¿Deben unas monjas tener 400.000 euros en efectivo?
Cuando se conoció la noticia de que las religiosas cisterciense del convento de Santa Lucía, en Zaragoza, habían sufrido un robo de millón y medio de euros, que estaban metidos en bolsas llenas de billetes de 500 €, el estupor de fieles y no fieles fue tremendo. Lo primero que todo el mundo se preguntaba es cómo era posible que unas monjas tuvieran tal cantidad de dinero en su convento.
Hoy sabemos que la cantidad no era tan elevada, aunque los cuatrocientos mil euros de los que habla el abogado de las religiosas no son “moco de pavo”. Y la justificación que da para que ese dinero no estuviera en el banco, “comprar piezas de piel con destino a los trabajos de encuadernación“, no parece del todo satisfactoria. Es muy dudoso que unas piezas de piel cuesten 65 millones de las antiguas pesetas. Y eso de que ese tipo de material se paga al contado, pues tampoco es normal. A día de hoy, salvo en determinado tipo de negocios, no es habitual que se hagan operaciones de compra en efectivo por cantidades tan elevadas. Y aunque sea posible, sin duda también debe ser factible que un pago de esas características se haga vía transferencia bancaria.
No son pocos los que han sospechado que tanto dinero metido en bolsas puede ser síntoma de que se ha obtenido sin declararlo a Hacienda. Nuevamente el abogado ha asegurado que puede justificarse hasta el último euro, que habría pasado por la fiscalización pertinente.