Despedido por servir a la verdad
Europa sigue recorriendo a toda velocidad la carrera del totalitarismo más rampante. El comunismo, el fascismo y el nazismo se disfrazan ahora de laicismo, pro-abortismo, lobby gay e ideología de género. Francia, cuna de una Ilustración que tuvo a la guillotina como símbolo de su verdadera naturaleza, es paradigma de esa realidad. La otrora hija primogénita de la Iglesia trata como hijos bastardos a quienes cometen la osadía de defender la vida.
Y así vemos como un profesor es echado a patadas del sistema nacional educativo francés por atreverse a mostrar a sus alumnos imágenes de cuál es la realidad del aborto. Ese mismo sistema considera que los nenes de 13 y 14 años pueden recibir información sobre los métodos anticonceptivos y el aborto. De hecho, en las enfermerías de los colegios franceses públicos se puede dispensar la pídora abortiva a las adolescentes. Sin embargo, si les muestras lo que es un aborto, acabas en la rúe.
Philippe Isnard ha comprobado en sus propias carnes cuál es el poderío de esa máquina del terror y la muerte en que se han convertido los estados democráticos liberales. Tuvo la osadía de mostrar a sus alumnos imágenes de fetos abortados. Eso sí, antes les advirtió de la dureza de las mismas, ofreciéndoles la posibilidad de que no las vieran. El contexto era precisamente el de un debate sobre el aborto. Pero como una imagen vale más que mil palabras, los abortistas saben que la exposición gráfica de la realidad del aborto suele provocar el rechazo de quienes están dudosos sobre la legitimidad de esa acción criminal.