Sed agradecidos a los que nos ministran el perdón de Dios
Cuando Cristo dio a los apóstoles, y con ellos a la Iglesia, la autoridad para perdonar y retener pecados, abrió las puertas del ministerio que más ayuda a los cristianos a vivir en santidad. No hay forma de caminar en Cristo si no nos reconciliamos con Dios cada vez que nos apartamos de su gracia por el pecado. Y es el propio Señor quien dispuso que su Esposa, el Cuerpo de quien Él es cabeza, participara en el proceso por el cual el alma se limpia y el espíritu vuelve a la comunión con Dios.
Es por ello que una de las misiones más sagradas e importantes que tiene todo sacerdote es el de administrar el sacramento de la confesión. Pero a su vez, estoy convencido de que es la más difícil de todas. O se tiene un corazón de piedra o escuchar día tras día los pecados del prójimo debe ser algo psicológicamente agobiante. En especial cuando los pecados son gruesos. Ciertamente el ser canal del perdón de Dios ayudará a muchos sacerdotes a sobrellevar esa carga, pero no por ello deja de ser una especie de cruz difícil de llevar. Además, el buen confesor no se limita a absolver sino que también aconseja, guía, hace de pastor que repara la herida de la oveja descarriada. Cuánta necesidad tiene siempre la Iglesia de buenos confesores.
Los fieles siempre deberíamos estar agradecidos a esos hermanos que hacen de verdaderos padres espirituales que nos llevan a los pies del Señor para que nos conceda el perdón por nuestros pecados. Yo tengo la costumbre de acabar mis confesiones dándole las gracias al sacerdote que me ha confesado. Si para mí no ha sido fácil mostrarle mis debilidades, para él tampoco le ha sido conocerlas. Y sin embargo, lo hace por fidelidad a Dios.
Os animo a hacer lo mismo. Mostrad gratitud a quienes el Señor usa para administraros sacramentalmente su perdón. Y orad para que puedan sobrellevar esa carga con un espíritu bien dispuesto. Ahora que el Papa ha convocado un Año Sacerdotal, tengamos más que nunca presentes a nuestros sacerdotes en nuestras oraciones. Si les amáramos tanto como les necesitamos, su labor sacerdotal produciría mucho más fruto. Al fin y al cabo el amor es el mejor abono para la tierra labrada de una vida entregada al servicio a Dios y a los demás.
Luis Fernando Pérez Bustamante
58 comentarios
Y la autoridad de perdonar pecados la dio Cristo a su Iglesia. Está en la Escritura. Así de simple. Punto y final.
El resto, fenomenal, por lo que doy gracias a Dios.
Realmente, es difícil estar todo el día oyendo pecados, pero , a la vez, es comprobar cuánta es la Misericordia de Dios y ser testigos de verdaderas resurrreciiónes espirituales
Dios bendiga a todos los curas por su labor pastoral , especialmente, al impartir su perdón.
A mí sí que me ayuda OIR "yo te absuelvo..."Sé así que Dios me ha perdonado
:)))
La Iglesia entendió desde el principio que el mismo Jesús le había encomendado expresamente el ministerio de la reconciliación: "A quienes perdonéis los pecados quedarán perdonados, a los que se los retengáis quedarán retenidos" (Jn. 20,22).
¿O acaso vamos a pansar que lo ha hecho porque no tenía más remedio?
Y si no queremos agradecer al cura, que no lo entendería pero hay de todo en la viña del Señor, al menos agradezcamos por su intermedio a Dios, que nos ha poerdonado SIN NOSOTROS MERECERLO. Y es Dios quien lo ha puesto al cura a esperarnos a que nos decidamos a molestarlo para confesar nuestro arrepentimiento.
13 En aquel tiempo, llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo y preguntaba a sus discípulos:
- ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?
14Ellos contestaron:
- Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
15Él les preguntó:
- Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
16Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
- Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
17Jesús le respondió:
- ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
18Ahora te digo yo:
- Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
19Te daré las llaves del Reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.
Aquí tenemos instituidos:
- la Iglesia por el porpio Jesucristo.
- El Papado con Pedro como primer papa, instituido por el propio Jesucristo
- el sacerdocio, el poder de perdonar o no los pecados, instituido por el propio Jesucristo.
