Verdaderos Legionarios de Cristo

La primera vez que oí hablar en mi vida de los Legionarios de Cristo y de su fundador, el padre Marcial Maciel, fue hace unos 15 años, cuando era protestante evangélico. Por aquel entonces trabajaba en Madrid como mensajero autónomo con furgoneta. Me tocó recoger un paquete de una oficina o piso de los LC cercana al Corte Inglés de la calle Goya. La dirección de entrega era en una especie de finca que quedaba, creo recordar, a la izquierda de la carretera de La Coruña. De hecho, el camino de entrada a la misma, rodeado de pinos, no estaba asfaltado. Una vez allí pregunté por la persona a la que debía entregar el paquete. En los 20 minutos que tardó en salir, y tras identificarme como cristiano evangélico, hablé con el hombre que me recibió. Le pregunté qué era aquello de los Legionarios y me contó un poco toda lo que hacían. Hasta ahí todo sería normal sino fuera porque aquel caballero, inexplicablemente, me soltó todo el rollo de las acusaciones contra el padre Marcial Maciel, muchas de las cuales, según él, era ciertas. De hecho, me dio detalles que todavía hoy guardo para mí.

Como os podéis imaginar me quedé a cuadros. Ni yo buscaba enterarme de nada ni entendía porqué esa persona se sinceraba de esa manera conmigo. Entonces no había internet y la verdad es que no tuve el más mínimo interés en comprobar la veracidad de lo que me habían dicho. Sólo años después, ya católico, me acordé de aquel suceso tan “peculiar", del cual tengo hoy una imagen tan viva que hasta podría describir la sala de recepción donde me atendieron.

Cuando el Vaticano pidió al padre Maciel que se retirara del ministerio público, procuré mantener una actitud prudente en los diversos foros donde participaba. Y ahora que los propios LC reconocen oficialmente que su fundador llevaba una vida poco compatible no ya con la condición de sacerdote, sino con la de cristiano, quiero ser también prudente. Pero la prudencia no tiene porqué estar reñida con la claridad y el amor a la verdad.

Llevo días leyendo artículos, posts, comentarios, etc, etc, sobre el padre Maciel y la situación actual de los Legionarios. El rango de opiniones, como no puede ser de otra manera, es amplísimo. Desde aquellos que quieren acusar a Marcial Maciel de ser el asesino de Manolete hasta los que le quitan hierro al asunto y vienen a decir aquello de “pelillos a la mar". Pues ni una cosa ni la otra.

Lo primero de todo, conviene recordar que Maciel ya ha rendido cuentas a Dios por su vida. Supongo que murió en gracia y sé que Dios acoge en sus brazos al mayor de los pecadores aunque se arrepienta un minuto antes de morir. Si algo queda por disciplinar y por purificar en las almas de los que mueren en gracia, el purgatorio sirve para tal fin. De hecho, el perdón de Dios no evita que no se hayan de pagar consecuencias por los pecados cometidos. Cuando el rey David se convirtió en adúltero y asesino, recibió el perdón divino al arrepentirse pero eso no evitó que tanto él como su casa sufrieran el efecto de sus pecados.

En cierto sentido, los Legionarios de Cristo ya están sufriendo las consecuencias de la inmoralidad de su fundador. Y lo hacen tanto a nivel personal como colectivo. A nivel personal, porque creo que es imposible que los que tenían en gran alta estima al padre Maciel no estén decepcionados, heridos e incluso desolados. Y a nivel colectivo, porque va a ser complicado que Legionarios de Cristo y Regnum Christi consigan quitarse de encima el estigma que les ha caído encima. No digo que eso sea justo. Digo que ES. Por mucho que den buenos frutos, por mucho que tengan vocaciones, por mucho que la mayor parte de ellos sean buenos cristianos, en este mundo lo que vende es el pecado y el escándalo.

¿Qué pueden hacer en medio de esta tormenta? Pues ser de verdad Legionarios de Cristo. Es en Cristo, y sólo en Él, donde pueden encontrar apoyo, consuelo, guía, gracia y amor. Los hijos no son responsables de los pecados de los padres (Ezequiel 18), sean estos carnales o espirituales. La Iglesia sigue siendo madre para ellos y todo lo que hace falta es que la sirvan dando lo mejor de sí mismos. Algunos plantean una refundación. Otros creen que eso no tiene sentido. Mientras sean fieles al Señor, hagan lo que hagan estará bien. Sólo les pido que recuerden que la verdad, aunque duela, es siempre mejor que la mentira o las medias verdades. Y que, como dice la Escritura, no hay nada oculto que no haya de ser manifestado (Luc 12,2). Por lo demás, del padre Maciel se podrán decir muchas cosas, pero no que él enseñara públicamente algo contrario a la fe de la Iglesia. El que predica el bien y vive en el mal (Rom 2,17-24) puede hacer mucho daño, pero más daño hacen los que conducen a los fieles por el camino del error (2ªPedro 2,1). Pocas veces resultan tan apropiadas las palabras de Cristo en relación con los escribas y fariseos: “haced, pues, y guardad lo que os digan, pero no los imitéis en las obras, porque ellos dicen y no hacen” (Mt 23,3). Pocas veces tan oportuno el principio paulino de “examinadlo todo, retened lo bueno” (1ª Tes 5,21).

A los Legionarios de Cristo, y a nosotros con ellos, les toca, pues, poner “los ojos en el autor y perfeccionador de nuestra fe, Jesús; el cual, por el gozo que se le proponía, soportó la cruz (Heb 12,2) y buscar “la santidad, sin la cual nadie verá a Dios“(Heb 12,14)

Paz y bien,
Luis Fernando Pérez Bustamante

PD: Hoy, 08/02/2009, sigue ejerciendo el sacerdocio y la docencia el padre Juan Masiá, sj, autor de este artículo.