Mildred: entre el silencio y la solidaridad, por Monseñor Sanz Montes
En el post de ayer hablaba de las deslocalizaciones de empresas como uno de los problemas a los que se tiene que enfrentar la sociedad española. En Huesca lo que se produce, si es que me he enterado bien, no es una deslocalización sino la quiebra de una empresa de pastelería, Mildred, que daba trabajo a cuatrocientos oscenses. Es fácil entender que es un palo severo el que cientos de personas de vayan a la calle en una ciudad con poco más de 50.000.
Poco puede hacer la Iglesia oscense aparte manifestar su apoyo y afecto a las familias afectadas, además de pedir a los responsables políticos que hagan todo lo que esté en su mano para dar una salida a la situación planteada. En ese sentido, monseñor Jesús Sanz, como cabeza de esta iglesia, ha escrito la carta que ahora reproduczco.
Mildred: entre el silencio y la solidaridad
Ni siquiera cuando dices palabras en silencio sabes tantas veces expresar un sentir que quisieras de veras comunicar. Tímidos nuestros labios, retraídos nuestros brazos ceden todo lo quisieran decir a nuestra mirada fugitiva y a nuestro callado corazón. Es una escena que tantos de nosotros hemos vivido ante la enfermedad o ante la muerte de la gente que más queremos. Y algo así experimento yo cuando veo el temido desenlace que pudiera acarrear la pérdida de trabajo para muchas familias de nuestra ciudad.
Hace unas semanas la Iglesia de Huesca expresamos desde nuestra Cáritas Diocesana ese sentir dolido y solidario ante la situación que estaba viviendo un colectivo importante de personas ante la amenaza de cierre de la empresa Mildred-Pauni. Entonces decíamos con respeto y con firmeza a la vez, que pedíamos a la sociedad oscense -y en especial a quienes tienen capacidad de aportar soluciones- que mirara el problema desde los ojos de los que más tienen que perder: los trabajadores y sus familias. Sí, porque si sólo se mira una problemática así desde la viabilidad de la gestión empresarial, desde las expectativas cumplidas de un ejercicio económico, desde la pura y dura competitividad, entonces las personas no cuentan, sólo sirven como piezas anónimas de unos objetivos sin rostro humano, sin entraña, sin corazón.
Yo quiero pensar que se habrán hecho todos los posibles por las partes implicadas en sacar a flote esta emblemática empresa oscense; quiero pensar que se han puesto los medios posibles para evitar este desastre humano que supone para más de cuatrocientas familias quedarse sin trabajo. Pero si todavía hubiera un resquicio, por pequeño que fuera, para evitar la tragedia o para hacerla lo menos terrible posible, quiero pensar también que se emplearán todos los medios al alcance por parte de la empresa y de las administraciones locales, provinciales y autonómicas. Vaya para quienes pueden hacer algo mi ánimo y mi urgencia hacia la más generosa generosidad.
Con los trabajadores y sus familias, verdaderas víctimas, quiero acercar con todo respeto mi humana y cristiana solidaridad. Me imagino las familias jóvenes o los jóvenes con proyecto de familia y sólo me salen palabras de silencio. Ante situaciones así de extremas es cuando comprendes la grandeza de poder contar con un trabajo, algo que a veces damos por supuesto, tan de recibo demasiado cotidiano, hasta que lo pierdes y entiendes de un porrazo lo que te acaban de arrancar.
Pienso en todas las consecuencias personales y familiares de quienes podrían quedarse ahora sin poder trabajar, y una pena oscura me pone triste. Sacar adelante unos hijos, llevar un hogar, vivir la vida con dignidad y poderse ganar cada día el pan aunque sude nuestra frente, no son caprichos ni bagatelas de una estúpida frivolidad.
Como obispo y cristiano, no sólo pido al Señor por toda esta gente para que les ayude y sostenga con la esperanza, sino que le pido también para que todos nosotros sepamos acertar en la ayuda adecuada, que acerca la palabra o el silencio oportunos, la caricia tierna o la búsqueda acompañada de una salida laboral.
Desde nuestra Diócesis de Huesca y desde todos cuantos la componemos, estemos cercanos en todos los sentidos hacia estos paisanos y hermanos nuestros, y que encuentren en todos nosotros la comprensión que se hace gesto de una caridad no fingida, de un amor que sabe abrazar y que no se cansa de buscar soluciones para que tantas personas no pierdan un trabajo digno ni la dignidad que da el poder trabajar.
+ Jesús Sanz Montes, ofm
Obispo de Huesca
29 comentarios
Preo para empeorar las cosas, la otra alternativa actualmente vigente, el intervencionismo estatal, se ha mostrado a medio plazo como generadora de pobreza y opresión.
Lo reconozco, no conozco la solución. Claro que si la supiera sería premio Nobel de economía.
