Religión en la escuela: derecho humano, derecho constitucional
Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, artículo 18:
"Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia"
Constitución española, art. 27, 2 y 3:
2- "La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto de los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales".
3- "Los poderes públicos garantizarán el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones".
Los obispos españoles se reúnen esta semana en Asamblea Plenaria y uno de los temas que van a abordar es la situación de la escuela católica en España. Es de suponer que también hablarán de la asignatura de religión, así como de esa amenaza totalitaria y estatalista con nombre de "Educación para la ciudadanía", que parece ser otro de los caballos de Troyas que quiere introducir en nuestra sociedad el socialismo radical y laicista que nos gobierna desde hace tres años. Precisamente una de las cosas que suele diferenciar a las democracias de los regímenes totalitarios, es que éstos últimos suelen puentear, cuando no aniquilar, el derecho de los padres sobre la educación de sus hijos.
Si alguien tiene alguna duda de que España corre el peligro de una involución hacia modelos pre-democráticos, que vea lo que está ocurriendo con la educación. La legitimidad democrática y constitucional de un gobierno elegido en las urnas, deja de ser tal cuando legisla en contra de derechos fundamentales y constitucionales del ciudadano. El haber ganado en las urnas no da derecho a todo, como bien sabemos por la historia (Hitler, Mussolini) y como estamos volviendo a ver en algunos países de Latinoamérica y, me temo, en España.Quien forma las mentes de los niños tiene el futuro en sus manos, se dice. Pero es a los padres, y nunca al Estado, a quienes corresponde decidir cómo ha de ser dicha formación. El Estado, si en verdad está para servir -y si no, no sirve- debe garantizar ese derecho paterno, regulando la educación en base a consensos mínimos e interviniendo solamente en casos extremos. Por tanto, imponer una asignatura cuyos contenidos morales atentaran contra un sector muy importante de la población en España, los católicos practicantes y todos aquellos que sin serlo sí mantienen unos planteamientos éticos y morales similares, sería uno de los pasos más decisivos que se han tomado en este país para destruir el sistema que nos dimos en la Transición del régimen franquista hacia la democracia. El problema es que quienes no tienen el más mínimo reparo moral en sacar a los muertos de las tumbas y resucitar los odios guerracivilistas, difícilmente pararán en sus planes para convertir de nuevo a España en aquella nación que se vio abocada al enfrentamiento fraticida. Y saben que la educación y la religión, como ya ocurrió en la II República que tanto nos enfrentó y que ahora tanto alaban, son piezas fundamentales de este tablero de ajedrez siniestro en el que nos quieren hacer jugar.
De poco vale una Carta Magna y una carta de Derechos Humanos, cuando en la mentalidad del gobernante está un cambio de modelo de Estado y de sociedad que atente contra aquellas, y cuando el resto de poderes del Estado permanece pasivo, si es que no colaboran, ante semejante actitud. Los ataques repetidos contra la asignatura de religión en la escuela y la asigntatura de "Educación para la ciudadanía" no son sino una de las puntas del iceberg que bajo las aguas esconde el hielo de la aniquilación de una nación, España, que parece no haber aprendido de la Historia la lección más dramática que tuvo que recibir a sangre y fuego en el siglo XX. Es mucho, pues, lo que nos jugamos en las próximas elecciones. No ya en las de mayo, que también, sino sobre todo en las próximas generales.
Luis Fernando Pérez Bustamante
10 comentarios
Cuando se gobierna a golpes de decretos, mal andamos.
En Europa nos falta un movimiento político que apueste por sacarla del marasmo ético-filosófico-existencial en que la han sumido los hijos degenerados de Robesbierre, Rousseau, Voltaire, Kant y compañía.
Necesitamos un Tomás de Aquino.
Menuda colección. Pues estos son los verdaderos padres de la Patria del modernismo que ya está implantado. En el PSOE, en IU, en el PP y en todo quisque.
Un Santo Tomás no sé si ha vuelto a existir...
http://debellopallico.blogspot.com/index.html
ME VOY POR DONDE HE VENIDO
Los comentarios están cerrados para esta publicación.