En otras palabras: es un bocazas
Los franciscanos de Arantzazu por fin se han pronunciado. Debieron hacerlo al día siguiente de que su “hermano” Arregui publicara una carta victimista que tenía como objetivo poner en solfa al obispo de San Sebastián. Pero más vale tarde que nunca. El texto, por más “suave” que pueda parecer en las formas, es bien clarito. Y confirma punto por punto el comunicado de la diócesis donostiarra.
Los religiosos lamentan “que unilateralmente se haya roto la privacidad y confidencialidad de un proceso de conversaciones no acabadas“. Ocurre que quien ha hecho eso tiene nombre y apellidos. Dicen también que “con frecuencia una expresión sacada de su contexto se distorsiona en su significado y adquiere muchas veces proporciones distintas a las reales. Lamentamos que también en este caso haya ocurrido así“. Ocurre que quien ha hecho eso tiene nombre y apellidos.
Como yo no tengo porqué adecuarme al lenguaje diplomático de un documento de este jaez, resumo lo dicho por los franciscanos de la siguiente manera: Arregui ha sido un bocazas y un manipulador de la realidad, que ha distorsionado para su propio interés.