ser una nación. Si Cataluña es un país -o nación-, si las Vascongadas son un país -o nación- y si incluso a Galicia se le da la consideración de nación -o país-, entonces ¿qué es España?
Históricamente es evidente que Cataluña, Euskadi y Galicia jamás han sido independientes de España, una vez que ésta surgió como nación unida. Incluso antes de ello, entre los reinos cristianos que lucharon por reconquistar la piel de toro a los musulmanes, no figuraban ninguna de esas tres regiones españolas. Cataluña nunca fue un reino. Más bien formó parte del Reino de Aragón. Las Vascongadas menos, de tal manera que ni siquiera eran parte del reino de Navarra. Y aunque Galicia fue un reino independiente durante muy pocos años, en seguida fue asimilado por el reino de León.
Por tanto, la pertenencia de todas esas regiones a España forma parte de una historia que podrá gustar más o menos, pero es la que es. Pero ya sabemos que para el nacionalismo “periférico” y/o “independentista” la historia es una señora mayor a la que se puede violar con total impunidad. El drama es cuando desde la Iglesia se compra esa idea y se expone públicamente.