Todas las demás disquisiciones sobre este punto sobran.
Por ejemplo, es enervante escuchar los retorcidos argumentos de los protestantes para dar vuelta todo lo que has escrito.
Me ha llegado, Ricardo de Argentina, lo de "¡Gracias, Padre!". Yo no sabía si eso podía llegar a ser incluso inadecuado. Lógicamente, al sacerdote le puede costar más responder con un "de nada", y no digamos un "gracias a ti", porque aquello no es como ir a comprar a la tienda.
Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo .
(S): La Pasión de nuestro Señor Jesucristo, la intercesión de la bienaventurada Virgen María y de todos los santos, el bien que hagas y el mal que puedas sufrir, te sirvan como remedio de tus pecados, aumento de gracia y premio de vida eterna."
Escuchar y vivir ésto no tiene precio.
¡Pentecostés nos espera!
Qué gran verdad. No puedo dejar de emocionarme cada vez que lo escucho. ¡Qué regalo de Dios!
"Acuérdate de este principio general: si posees a Dios te verás libre del pecado, y cuando estás libre del pecado posees a Dios".
Mi pregunta es: si aquellos que se confiesan estuviesen libres de pecado, poseerian a Dios, pero no es así, salen del confesionario mas tranquilos, pero no poseen a Dios.
Por otro lado, estan aquellos que son capaces de llegar a Dios, de un modo u otro, y le poseen, y no tienen necesidad de nada mas.
Vean como pues que hay que poseer a Dios para estar libre de pecado. No es necesaria otra cosa. Esa es mi religion, como la de muchos seres humanos en todo el planeta: la busqueda de Dios.
No hay nada de malo en la confesion, de todas formas, es una opcion que ayuda a algunos.
Por tanto, abstente de soltarnos rollos macabeos.
El juego de palabras no dice nada,a Dios no se le posee,Él vive en nosotros y con nosotros,pero es imposible que nadie lo posea, como se posee cualquier bien espiritual.Por otra parte Él tampoco posee al hombre,sino que brinda su gracia, para que su camino hacia Él sea sin retroceso y en crecimiento hacia el Amor.No poseo más ciencia que nadie, es que estas cosas las conocemos, porque así,Dios nos las ha revelado.
Por eso la reconciliación,mediante la confesión es lo más parecido a un abrazo de padre y madre a la vez,pero en la fe.
De todas maneras,gracias por aportación.
También nosotros, después de haber satisfecho adecuadamente y de habernos arrepentido de nuestros pecados en la confesión y habiendo sido arrastrados por la gracia a la oración contemplativa, tenemos motivos para ser humildes.
¿Y bien, Shugen? ¿vas a seguir usando la "Nube del no saber" para enredar en este post?
Respecto a lo que dices de tu catolicidad, está claro que habiendo sido bautizado católico y siendo que el bautismo imprime carácter, serás siempre sacramentalmente "católico". Aunque reniegues de la fe católica y apostates públicamente. Pero en realidad eres tan católico como lo pudiera ser Calvino cuando escribió sus Instituciones o Jacobo Huter fundaba sus primeras comunidades. No, en realidad menos que ellos, porque estás bastante más alejado del cristianismo y, por tanto, del catolicismo, que ellos.
Insisto. Este post está escrito para católicos que profesan la fe católica y acuden al sacramento de la confesión. No para ti, aunque podría serte de utilidad si estuvieras dispuesto a volver de verdad a la fe en la que fuiste bautizado. De lo contrario, me temo que cabe aplicarte aquello que dijo San Pedro en su segunda epístola:
Mejor les fuera no haber conocido el camino de la justicia que, después de conocerlo, abandonar los santos preceptos que les fueron dados.
Mas aun estás a tiempo. Mientras vivas sigue abierta la puerta de tu conversión, o reconversión, a la fe católica.
Hoy rezaré por su conversión. Sea quien sea. Aunque no le vea hasta el Juicio Final. Dios seguramente me entenderá y proveerá, si es Su voluntad.
Señor Bloger, usted no es nadie para dar consejos, usted es como yo, un pobre aprendiz. Usted puede hacer clic con un ratón y editar a la gente, pero eso no le confiere capacidad para juzgarles. Mucho menos para condenarles.
