La normalidad del obispo Munilla
Cuando Mons. José Ignacio Munilla fue nombrado por Benedicto XVI como obispo de San Sebastián, muchos sospechamos que el sentido común regresaría a esa diócesis vasca. Una normalidad que se vio acompañada por la que llevó Mons. Mario Iceta al recibir el encargo de ser obispo de Bilbao. La diferencia entre uno y otro era la persona del obispo al que sucedían. Mientras que en Bilbao el anterior obispo era Mons. Blázquez, actual arzobispo de Valladolid, en San Sebastián los predecesores eran Mons. Uriarte y Mons. Setién. Las víctimas del terrorismo pueden explicarles a todos ustedes lo que piensan de los anteriores obispos donostiarras.
De hecho, como escribí recientemente, Mons. Uriarte ha seguido enredando, empozoñando y atacando a las víctimas de ETA desde su condición de obispo emérito. Pero gracias a Dios, a día de hoy el pastor de la Iglesia en San Sebastián es Mons. Munilla. Y desde esa condición les ha dicho a los etarras que no basta con reconocer que han causado daño. Que deben arrepentirse y pedir perdón.