23.09.14

El obispo de Amberes versus la enseñanza de la Biblia y de Trento

Mons. Johan Bonny es, por decisión de Benedicto XVI, obispo de Amberes (Bélgica). Y ha escrito una carta en la que se sitúa del lado de las tesis heterodoxas del cardenal Kasper. En su carta se lee en una misma frase una gran verdad y una invitación a vivir en pecado:

Las personas que están divorciadas y vueltas a casar también necesitan la eucaristía para crecer en unión con Cristo y con la comunidad de la Iglesia

Gran verdad. Todos necesitamos la eucaristía para crecer en unión con Cristo y con la Iglesia.

y para asumir su responsabilidad como cristianos en su nueva situación.

Gran mentira. Su responsabilidad como cristianos es vivir en santidad. Es decir, alejados del pecado. Y tal hecho es incompatible con la condición de adúlteros.

Sí, adúlteros. Se da la circunstancia, ignorada al parecer por ese obispo y me temo que incluso por muchos de los defensores de la imposibilidad de que se dé la comunión a esos fieles, que nuestro Señor Jesucristo definió como adúlteros a quienes se divorcian y se vuelven a casar. A ver si vamos a caer en la misma trampa que los proabortistas nos quieren colar, al no hablar casi nunca del término aborto, al que llaman interrupción voluntaria del embarazo. Ocurre igual con términos como “pecado mortal", que ha desaparecido para pasar a llamarse “situación irregular", pecado “grave” o similares. Si se quita lo de mortal, queda más políticamente correcto.

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22.09.14

Era necesario que un obispo explicara lo que dijo el Papa sobre los divorciados vueltos a casar

Han pasado ya unos cuantos meses desde que los obispos españoles cumplieran con la preceptiva visita “ad limina” a Roma. Entre los muchos temas que salieron en los encuentros del papa Francisco con los prelados, la cuestión de los divorciados vueltos a casar salió en al menos tres ocasiones en diferentes grupos de obispos. Hoy sabemos lo que les dijo a uno de esos grupos, en el que estaba Mons. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba. Y desde ya les cuento que es más o menos lo mismo que el Papa dijo en las otras dos ocasiones de las que tengo certeza que habló del tema. Cito a don Demetrio:

–Y al revés: ¿Qué aportará la Iglesia de Córdoba al papado?

–Yo he hablado con el Papa en varias ocasiones. Este año hemos tenido la visita ab limina y le he planteado cuestiones propias de Córdoba y otras generales, de Andalucía y España. ¿Qué qué podemos aportar? Lo hemos hecho por escrito explicando cuál es la situación, las necesidades, nuestros puntos de vista… Todo eso se tendrá en cuenta en el sínodo, en las dos sesiones en torno al mundo de la familia. Tenemos en España dos millones de parejas rotas al día de hoy. Eso es muy fuerte . Muchísimas de ellas están sufriendo la ruptura y el desamor. Tenemos una natalidad en un descenso que no garantiza ni la renovación generacional. Todo eso es una alarma social tremenda. Yo siempre digo que para qué vamos a tener carreteras o internet si no tenemos andaluces que lo disfruten.

– Ya que se habla del tema: ¿qué ocurre con miles de cordobeses separados? Algunos quisieran volver a la Iglesia plenamente.

– La Iglesia nos está diciendo continuamente que acojamos, que las personas no se sientan excluidas y siempre podemos ensanchar esas medidas de acogida. Ahora bien, al Papa mismo se lo preguntamos y él nos respondió que una persona casada por la Iglesia, que se haya divorciado y se haya vuelto a casar por lo civil, no puede acceder a los sacramentos. Dijo el Papa que «esto lo estableció Jesucristo y el Papa no lo puede cambiar». Digo esto porque a veces dice la gente que «va a cambiar todo» y hay cosas que no pueden cambiar. La Iglesia se debe a su Señor y su Señor sigue vivo.

Si se dan ustedes cuentas, el tema lo saca el obispo, no el periodista. Es decir, don Demetrio tenía la sana intención de contar lo que el Santo Padre les había dicho. Y explica la razón: “a veces dice la gente que va a cambiar todo y hay cosas que no pueden cambiar".

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21.09.14

Dice el necio en su corazón: no hay Dios

Hoy el diario El Mundo nos obsequia con una entrevista a esa eminencia de la ciencia llamado Stephen Hawking, de quien entre otras cosas cabe alabar la forma en que afronta una enfermedad terrible.

El titular del diario de papel reza así:
“EL milagro no es compatible con la ciencia”

Pero en la edición en internet, tienen este otro:
Hawking: “No hay ningún dios. Soy ateo".

