21.06.11

Que dicen en Roma que ya se han enterado de lo de Cataluña

Pues sí, en Roma ya saben que la Iglesia está presente en el patronato de algunos hospitales de Cataluña que practican abortos. Y sí, parece que a la Santa Sede le preocupa el asunto. Pero no, Roma no ha tomado ninguna medida efectiva para poner fin a semejante barbaridad. Y no, la carta de la que se hace eco el ABC en su edición de hoy, y que recogemos en InfoCatólica, no supone un cambio esencial en la cuestión. Porque por muy monseñor que sea Mons. Jean Marie Mupendawatu, no deja de ser el subsecretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud. Y un subsecretario es… eso, un subsecretario. Ni siquiera es obispo. Mucho menos arzobispo y cardenal.

En otras palabras, si el P. Custodio Ballester, cuyo testimonio, valentía y coraje apostólico en este asunto son dignos de alabanza y de agradecimiento por parte de quienes amamos a la Iglesia y defendemos el derecho a vivir, se acerca a su arzobispo, el cardenal Sistach, y le enseña la carta de Roma, el prelado le puede decir: “¿Esto de quién es? Ah, veo, ¡ni más ni menos que de todo un subsecretario! Vale hijo, déjala ahí encima de ese montón de papeles, que luego le echaré un vistazo“.

Y mientras tanto, la Iglesia en Cataluña -o sea, la Iglesia- seguirá presente en los patronatos de hospitales donde se practican abortos. De hecho, hay quien se malicia de que el día menos pensado veremos al P. Manel Pousa de capellán de alguno de esos hospitales. Pura coherencia pastoral, señores míos.

Exsurge, Domine, et iudica causam tuam

Luis Fernando Pérez Bustamante

19.06.11

Olegario cae en la trampa de José Manuel Vidal

Hace unos días se hizo pública la concesión del Premio Ratzinger, de reciente creación, a tres teólogos católicos. Entre ellos se encuentra el P. Olegario González de Cardedal, sacerdote y teólogo abulense. Muchos se han alegrado por ello. Otros decidieron mantener un prudente silencio. Y finalmente, los que viven e incluso trabajan profesionalmente por y para conseguir el triunfo de la secularización de la Iglesia, vieron el cielo abierto y le tendieron una trampa al propio Olegario. El insigne teólogo cayó en ella.

En la Sala de Prensa vaticana, en la presentación del Premio, el periodista y bloguero Andrés Beltramo, cuyo blog tenemos el placer de alojar en nuestro portal, tomó la palabra en el turno de preguntas. Copio acá lo que él explica en su blog:

“El autor de estas líneas preguntó al cardenal Camillo Ruini (presidente del comité científico de la Fundación Joseph Ratzinger-Benedicto XVI) sobre los criterios de selección de los premiados, haciendo referencia a que el pensamiento cristológico de González de Cardedal “ha sido debatido y criticado en su país”. En la interrogante no se mencionaron nombres propios ni se hizo alusión a la supuesta “heterodoxia” del teólogo. Nada de eso.

“La respuesta de Ruini fue simple: “el debate es la sal de toda disciplina, incluso los grandes teólogos de la historia eran criticados; si la cristología de Olegario es debatida es una buena señal, quiere decir que su pensamiento es relevante”. Y nada más. Cero polémica, cero controversia. Hasta aquí los hechos.”

Alguien, supongo que José Manuel Vidal, debió decirle a Olegario que en Roma hubo un periodista que osó hacer mención de los diversos artículos publicados por teólogos españoles sobre su cristología. Y comoquiera que se conoce el nombre de dichos teólogos, dieron por hecho que los mismos se habían lanzado a tumba abierta para llevar a cabo una campaña contra González de Cardedal. Don Olegario ha comprado esa mentira y ha lanzado una acusación sin fundamento contra el P. José Antonio Sayés y contra el P. José María Iraburu. Ah, y de paso, contra el Opus Dei, que supongo que pasaba por allí y le tocaba recibir el palo nuestro de cada día que lleva recibiendo la Obra en las últimas décadas.

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13.06.11

Entrevías, sacrilegio permanente

Hace años la parroquia de San Carlos Borromeo del barrio madrileño de Entrevías apareció en todos los periódicos, radios y televisiones de España. El cardenal Rouco, al parecer animado por la totalidad del consejo presbiteral de la archidiócesis de Madrid, había decidido cerrar dicha parroquia, que estaba en manos de tres sacerdotes de los que lo menos que se puede decir es que tienen de católicos lo que el Dalai Lama de musulmán. O sea, nada.

Los escándalos litúrgicos en dicha parroquia, donde se “consagraban” rosquillas, eran solo equiparables a las barbaridades doctrinales que salían de boca de sus sacerdotes cada vez que se les ponía un micrófono delante. Era evidente que no sólo debía cerrarse la parroquia -hay otras bien cercanas que pueden cubrir pastoralmente el barrio-, sino que además debía de retirarse del sacerdocio a sus responsables. En un principio, el cardenal optó por convertir aquello en un centro de atención social a drogadictos y marginados, que al parecer es lo único que hacen bien -yo no me lo creo- esos sacerdotes. Sin embargo, la presión mediática fue tal, que el pastor de la Iglesia en Madrid convirtió finalmente a San Carlos Borromeo en un centro pastoral.

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10.06.11

7.06.11

Mons. Novell es un obispo germinante aunque no lo sepa

Obispo SolsonaBruno Moreno ha realizado una magnífica entrevista al obispo de Solsona, Mons. Xavier Novell, que hemos publicado hoy en InfoCatólica. Y aunque toda ella no tiene desperdicio, hay un párrafo en concreto que es para enmarcar:

En tercer lugar, tolerancia cero con la actitud de contemporizar con personas que permiten e impulsan la secularización interna de la Iglesia. A mi juicio, eso nos ha hecho un daño impresionante. Para no enfrentarnos, para que el obispo sea simpático, para que el sacerdote tal no se ponga en contra, los laicos, quedar bien… La secularización interna en el sentido de gente que está en grupos de Iglesia que no tiene experiencia de encuentro con Cristo, que tiene una versión de fe muy contemporizadora. Hay que tener siempre mucha comprensión, ayudando a estas personas, pero no confiándoles responsabilidades de movimientos, de grupos, de parroquias ni de nada de eso, porque eso, entre otras cosas, es lo que ha hecho que nuestras parroquias decaigan de modo espectacular.

No recuerdo a ningún obispo español hablando de forma pública y tan clara sobre el cáncer de la secularización interna en la Iglesia. Reconoce que nos ha hecho mucho daño, advierte que no se puede contemporizar con sus causantes, de quienes dice que deben ser objeto de cuidado pastoral a la vez que se les aleja de cualquier tipo de responsabilidad eclesial.

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