Señores obispos: en la Iglesia sobra Fray Quintín o sobro yo.

Esta mañana leí en Atrio un panfletillo demagogo en forma de artículo de un fraile dominico llamado Fray Quintín García González, que parece ser que ha sido publicado en El País. También se puede leer en el blog de 21RS.

Para defender la liturgia de Entrevías, este sujeto, cuya sola presencia en la Orden de Predicadores es una profanación de la memoria de Santo Domingo, dice lo siguiente de la misa a la que asistimos la inmensa mayoría de los católicos:

"…la repetida y repetida misa de 12 dominical, costumbrista, cumplidora en la mayoría de los casos -no en todos-, desgranada en un lenguaje oficial e impuesto, amputados y amordazados sus participantes y agentes pastorales por leyes y rúbricas litúrgicas ajenas, simples repetidores de ritos y oraciones inadaptadas y angelicales, sin conexión apenas con la memoria del maestro Jesús"

Y luego añade:

Y esa espiritualidad de Entrevías escuece y duele, cuestiona y discierne las espiritualidades de los sanedrines eclesiásticos. Y las de Anás y Caifás. Y las de cuantos estamos instalados en este catolicismo de misa de 12 reglada y repetitiva, aburrida, bodas de Estado y privilegios históricos; en esta religiosidad precristiana del Templo, de la Ley y del Sábado por encima del hombre. (Hemos acabado fabricándonos un Dios de ritos y ceremonias).

Bien, una cosa es que se defienda lo indefendible, a saber, que se use a los pobres, los drogadictos y los marginados como excusa para pasarse por el forro lo que indica la Iglesia sobre el culto cristiano. Pero que para defender a Entrevías se menosprecie la misa que celebramos los católicos y se haga desde la condición de sacerdote y dominico es ya demasiado.

Pero no voy a dirigir mi queja a ese señor. Él no es el principal responsable de seguir siendo sacerdote y dominico. A quien hablo es a los obispos de mi Iglesia. Miren ustedes, aquí sobra Fray Quintín o sobro yo. Déjense de documentos, de homilías, de discursos y de gaitas. Hagan lo que tienen que hacer de una puñetera vez. Tienen el Código de Derecho Canónico para algo. Úsenlo. Sépanlo ustedes: a mí me hace mucho daño la permanencia de sujetos como ese fraile en el sacerdocio y en el seno de la Iglesia. Y como oveja que tiene derecho a que no le coman los lobos, les exijo que hagan ustedes de pastores y nos libren de esta gente.

No hace falta que les cite la Escritura en los pasajes donde se les pide que hagan lo que les estoy pidiendo. Ustedes se los conocen muy bien.

Esta mañana dejé un comentario en Atrio diciendo que Fray Quintín y yo no cabemos en la misma Iglesia. Obviamente aparecieron los que me acusaron de ser malo, poco caritativo, etc, etc. Sí, el malo soy yo. El excluyente soy yo. El poco "amoroso" soy yo. El del currículum raro también soy yo. Fray Quintín es el profeta. Pero insisto. Yo no quepo en la misma Iglesia que ese profeta. Y como lo siento lo digo.

Así que, eclesio-progres, no os alarméis que soy yo el quedo de malo malísimo. Así os podréis presentar delante de Dios dándoos golpes en el pecho y diciendo "gracias Señor que no soy como ese carca fundamentalista de Luis Fernando, que no tiene ni amor ni entrañas cristianas. Yo sin embargo, estoy con los buenos, con tus profetas, con los que luchan contra el imperialismo de una jerarquía que ha usurpado el lugar que corresponde al pueblo de Dios."

En fin, mañana me confesaré (¡agg, qué carca!) para poder comulgar en ese rito frío y vacío de sentido al que como hipócrita fariseo tengo la costumbre de acudir.

Luis Fernando Pérez Bustamante