Pero en todo caso, ¿Qué sabe usted sobre personas que no conoce ni de lejos? Usted no tiene ni idea sobre mi catolicidad, pero con gusto paso a explicársela muy brevemente (no solo a usted, sino a todos los que entran en estos blogs ultraconservadores). No todos los católicos somos como ustedes. De hecho la mayoría no lo somos. La inmensa mayor parte de lo católicos contemporáneos no entramos en ninguna clase de polémica sobre los dogmas. Estamos al margen de esas cuestiones.
Pero será mejor que cite cierto pasaje que nos define con gran acierto: En el concilio Vaticano II, la Iglesia romana ha hablado de la iglesia en el mundo moderno. El mundo moderno se distingue claramente entre los extremos de los conservadores fundamentalistas y las personas de tipo liberal. Pero la mayoría de las personas viven al margen de esto. En nuestra experiencia, muchas de las personas se preocupan menos por la política de la iglesia y están más interesados en el espíritu de la misma. Ellos no entienden la institucionalidad de la Iglesia, y mucho menos la supuesta necesidad de la institucionalización. Estas personas no están necesariamente separadas de la Iglesia, o viven al margen. Si existe alguna etiqueta para ellos, quizá la más adecuada sea la de católicos contemporáneos. (P. Coelho Ariosto)
Usted nos ataca desde el desconocimiento. Pero debiera saber que somos legión. Y por supuesto no renegamos de Cristo ni de nuestra catolicidad. El hacer zen nos hace mejores católicos y mejores personas.
Un saludo.
Como católico, tomo como mías las palabras del apóstol Pablo: Por la gracia de Dios soy lo que soy (1 Cor 15:10). Y si oímos a Jesús cuando dice: Cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, es como un hombre sabio que edificó su casa sobre roca; vinieron las inundaciones y los vientos soplaron y golpearon contra la casa, pero no cayó: fue fundada en la roca (Mt 7:24 -25). Sentarse derecho sobre un cojín es para un católico, seguir esas sabias palabras de Jesús.
Practicar el solo-sentarse (zazen) es para los católicos que hacemos zen, como escuchar las palabras: “Yo soy el que soy”. No somos quizás católicos romanos, pero somos católicos, no le quepa duda.
Mira que yo también estuve en política y me se algunas mañas, pero te repito, aquí no sirven. Aquí la mayoría NO tiene razón, aquí la razón la tiene Dios y habla por su vocero, por su delegado para el siglo, el Papa. Aquí y estoy diciendo la Iglesia, que este blog quiere ser un blog de Iglesia, de gente de Iglesia. Así, brutamente, ingenuamente, sin "ismos": DE IGLESIA. Punto. Llámale fundametalista, ultra, conservador, carca, o lo que se te ocurra, que bien conocemos el sarpullido que provoca la Iglesia y su doctrina en ciertas alérgicas sensibilidades heterodoxas.
Y conste que no te estoy bajando de delegado, que tus títulos pueden ser legítimos y tus adherentes quizá no quepan en la China. Pero guárdatelos bien guardados, que eso aquí ni fu ni fa.
Ya Cristo nos previno, y habló para estos tiempos preguntándose ¿Cuando Yo vuelva, habrá Fe sobre la tierra?
Si estás bautizado eres católico, lo quieras o no lo quieras. Pero eso no significa que tengas la Fe de la Iglesia. Que no la tienes. Y no te molestes en acusarme de gendarme de la Fe sin antes leerte (todo completo) el Catecismo. Allí verás que hay cosas que chocan irremediablemente con tus creencias. Acéptalas y conviértete.
Desconozco por qué rezarás por mi, aunque se te agradece. Yo rezaré por tu conversión.
Por lo demás, hay que ser agradecidísimos a los confesores, desde luego. Me pongo en su piel y no es un trabajo fácil escuchar a la gente abriendo su alma, buscando el perdón de Dios, y tratando de aconsejarles, de confortarles... No es fácil.
Por eso muchos tiran la estola, que no la toalla, y hasta que uno no entra en la sacristía, no van a confesar ni locos. Lo mínimo que podemos hacer es ser agradecidos. Aunque "confiesen mal", o no le pongan entusiasmo.
A mi, desde luego, nunca me han negado una confesión, aunque estuvieran en mil embolaos...
