¿Y tú qué haces por tus buenos sacerdotes?
Debido a mi trabajo, he establecido contacto con curas de muchas diócesis, tanto de dentro como de fuera de España. Por lo general, son sacerdotes de buena doctrina, que no hacen de la liturgia el lugar para hacer exhibición de su ingenio personal, que se toman la administración de los sacramentos en serio, que quieren servir al Señor y dar buen fruto. Pues bien, creo que va siendo hora de dar la voz de alarma.
Un porcentaje preocupante de esos sacerdotes, tanto si son párrocos como no, llevan un tiempo muy descolocados. Primero de todo, se sienten solos, muy solos. Algunos ven como sus obispos andan desnortados ante determinadas cosas que están pasando en la Iglesia. Desnortados y sin capacidad de reaccionar. Y si en vez de desnortados están indiferenes, la cosa es peor. Otros ven que sus compañeros de presbiterio están pasando por problemas parecidos pero se impone la ley del silencio, la ley del “no compliques más las cosas, que ya escampará”. Pero, ¿cuándo escampará? Solo Dios sabe. Y mientra tanto ¿qué?, ¿quién se preocupa de la salud espiriual y anímica de esos sacerdotes?