Bien, ciertamente los milagros no son explicables por la ciencia. Pero existen. Señal de que la ciencia no lo puede explicar todo. Negar que existen es como negar que la tierra es redonda y la luna da vueltas alrededor de la misma. Aquellos que se burlan de la Iglesia por el proceso a Galileo, que no hay que olvidar que fue objeto de críticas tremendas por los científicos de su época, miran con tono burlón, de desprecio e incluso de odio -de todo hay- a quienes no solo afirmamos la existencia de los milagros sino hemos sido testigos de algunos.

Desgraciadamente, encuentran apoyo en algunos pseudocristianos que dicen creer en Dios pero se niegan a aceptar la historicidad de los milagros de las Escrituras. No hay cosa más patética que un cristiano así, si es que en verdad se le puede llamar cristiano.

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20.09.14

¿Quién les haría caso si no fueran religiosos?

El mundo del circo, con sus grandezas y sus miserias, a veces era un instrumento por el cual personas con “anomalías” físicas podían ganarse la vida. Es el caso de las conocidas como “mujeres barbudas", que padecían un desequilibrio hormonal que les provocaba un exceso de vello facial. En ocasiones se convertían en el mayor reclamo publicitario para atraer a la gente a las funciones.

En el no tan maravilloso mundo del circo de los medios de comunicación, es habitual ver aparecer a personajes de lo más peculiares, que se ganan una fama más fruto de sus características anómalas que de su talento personal. Ese fenómeno tiene su apartado “eclesial". En España hay dos monjas a las que se le conoce más por sus declaraciones inicuas ante cámaras y micrófonos que por su fidelidad a la Iglesia. Se trata de Sor Lucía Caram, dominica, y Sor Teresa Forcades, benedictina. Lo más patético del caso es que se supone que ambas pertenecen a comunidades religiosas contemplativas. Pero su actividad para-eclesial les ha convertido en “contempladas” por una sociedad que gusta de consumir material exótico.

A ellas quiere unirse ahora un monje trapense que, demostrando que tiene una vocación por la Trapa similar a la de Rasputín por la castidad sexual, se ha embarcado en la “nobilísima” tarea de dar un barniz espiritual a los promotores de la idolatría populista caribeña -con padrenuestro hugochavista incluído- en España. Es decir, la buena gente de Podemos. Se trata de José Antonio Vázquez, que a día de hoy todavía pertenece a la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia. A lo que se ve, va camino de convertirse en la Orden Cisterciense de la Ancha Manga.

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18.09.14

Paciencia y confianza ante el espantoso ruido mediático alrededor del Sínodo

Cada vez es más evidente que quienes se informan de lo que ocurre en la Iglesia únicamente en medios ajenos a la misma, tienen muchas posibilidades de llegar a creer que el catolicismo está a punto de convertirse en un refrito del anglicanismo o del protestantismo liberal, cambiando sus doctrinas milenarias en asuntos tan delicados como la familia, el sacramento de la confesión y la Eucaristía.

Valga el ejemplo de que ante la publicación de un libro por parte de cinco cardenales recordando que Cristo prohibió el divorcio -llamando adúlterios a quienes se divorcian y vuelven a casar- y que San Pablo advierte que no se puede comulgar a pecar, periódicos españoles de tanta solera como El Mundo o El Correo, titulan la noticia asegurando que los cardenales se rebelan contra el Papa.

Desconocen, por supuesto, que el Santo Padre dijo a los obispos españoles, en su reciente visita ad limina, que desde luego no se podría aceptar dar la comunión a los divorciados vueltos a casar. Al mismo tiempo, afirmó que quería que ese asunto se tratara en este sínodo y en el del año que viene. Pues bien, ese libro viene a ser una especie de prólogo a lo que esos mismos cardenales dirán en los sínodos, si es que les toca intervenir, cosa segura en el caso del cardenal Müller, actual Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Damos por hecho que un periodista ajeno a la fe católica no sabe que hay cuestiones que no pueden cambiar, porque afectan directamente a dogmas de fe. Sin ir más lejos, además de en la Biblia, en el Concilio de Trento se nos da como enseñanza dogmática estos puntos:

1- Los divorciados vueltos a casar viven en adulterio. Lo dice Cristo. Lo enseña la Iglesia.

2- Los adúlteros, como el resto de pecadores, no pueden recibir la absolución si en ellos no hay contrición que conlleva el propósito de no volver a pecar.

3- Los que no reciben la absolución de un pecado mortal, y el adulterio lo es, no pueden comulgar.

4- Para recibir la absolución es necesario que el pecador tenga al menos la intención de hacer aquello que Cristo le dijo a la adúltera a la que evitó ser lapidada: “Vete y no peques más".

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