Va camino de arreglarse, pero hasta entonces no creo que sea válida una confesión, aunque ya sabes que la Iglesia provée...
Cosas de los tiempos.
Dios bendiga a todos nuestros sacerdotes.
Por cierto, a ver si agún día ponen algún confesionario visible en Montserrat... ya va siendo hora.
Acerca de la muerte de Jesus, el Zen no tiene nada que decir como tradicion, pues es ajena al cristianismo. Pero como catolico practicante de Zen, puedo responderle. Jesus es Cristo, por supuesto. Cristo es una manifestación de Dios en el mundo, y la muerte de Cristo es una forma de decirnos que la muerte no tiene existencia real. Decir que Cristo venció a la muerte es un modo de decir que Cristo no murió. Cristo no puede morir, y nosotros, en la medida que seamos uno con Cristo, tampoco moriremos. Pero ser uno con Cristo no es algo que pueda conseguirse nunca de un modo perfecto en este mundo.
Los gnosticos Basílides, Valentín, Carpócrates, y otras derivaciones del la herejía gnóstica -como el Islam (Sura 4, 157-158)- no lo hubieran dicho mejor
Pero entre tu y yo, si me dedicara a impresionar a rubias, no sé, no sé, eso del Zen está pasadillo de moda ya (incluso para los nacidos en Cáceres). Yo más bien optaría por explicarle que practico el Yuyin profundo del maestro Sinaghua, en su variedad guayiki de las lomas de poniente del Tibet occidental, que te eleva mucho más el espíritu, manteniendo el karma en niveles óptimos de productividad emocional.
Vamos, es lo que me dice que funciona ahora un amigo muy puesto en eso de las rubias.
Pero tu mismo, oye.
Esa es la fe cristiana.
Pues con el zen están haciendo lo mismo. Yo he llegado a leer a un teólogo la afirmación de que los primeros cristianos oraban de una forma parecida al zen (??????????????).
Dentro de unos siglos se nos dirá que el zen ha sido una práctica piadosa de siempre. Y la Iglesia continuará enseñando cosas de las que Jesús jamás habló, ahondándose el abismo entre el Jesús histórico y Cristo.
En cuanto a la muerte de Cristo, para entender su significado simbólico lo mejor es acudir a historia de la religión y textos de fenomenología religiosa.
Por ejemplo, un sacerdote es ordenado, da su primera misa y otras más, no obstante puede no ser autorizado a oir confesiones inmediatamente, cosa que de hecho a veces ocurre. La autorización debe venirle de un obispo en comunión con Roma, cosa que los lefebvristas no poseen.
"Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre";
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre".
(Flp 2, 5-11)
Yo si voy a hablar de Shugen y espero que alguna mente peregrina no crea que soy intolerante. No siempre, Luis Fernando, estoy de acuerdo con lo que escribes -en general cuando son cuestiones muy coyuntarales dado que en lo de fondo sí. Ahora escribes un hermoso artículo sobre el agradecimiento que debemos tener a quienes nos suministran el sacramento de la reconciliación. En vez de los bloggers aportar sobre como podemos manifestar ese agradecimiento, la intervención de gente como Shugen en este y en otros foros hace que la cosa se desbarranque en pavadas como un supuesto cristianismo Zen, y termina siendo una red de propanganda de las pavadas de éste y aunque no lo fuera nos desvía de lo esencial. Creo que el se divierte. Es más dudo que sea Zen en realidad debe ser alguien empeñado en destruir desde adentro una muy interesante propuesta de periodismo católico. Como el hay algunos más, y en todo caso esas polémicas deberían canalizarse por otro lado. Cuando hoy nos urge recuperar el sentido de comunión entre los que defendemos la VERDADERA DOCTRINA (la del Papa por supuesto) perder el tiempo en esto es lamentable. Un abrazo Luis Fernando y felicitaciones -aun con discrepancias de muy en tanto en tanto- con el blog y el nivel de los escritores.
No podía decirse mejor lo que yo pienso.
Y no, no pienso borrar el post. Simplemente, cuando entre en otro y cambie el tema de discusión, le moderaré los comentarios. Es lo que se hace con los "revienta-blogs" versión "acaparadores de atención".
En España nos estamos volviendo tontos a pasos acelerados.
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