5.02.16

España solo necesita una cosa

Bruno escribió ayer un magnífico post en el que relata la situación catastrófica del matrimonio en España y las consecuencias que ha traído esa plaga a la sociedad. Se podría escribir otro artículo parecido sobre el aborto, sobre la crisis de la educación, sobre la corrupción política, sobre etc.

La clave para entender lo que está pasando es analizar la raíz del problema. Y vale tanto para esta nación como para otras naciones de nuestro entorno o de cualquier otro lugar del mundo donde pase algo parecido. Lo explica muy bien la Escritura. Por ejemplo, San Pablo:

Pues, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como Dios ni le dieron gracias; todo lo contrario, se ofuscaron en sus razonamientos, de tal modo que su corazón insensato quedó envuelto en tinieblas. Alardeando de sabios, resultaron ser necios
Rom 1,21-22

¿Qué consecuencias tiene ese abandono de Dios?:

Y, como no juzgaron conveniente prestar reconocimiento a Dios, los entregó Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene: llenos de toda clase de injusticia, maldad, codicia, malignidad; henchidos de envidias, de homicidios, discordias, fraudes, perversiones; difamadores, calumniadores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, crueles, despiadados; los cuales, aunque conocían el veredicto de Dios según el cual los que hacen estas cosas son dignos de muerte, no solo las practican sino que incluso aprueban a los que las hacen.
Rom 1,28-32

Obviamente no todos los españoles merecen esos calificativos. Ni siquiera los que han tirado la fe que heredaron de sus padres al cubo de la basura. Pero sin duda todas esas maldades están hoy mucho más presentes que hace tan solo 50 años.

Leer más... »

2.02.16

Religiosos en España. Cada vez menos, cada vez más mayores

El descenso del número de religiosos en España sigue un proceso lento pero firme. En el último año, dicho número ha caído un 3,5%. Y aunque no se da el dato, es probable que la edad media haya aumentado.

También ha bajado el número de novicios y novicias aunque se mantiene más o menos igual que en años recientes. 

Varias órdenes y congregaciones religiosas están enfrentando esa situación reorganizándose territorialmente. Pasan de tener varias provincias en España a una sola. Es también incesante el número de poblaciones españoles que se quedan sin religiosos que llevaban allá presentes desde hace siglos.

No todas las congregaciones sufren el mismo problema. De hecho hay algunas, como es el caso de las monjas de Lerma/Vergara o de la congregación presente en Sigena, cuyo bendito “problema” es que no tienen a dónde meter a tantas novicias y postulantes. Y hace bien poco vimos el peculiar caso de los camaldulenses de Montecorona, que vieron como el monje que iba a enterrar a los ancianos se ha tenido que volver a su país, Colombia, porque ha llegado savia nueva.

Analizar las razones de esta crisis es cosa harto complicada. El descenso brutal de la natalidad en este país no ayuda nada. A menos jóvenes, menos vocaciones. Pero es claro que la crisis entre los consagrados es mayor que la que se da, por ejemplo, entre los aspirantes al sacerdocio diocesano.

En mi opinión, la secularización postconciliar se ha cebado especialmente con esta parte tan importante de la Iglesia. Hay órdenes y congregaciones que son hoy una pálida y mortecina sombra de lo que eran hace siglos e incluso hace décadas. La heterodoxia ha campado a sus anchas sin que casi nadie hiciera nada por evitarlo. Es más, dado que quienes están al frente de esas congregaciones son hijos e hijas de dicha secularización, cabe preguntarse si existe la más mínima posiblidad de que abandonen ese camino de muerte.

Leer más... »

1.02.16

Es obligado predicar la fe católica en su integridad

Es doctrina católica que en las principales religiones no cristianas hay elementos de verdad, en mayor o menor grado dependiendo de la religión que hablemos. Es igualmente doctrina católica que en las iglesias y comunidades eclesiales separadas no solo hay elementos de verdad, sino que la gracia de Dios está presente en ellas. 

Por esllo, está bien reconocer lo que hay de santo y bueno en otras religiones, especialmente las cristianas. Pero, quede esto muy claro, no hay, literalmente, nada bueno en ellas que no esté presente en el catolicismo, aunque algunas de esas buenas cosas estén parcialmente escondidas en esta generación.

La fe católica tiene cosas magníficas que otros no tienen. Y si no las ofrecemos, si nos quedamos mirando el bien parcial de otros sin ofrecerles el bien total que poseemos por puro don, por pura gracia, ¿cómo cabe calificarnos?

