La perpetua virginidad de María desde el punto de vista judeocristiano
Lo prometido es deuda.
La perpetua virginidad de María desde el punto de vista judeocristiano.
Tomado de la Asociación de Católicos hebreos:
Desde los antiguos días bíblicos el adulterio acarreó con él un sentido de profanación, es así que una mujer que hubiera tenido contacto con otro hombre1 aún siendo a la fuerza, ya no podía estar con su esposo (Gn .49, 4; 2 S.20, 3; 16, 21-22, Libro del Jubileo 33, 6-9; Epstein, Ley del Matrimonio en el Talmud, p. 51). El código deuteronómico enseña que una mujer que esté divorciada de su esposo y que contraiga matrimonio con otro hombre, no puede regresar a su anterior esposo (Dt 24, 4). Como dijo el Señor a través del profeta Jeremías: Si alguno dejare a su mujer, y yéndose ésta de él se juntare a otro hombre, ¿volverá a ella más? ¿No será tal tierra del todo amancillada? Otra traducción: "Sí un hombre aparta a su esposa y ella se va de él y se convierte en la esposa de otro hombre, ¿debe él regresar a ella?, ¿no debe su tierra (el propio cuerpo de su esposa) estar grandemente contaminada?" (Jer 3, l; ver Targum a Dt.24, 1-4). En la ley rabínica una mujer que ha cometido adulterio está "corrompida" y no puede continuar siendo la mujer de su esposo, sino que debe divorciarse. Además, cualquier contacto íntimo de la esposa con un hombre judío o gentil, potente o impotente, natural o no natural, obliga al divorcio.
PROMETIDO: En la Ley Judaica un hombre prometido a una mujer era considerado legalmente casado con ella. La palabra para prometido en hebreo es Kiddush, una palabra derivada de la palabra hebrea Kadash, que significa "sagrado", "consagrado", "apartado". Porque por el compromiso (como en Mt. l, 18; Lc. l, 27), o matrimonio, una mujer pasa a ser propiedad de su esposo, prohibida para otros.
La Ley Oral de Kiddushin (Matrimonio y Compromisos) establece: "El esposo, por casarse con la joven, la separa de todos como si fuera consagrada al templo (Corban) y fuera del alcance de todos los otros" (Kiddushin 2b, Talmud Babilonio).
Sabemos por el Evangelio de Mateo 1, 14 que José, el esposo de María, era un hombre justo, un judío devoto, fiel a la ley. Habiendo notado que María estaba encinta y que él, su prometido, no había tenido nada que ver con su embarazo, José pudo ya sea públicamente condenarla y entregarla para darle muerte por adulterio (Dt 22, 22-29), o rechazarla en privado.
Tomó su decisión cuando un ángel se le apareció en sueños, diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer. porque lo que en ella es engendrado del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt l, 20-21). El ángel no usa la frase para la unión marital: "llegar a ella" (como en Gn.30, 3, 4 y 16) o "juntarse o unirse" (Mt l, 18), sino meramente una palabra significando conducirla a su casa como su esposa (paralambano gunaika) pero no cohabitando con ella.
Cuando el ángel le reveló que María ciertamente era la esposa del Espíritu Santo, José pudo llevar a María, su prometida, a su casa como su esposa, pero nunca podría tener trato sexual con ella, porque de acuerdo a la Ley, ella le estaría prohibida por siempre.
ESPOSA DEL ESPÍRITU SANTO: También debemos tomar en consideración que cuando María supo por el arcángel Gabriel: concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS (Lc l, 31), también agregó que esto se realizaría porque El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios (Lc l, 35).
Para decirlo en estos términos, el arcángel declaró a María que Dios entraría en una relación marital con ella, provocando que ella concibiera a Su Hijo en su seno. Para "cubrir con su poder (reshuth) a una mujer" (Targum a Dt. 21, 4) fue un eufemismo para "tener una relación marital con ella".
Asimismo, "sombrear" (Lc l, 35) al desplegar su "ala" o "manto" sobre una mujer, fue otro eufemismo para relaciones maritales. Entonces, los rabíes comentaron (Midrash Génesis Rabbah 39.7; Midrash Ruth Rabbah 3.9) que Rut estaba correctamente en su palabra cuando le preguntó a Boaz que tuviera relaciones maritales con ella al decirle a él "Yo soy Rut, esclava tuya; extiende tu manto sobre tu sierva (literalmente, "ala": kanaph) por cuanto eres el pariente más cercano" (Rut 3, 9).
Tallith, otra palabra aramea-hebrea para manto, es derivada de tellal = sombra. Entonces, "extender el manto de alguien (tallith) sobre una mujer" significa cohabitar con ella (Kiddushin 18b, ver también Mekhilta en Éxodo 21, 8). ¿No le dijo Dios a Su esposa Israel: Porque yo soy vuestro esposo (Jer 3, l4) y será tu dueño y tu esposo (Is 54,5); yo un marido para ellos, dice Jehová (Jer 31, 32)? ¿Y qué es más íntimo que lo que Dios dijo a Su esposa?: Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta. Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía (Ez 16, 7-8).
MARÍA PROHIBIDA A JOSÉ: Habiendo en sueños sido informado por un ángel sobre el embarazo de ella, y tal vez después por María acerca de las palabras que le pronunciara a ella el arcángel Gabriel en la Anunciación, José supo que Dios lo había escogido como esposo para María. Ella ahora le estaba prohibida de por vida, y por el bien del Nino y de María, él solamente podía vivir con ella en una relación absolutamente casta.
