Las amistades políticas del cardenal Cañizares o "tó el mundo es bueno"
No lo digo yo. Lo reconoce el mismísimo cardenal Cañizares. Entre sus amistades figuran un buen número de políticos. Según sus propias palabras, José Bono es un gran amigo y un político como pocos. Rodríguez Zapatero, un buen amigo también. Mariano Rajoy, también buen amigo. José María Barreda, idem. A las mujeres no les llama amigas pero también tiene palabras para ellas. Y así resulta que para nuestro cardenal curial María Teresa Fernández de la Vega es una mujer extraordinaria que, ojo al dato, ha hecho mucho por la Iglesia, mientras que María Dolores de Cospedal es una política joven con futuro.
Ante tanta amistad es normal que don Antonio sostenga que Zapatero no es anticlerical y que a Rajoy se le critica demasiado y se es injusto con él. Esto último, insisto en lo dicho en otras ocasiones, tiene mucho que ver con su cambio de parecer sobre lo que ocurre en Cope. Es normal que los que hemos oído a monseñor Cañizares en los cuatro años de la legislatura pasada nos quedemos un tanto perplejos con una afirmación como la siguiente: “En España criticamos a los políticos de manera despiadada y creo que es hora de que hagamos todos menos crítica y construyamos más todos juntos“. Es más, al final de la entrevista dice que San Pedro nos pidió que apoyáramos a los que nos gobiernan.
Al mismo tiempo don Antonio insiste en la postura de la Iglesia sobre el aborto, la EpC, los preservativos y el sida, las raíces cristianas de España, etc. Pero,y he aquí el gran problema, el cardenal no nos explica cómo podemos apoyar a los políticos que nos gobiernan si son ellos los que nos traen más aborto, más EpC y más “gimnasia y menos religión". ¿Les criticamos de forma despiadada cuando nos manifestamos contra sus políticas favorables a la cultura de la muerte? ¿Qué podemos construir conjuntamente con aquellos que hacen ingeniería social con nuestros hijos?
En principio “tó el mundo es bueno” mientras no se demuestre lo contrario. Estoy convencido de que, en la distancia corta, Zapatero es encantador, De la Vega un solete de mujer, Bono la repera limonera, Rajoy un tío simpatiquísimo al que le gusta el ciclismo y Fraga un abuelo cebolleta que te cuenta batallitas interesantísimas. Pero una cosa es la empatía personal y otras las políticas que se desarrollan desde las instancias del poder. La crítica es necesaria y forma parte de la colaboración debida a nuestros gobernantes. Y cuando las leyes provocan miles y miles de víctimas inocentes, como es el caso con el aborto, la oposición rotunda, áspera y mordaz es una opción perfectamente legítima. Al fin y al cabo nosotros no llegamos a llamar zorra a Zapatero como Cristo se lo llamó a Herodes.
Luis Fernando Pérez Bustamante