Un ejemplo de esto que digo lo tenemos en el protestantismo. Por no tener, ni siquiera tienen toda la Biblia. Les faltan los Deuterocanónicos, A pesar de que las primeras biblias protestantes los incluían, decidieron sacarlos de su canon. Y menos mal que se quedaron en esos libros. Si por Lutero hubiera sido, la epístola de Santiago, a la que llamó “epístola de paja", habría sido también desechada. Cosa lógica porque es el único lugar de toda la Escritura donde las palabras fe, justificación y obras están juntas, precisamente para negar el solafideísmo. Y no digamos nada del papel de la Tradición, que ellos desechan como parte de la Revelación

Los ortodoxos, que tras siglos sin tener un concilio para todos ellos parece que por fin van a celebrarlo, se quedaron, entre otras cosas, sin el ministerio petrino y además se alejaron de la fe cristiana del primer milenio en una cuestión tan delicada como la indisolubilidad del matrimonio, que ellos se saltan a la torera bendiciendo segundas, terceras e incluso cuartas uniones.De poco valen que digan que esas bendiciones no son sacramentales. Los pecados, y el adulterio lo es, no se bendicen.

Leer más... »

28.01.16

Carros de fuego y nube de testigos

- No me puedo creer lo que me estás diciendo.

- No se trata de que me creas, sino de que lo veas. Mira…

- Oh… Dios mío…

Sí, se repetía de nuevo aquello que nos relata el segundo libro de Reyes

Cuando el criado del hombre de Dios se levantó de mañana y salió fuera, viendo el destacamento que rodeaba la ciudad con carros y caballos, preguntó: «¡Ay, mi señor!, ¿cómo vamos a hacer?».
Y Eliseo respondió: «No temas. Son más los que están con nosotros que con ellos».
Luego se puso a orar diciendo: «Abre, Señor, sus ojos para que vea». Entonces el Señor abrió los ojos del criado, quien vio la montaña cubierta de caballos y carros de fuego en torno a Eliseo.
2 Rey 6,15-17

Pero en esta ocasión, el combate no era por ningún territorio. El combate era por las almas. Satanás estaba presto a soltar su mayor ataque contra la Iglesia de Cristo. Durante décadas había colocado estratégicamente a sus peones ante la pasividad de quienes debían haber velado por la salud del pueblo escogido de Dios. Y, como le ocurrió en el Calvario, cuando pensó que derrotaría a Cristo en la Cruz, creía llegada la hora de asestar la estocada final a lo más preciado para el propio Cristo.

El enemigo había aprendido que era mejor infiltrarse que ir de frente. Había aprendido que era mejor usar el lenguaje de la verdad, distorsionándolo, que presentar la mentira flagrante. ¿Para qué pedir a los fieles incautos que se rebelen contra Dios si es mucho más efectivo engañarles acerca de la naturaleza de Dios?

Leer más... »

26.01.16

Cuando Dios usó a un pastor luterano sueco para abrirme los ojos

No me acuerdo de su nombre ni he vuelto a saber de él, pero la primera persona que el Señor usó para abrirme los ojos, siendo todavía protestante, a la presencia real de Cristo en la Eucaristía fue un pastor luterano de Suecia, con quien entablé cierta amistad a finales del siglo pasado. Dado que él no hablaba español y mi dominio del sueco era más bien escaso, nos escribíamos en inglés. De hecho, mis primeros años en internet sirvieron para que mejorara grandemente mis conocimientos sobre el idioma de Shakespeare, dado que la mayor parte del material cristiano que merecía la pena presente en la red estaba en ese idioma.

El pastor no necesitó hacer ninguna treta como hizo Lutero con Zwinglio cuando debatieron precisamente sobre la Eucaristía en la Disputa de Marburgo. Le bastó usar la Biblia, especialmente el capítulo 6 del evangelio de Juan. Obviamente la tesis luterana sobre la presencia real no alcanza la verdad completa presente en la fe católica. Cosubstanciación  no es lo mismo que Transubstanciación, pero dentro del protestantismo es lo que más se le acerca. Desde aquellas charlas que mantuve con él, me abstuve casi por completo de debatir con católicos sobre la cuestión de la presencia real, aunque yo seguía negando el carácter sacrificial de la Eucaristía. De hecho, cuando un par de años después el Señor me trajo de vuelta a la Iglesia, ese tema, a diferencia de las doctrinas sobre María y el uso de las imágenes, no supuso el menor problema para mí.

Sin embargo, lo que más recuerdo de mis coloquios con el pastor luterano era su oposición radical a la deriva que el luteranismo oficialista había tomado no solo en su país sino en el resto de países europeos donde su fe era la religión oficial de estado. Él detestaba la teología liberal y me aseguraba que había llevado la apostasía a su patria y a gran parte del luteranismo en todo el mundo. Por supuesto, yo estaba plenamente de acuerdo. Su oposición le llevó a abandonar la iglesia “estatal” luterana para unirse a una independiente, pero auténticamente luterana. Eso suponía, entre otras cosas, que renunciaba a un sueldo seguro, pagado por el estado, durante toda su vida.

Leer más... »