Y ya empiezo a cansarme de tanta crítica absurda a los viajes de Monseñor Sanz. Por si usted no lo sabe, él es el responsable de la comisión de religiosos en la Conferencia Episcopal. Y eso hace que tenga que viajar más que un obispo que no tiene otra cosa que hacer que atender a su diócesis. Además, esta diócesis estaba acostumbrada a tener un obispo al que no llamaban de ningún sitio para hacer o decir nada. Ahora no ocurre lo mismo. A nuestro actual obispo le llaman de muchos lugares, incluído el extranjero. A todos no va, pero no puede decir no a todos.
Tu amor a tu obispo es incondicional, no me cabe duda.
Tu obispo Sanz, delegado para la comisión de vida consagrada, es, más bien poco querido por los religiosos en general. Su rechazo hacia él es notorio, por si no lo sabías. Con todo, el derecho canónico establece la necesidad de permanencia del obispo en su diócesis. No sé por qué me da que tu obispo no lo cumple. Después será él quien quiera aplicar el derecho a sus curas? o a sus laicos?
Mira, blogger, anímale a tu obispo a que pastoree su diócesis, que, aunque diga que se le queda pequeña (alguno se lo ha oido decir en varios foros), me parece que le viene tan grande como la mitra.
Sobre si tiene algo que decir o no decir nada este obispo que defiendes, frente al anterior, que, según tú, no tenía nada que decir...dejemos ver lo que dice, para juzgar.
Yo opino que a veces es mejor callar y parecer estúpido que abrir la boca y demostrarlo. Creo que Sanz ha tenido varios desatinos verbales que más le valiera haber tenido la boca cerrada. Pero bueno, es sólo una opinión. Repito lo dicho. Esta carta me parece extraordinaria. Tan extraordinaria como que se sale de lo ordinario en él. Por eso le felicito, extraordinariamente, pero no cejo en marcarle de cerca, a él y a quienes le defendéis con cegadoras orejeras. A lo dicho, estás en tu derecho, pero, a mi juicio, equivocado. ¿o lo estaré yo?
Respecto a la permanencia en su diócesis, para empezar no es una diócesis. Son dos las que gobierna. Y como no tiene todavía el don de la bilocación, cual si fuera un San Pío Pietralcina, pues lógicamente no puede estar en las dos a la vez. Pero hete aquí que existe una cosa que se llama Vicario y que para algo está. Y hete aquí que, por ejemplo, este obispo ha venido más al pueblo donde yo vivo en dos años que el anterior obispo en cinco (antes de enfermar).
Pues bueno, vale. Es lo que hay.
La solución pasaría por universalizar los derechos de los trabajadores, de manera que no pudieran ser explotados en ningún rincón del planeta.
Mientras nos conformaremos con denunciar a las empresas que utilizan mano de obra barata.
La solución pasaría por universalizar los derechos de los trabajadores, de manera que no pudieran ser explotados en ningún rincón del planeta.
Exactamente. La globalización hoy afecta sólo al "libre" mercado y no a los derechos sociales. Sería necesario hacer una Carta universal de derechos sociales de los trabajadores, que impidiera la explotación, que no deja de ser una forma moderna de esclavitud. No creo que sea tan complicado encontrar un mínimo común múltiplo de derechos. Si se penalizara, a través de legislaciones nacionales (o comunitarias en la UE), a las multinacionales que se saltaran gravemente esa carta, quizás lograríamos algo.
En España algunos sectores de producción no pueden competir con quienes usan mano de obra sin apenas derechos, e incluso niños.
Por otra parte, los aranceles abusivos impiden el desarrollo de sectores básicos de muchos países del tercer mundo. Y a un pobre no le importa trabajar 14 horas diarias, 7 día...
Todo es una enorme pescadilla que se muerde la cola.
Gracias, Sofi, por tener ese ojo objetivo desde fuera para describir lo que sucede en este blog, y en otros.
Pues sí, así es la condición humana.Somos como las cebras, blancas y negras. Como tú, como todos. Tú dices: "resulta que uno felicita y acusa, otro defiende y se mete con otros sin ton ni son...Y ahora resuta que tú, te metes con los que hacen lo uno y lo otro y propones tu resignación como medida del universo.
Mira: Esto no es un periódico en el que se afina lo que se escribe, es simplemente, un "aliviadero", como tú también muestras en tu participación.
De mayor quiero ser como tú. Tan buena, tan santa, tan justa, tan comedida, tan resignada, tan...tan...tan.....¿serás la mujer campana?
No le respondas afirmando lo evangélico de lo que dice Sanz, o el mucho bien que te ha hecho personalmente, porque a analogía eso le importa un pimiento. Él anda en otras cosas mucho más mundanas, va a su rollo personal.
Y, sí, tiene razón Sofía. Los fieles solemos pensar que la media de los consagrados trata de poner en práctica una vida acorde con los mandamientos de Cristo y los votos de su estado, pero desgraciadamente la realidad es mucho menos elevada, y mucho más mezquina. Pidamos al Señor por sus errores como pedimos por los nuestros.
