1.08.12

Mi mamá me vendió

- Tobías, Tobías, ¿quién es tu mamá? ¿la conoces? Nunca la hemos visto. ¿Acaso murió?

- No, no. Mi mamá es una mujer de la India que me vendió a mis papás. Es que querían tener un hijo pero como ninguno de ellos puede concebir, alquilaron la tripa de mi mami.

La degeneración moral de las sociedades que fueron cristianas llega a tal bajeza que lo que hace tan solo veinte años era impensable, hoy es una realidad. Hemos dado gigantescos pasos atrás en relación a la consideración de los seres humanos. No hace tanto que nos libramos de la esclavitud, por la cual las personas pasaban a ser cosas que se usaban para el beneficio de los dueños. Hemos vuelto a eso.

Durante al menos 9 meses, una mujer de la India ha dado su cuerpo y su vida para concebir un niño que luego ha vendido a una pareja de homosexuales argentinos. Ese niño es biológicamente tan hijo de ella como de uno de los dos hombres. Pero de la misma manera que las prostitutas venden su cuerpo para satisfacer los deseos sexuales de adúlteros y fornicarios, esa mujer ha vendido el suyo para satisfacer el capricho de unos sodomitas que viven amancebados. Y la ley argentina permite esa salvajada

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30.07.12

Germinans señala la cara amable del cardenal Sistach

El viernes pasado los lectores habituales de Germinans germinabit se encontraron con un artículo que a algunos puede parecer sorprendente. En el mismo se alababa la actitud del cardenal Sistach en la visita que giró a los Jóvenes de San José, uno de los grupos católicos más activos de la Iglesia en Cataluña.

El vídeo de esa visita lo hemos puesto en nuestra portada la semana pasada, así que recomiendo que lo veáis. Merece la pena.

Germinans acaba el artículo diciendo:

Ésta es la cara amable de nuestro cardenal. Nos alegramos infinito de poder mostrarla y lo hacemos con orgullo. Nos encanta que conecte tan bien con los Jóvenes de San José: lo rejuvenece. Y estamos deseosos de que se prodiguen estas visitas pastorales a las organizaciones católicas que despliegan su fecundo apostolado en la archidiócesis de Barcelona. Procuraremos no perdérnoslas.

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29.07.12

Y me miraron con cara rara al pedir que Cáritas evangelizara

Se cumplen ahora 12 años de la llegada de mi familia a tierras aragoneses. Las circunstancias fueron un tanto díficiles ya que mi mujer acababa de sufrir una cesárea para que naciera nuestra hija pequeña, que vio la luz en el sexto mes de embarazo y pesando menos de un kilo. La placenta había dejado de funcionar y no quedó más remedio que sacarla antes de tiempo.

Como quiera que teníamos que desalojar la casa de Madrid, no quedó otra que venirnos a Sariñena (Huesca) antes de que la cría saliera de la incubadora en Madrid. La situación fue por tanto, harto complicada porque no era posible estar haciendo 400 kms de ida y vuelta todos los días para ver a la nena y además teníamos que organizarlo todo en la nueva casa. A Dios gracias, todo salió bien y a principios de septiembre la teníamos ya en casa. Muy pequeñaja, pero bien de salud.

Se cumplía también entonces el primer año de nuestro regreso a la Iglesia Católica. Llegábamos a una diócesis en la que el pastor, Mons. Javier Osés, se estaba muriendo debido a un cáncer. Incomprensiblemente se tardaron dos años en nombrar un nuevo obispo, que además lo sería también de la diócesis hermana y vecina de Jaca. En ese tiempo tuvimos como administrador apostólico a Mons. Omella, por entonces obispo de Barbastro -también diócesis vecina- y hoy obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño.

Sariñena, el pueblo en el que nos instalamos, era capital de comarca y cabeza de arciprestazgo. Por razones que se pueden ustedes imaginar, me interesé en saber qué hacía la Iglesia en los Monegros. Asistí a reuniones de pastoral, de catequesis, etc. Mi actitud al principio era sobre todo de la ver, oír y callar, pero no pasó demasiado tiempo hasta que me atreví a tomar la palabra. Me acuerdo que la primera vez que lo hice fue en una reunión de catequistas en la que pedí que la catequesis fuera instrumentos de despertar al sacerdocio y la vida religiosa. Nuestra diócesis sufría -y sufre- una gran crisis vocacional y me pareció que la primera cosa que se debía hacer para poner fin a la misma era que los catequistas, sobre todo los de confirmación, fueran instrumentos del Señor para despertar vocaciones en los jóvenes.

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26.07.12

¿Por qué se les quiere matar antes de nacer si valen para ser concejales?

Ayer dimos una de las noticias que más me ha gustado de lo que llevamos de año. Ángela Bachiller puede convertirse en la primer edil con Síndrome de Down en España.

Ángela iba en el puesto 18 de la lista del PP al ayuntamiento de Valladolid en las últimas elecciones municipales. Dicho partido logró 17 concejales, con lo que la joven se quedó a un paso de convertirse en una concejal más. Pero el “caso Arroyo” ha provocado la dimisión de uno de los concejales peperos y eso hace que se abran las puertas a Ángela, que de momento sigue trabajando como auxiliar administrativa en el área de Bienestar Social.

Como ella son muchos los hombres y mujeres con Síndrome de Down que trabajan en España. Es obvio que tienen limitaciones debido a su enfermedad, pero eso no les convierte en ciudadanos de segunda. La minusvalía física o psíquica no altera lo más mínimo la dignidad de las personas. Y una nación que se precie de ser civilizada, debe de facilitar la vida de esos enfermos.

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25.07.12

Remedios bíblicos contra enfermedades espirituales graves (II)

Bien sé, hermano separado, que amas a Dios con todo tu corazón. Bien sé que crees en Cristo como tu Señor y Salvador. Pero también sé que no crees todo lo que Cristo nos enseñó y de esa manera pones en peligro tu alma. Ya que, como dijo el Maestro:

¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
Luc 6,46.

Me preguntarás qué no haces que el Señor dijera que debías hacer. La respuesta la tienes en el evangelio de Juan:

El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
Juan 6,54-56

Lamento decirte, estimado hermano separado, que tú reaccionas ante esas palabras de Cristo de la misma manera que hicieron los que le abandonaron al no aceptar que, en espíritu y en verdad, había que comer su carne y beber su sangre (Jn 6,66). Sin embargo, ¿qué otra cosa entendieron los apóstoles? Lo vemos en San Pablo:

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