El cardenal Meisner y el sentido común
S.E.R Joachim Meisner, Cardenal y Arzobispo de Colonia, ha decidido retirar la licencia para enseñar teología católica el teólogo David Berger, que llevaba un tiempo manifestándose en contra de la doctrina católica sobre la homosexualidad. Estamos ante un caso ciertamente peculiar. Berger no es precisamente el teólogo progre que lleva toda la vida viviendo de la disidencia contra la fe de la Iglesia. De hecho, se le consideraba como un teólogo conservador que incluso presumía en alguna entrevista de estar en contacto con la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro, la Sociedad para la Defensa de la Tradición, Una Voce, Opus Dei y otrs grupos que no son precisamente liberales. Se permitía incluso el lujo de criticar al cardenal Kasper por estar “orientado” hacia la izquierda eclesial.
Pero Berger decidió un día que su condición de homosexual “activo” era algo que debía ser aprobado y defendido por la propia Iglesia. Se lanzó entonces en una carrera cuesta abajo que, por el momento, ha acabado con la prohibición de que enseñe teología católica.
Entre sus argumentos hay uno “originalísimo". Dice Berger que entre el clero hay muchos homosexuales, tanto a nivel de mera inclinación como a nivel “práctico". Como quiera que eso lo hemos oído muchas veces, convendrá decir que aunque fuera cierto, la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad ha sido, es y será la misma siempre. Si todo el clero fuera gay, la práctica de la homosexualidad seguiría siendo un pecado nefando. Y eso es lo que no puede soportar Berger y todos los “bergers” que hay por esos mundos de Dios.