Pero a los que realmente mandan no les interesa. Ellos quieren trabajadores pobres y consumidores ricos. Si todo se redistribuyera, y existieran limitaciones a la pura ley del mercado (el "todo vale" financiero), entonces los márgenes serían mucho menores.
A las grandes compañías les interesa mucho, mucho, que siga existiendo un inmenso granero de millones de trabajadores cumplidores, sin seguridad social, ni protección laboral, ni derecho a huelga o a protestar, que trabajen por cuatro céntimos. Y los comunistas chinos se los van a regalar con un lacito.
Por eso vemos tantas loas últimamente a los chinos mientras se ataca tanto a Fidel por un sector de la derecha liberal (Arísteguis y tal). Habrá que recordar que, aparte de trabajadores esclavos y pena de muerte a los disidentes, en China LA IGLESIA ESTÁ PERSE...
Pues eso; y Occidente bailándoles el agua; y el resto calladitos que estamos más guapos. Ocupados con el futbol, el tomate y si Rajoy gana más que ZP o no.
En mi opinión, el obispo no sólo ha estado acertado, es que se ha quedado corto.
A mi que la empresa gane más con la deslocalización me podrá parecer todo lo lógico que se quiera, pero me la trufa; a mí me interesa el futuro de mis hermanos aquí que se van a ir a la calle. Hay que ayudarles entre todos. Y los católicos, y nuestros pastores, los primeros.
No te mires tan-to al espejo. Aquí tú eres la única que está tocando la campana. Yo ni me he metido con nadie, ni me he echado flores: simplemente he descrito la situación. Resignación ante lo que de verdad importa, ni mijita. Aceptación de vuestra absoluta libertad para seguir criticando a vuestro antojo, venga a cuento o no, a quien os dé la gana, sí. Y es que tu opinión no es tan importante como tú crees. Aquí la única que va de "santa" y "justiciera" "marcando" a los demás y obsequiándoles con adjetivos calificativos arbitrariamente eres tú.
¿Quién te has creído que eres para ir por ahí perdonándonos la vida?
Eres una analogía de la vacuidad absoluta. Multiplícate por cero.
El obispo de Cádiz y el de Jerez escriben hoy una carta pastoral en la que recuerdan que "La rentabilidad económica no puede estar por encima de la dignidad de la persona y de sus derechos fundamentales"
Un saludo a todos los amigos.
Sofía, ya no quiero ser como tú de mayor. Eres demasiado violenta y agresiva. Que te f o l l e un pez.(por contestar a tu mal deseo para contigo).
Gracias por tu explicación. Tu mal aliento se debe, entonces, a que te escuecen las verdades. Presumidilla, sigues mirándote al espejo: la agresividad y la violencia son todas tuyas. El follaje también. Por mí puedes seguir eructando. Supongo que lo próximo que dirás será : "Que te pique un pollo" ¡Cuánta imaginación!
Lo siento.
Buenas noches.
Evite los insultos, palabras soeces, alusiones sexuales, vulgaridades o groseras simplificaciones
No sea gratuitamente ofensivo y menos aún injurioso.
Sofia no ha dicho ninguna ordinariez. Tú sí. Por lo demás, ella es una comentarista habitual de este blog y tiene mucho más margen. Tú sólo apareces para meterte con Monseñor Sanz Montes. No pretendo ser justo. Simplmente pasa que en mi blog mando yo.
Si te has dado cuenta...
yo, irónicamente, le había dicho a esa tal Sofía, que de mayor quería ser como ella...y tal y cual.
Creo que ha sido ella la que primero ha contestado metiéndose conmigo y diciendo que me multiplique por cero y que soy la analogía de la nada, o no sé qué.
Después, le he dicho yo una expresión fuera de tiesto, lo reconozco y su contestación, todavía ha sido más maravillosa.
Ahora para ti, blogger:¿Por qué dices de borrar mis comentarios y no los de ella? Creo que eres bastante injusto. Sobre tu forma de pensar, que me parece bastante facha, hablamos otro día. Pero lo de injusto, es evidente. Agravios comparativos, impropio de un blogger como tú que predicas tanto la justicia...?o es más bien la ley del embudo? Haz con el comentario lo que te parezca, me doy por satisfecho de que lo leerás.
Veo que tu vara de medir, admás de injusto (cosa que no es que no pretendas, sino que de hecho, objetivamente, es así)veo que no te gusta que se critique tu opinión. No es que me meta con Sanz Montes, sino que te pongo matices y te doy otro punto de vista, que, por lo que veo, te enerva y te sienta mal, pues no es de tu gusto. Ciertamente, eres injusto, pero como tú tienes el balón...pues a mandar. Viva la pluralidad.
Lo siento, de nuevo. Hagamos las paces y aquí no ha pasado nada. :)
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