Vivir en celibato dentro del matrimonio no era desconocido en la tradición judaica. Se dice que Moíses, que era casado, permaneció casto el resto de su vida después de la orden dada de abstenerse de tener relaciones sexuales (Ex.9, 15). En preparación los setenta ancianos se abstuvieron más tarde de sus esposas después de su llamado, y así lo hicieron Eldad y Medad, cuando el espíritu de profecía cayó sobre ellos; ciertamente se dijo que los profetas se volvieron célibes después de que la palabra de Dios se comunicó con ellos.
EL CELIBATO DE ACUERDO A LA TRADICION: Elías y Eliseo fueron célibes toda su vida. Cuando por la Torá (í.e., el profundo estudio de ésta), un rabino se abstuviera de tener relaciones con su esposa, esto era permisible, porque entonces estaba cohabitando con el Shekínah (la "Divina Presencia" en la Torá).
Es bien sabido que los rabinos hablaron concerniente a la obligación de los hombres de contraer matrimonio y de procrear: "Aquel que se abstenga de procrear es considerado como si hubiese derramado sangre". De acuerdo a Yebamoth 62b, B.T., un hombre sólo es medio hombre sin una mujer, citando a Gn.5, 2 donde dice: Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán (lit. "Hombre", el día que fueron creados.
Sin embargo, si una persona es fiel al estudio de la Torá (i.e., dedica todo su tiempo a ésta), como Simeón ben Azzai, puede ser condonado su rechazo a casarse" (Skulkhan Arukh EH 1. El sabio rabino Simeón ben Azzai (antes del segundo siglo d.C.) estaba extraordinariamente en su aprendizaje. "con el paso de Ben Azzai pasaron sabios diligentes por la tierra" (Sotah 9:15). Nunca se casó y fue célibe toda su vida para no distraerse de sus estudios y porque consideró a la Torá su esposa, para la cual puso toda su alma (Yebamoth 63b). Fue un sabio sobresaliente (Kiddushín 20a, B.T.) también conocido por su santidad (Berakoth 57b, B.T.).
La tradición judaica también menciona al célibe Zenu' im (lit. "castos" a quien fue confiado el secreto del Nombre de Dios, y así poder preservar el Santo Nombre en "perfecta pureza".
Aquellos con la esperanza de una revelación divina consecuentemente se abstuvieron de tener relaciones sexuales y fueron estrictos en materia de pureza (Enoc 83, 2; Ap14, 2-5). Philo (Apol pro Judaeís IX, 14-17), Josefo (Antiq XVIII. 21) e Hipploytus (Philosophumiena IX, IV, 28A) escribieron sobre el celibato de los Esenios Judíos cientos de años antes del descubrimiento de su establecimiento en Qumrán, cerca del Mar Muerto.
Philo Judaeus (c.20 a.C.-50 d.C.), un filósofo judío, describió a mujeres judías que eran vírgenes que se habían conservado castas no a la fuerza, como algunas sacerdotisas griegas, sino por su propia voluntad por su ardiente deseo de Sabiduría. "Deseosas de tener Sabiduría para sus hermanos, despreciaron los placeres de la carne y no desearon descendencia, sino aquellos niños que solamente el alma que es querida por Dios pueda hacer nacer" (Philo, Cont.68; también ver Philo, Abr. l00).
Porque "los castos son recompensados recibiendo iluminación de la oculta luz celestial" (Zohar 11. 229b-230a). Porque "si el entendimiento está seguro e intacto, libre de la opresión de las iniquidades o pasiones… podrá claramente mirar todo lo que sea digno de contemplación" (Philo, Sob.l.5). Y a la inversa, "el entendimiento del hombre amoroso es ciego y no puede ver esas cosas que valen la pena ver… cosas dignas de ver las cuales son maravillosas de percibir y deseables" (Philo, Q. Gén.IV.245).
JOSÉ COMO CUSTODIO CÉLIBE: Como receptor de la gran revelación de que lo concebido en el seno de María, era del Espíritu Santo, y que el Niño por nacer sería destinado a salvar a Su pueblo de sus pecados, seguramente José por ello supo que fue llamado para cuidar a María y a su Hijo, el Mesías, por el resto de su vida, siendo esto por lo que el ángel le dijo que tomara a María como su esposa.
Podemos razonablemente asumir que ahora María compartía con él todo lo que le dijo el arcángel Gabriel. Nada menos que una Persona, el Hijo de Dios (Lc l, 35), iba a ser confiada a su cuidado bajo el refugio de su humilde hogar, ahora el Sanctasanctórum. La tradición judía menciona que, aunque las personas debían abstenerse de tener relaciones sexuales con sus esposas solamente por tres días anteriores a la revelación del Monte Sinaí (Ex 19, 15), Moisés escogió permanecer casto por el resto de su vida con la total aprobación de Dios. Los rabinos explicaron que esto se debió a que Moisés supo que él estaba designado a comunicarse personalmente con Dios, no únicamente en el Monte Sinaí, sino en general a través de cuarenta años de permanencia en el desierto. Por esta razón, Moisés se quedó "separado de mujer", permaneciendo en la santidad de separación para estar al servicio de Dios en todo momento; citaron la orden de Dios a Moisés en Deuteronomio 5, 28 (Midrash Exodus Rabbah 19:3 y 46.3).
Otra vez, podemos estar seguros que José permaneció célibe toda su vida porque a través de sus años de casado, estuvo diariamente en comunicación y al servicio de Jesús, la Palabra de Dios encarnada..
Los otros argumentos de los hermanos
Primogénito no quiere decir solamente, el primer nacido entre otros hijos, sino ocupar un lugar especial: elegido, consagrado. Una mujer que muere dando a luz a su primer hijo, se dice de él que es el primogénito aunque no tenga hermanos. El salmo 89 dice que David (el último de ocho hijos) es llamado primogénito por Dios: Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra (Sal 89, 27-28). En Génesis Jacob recibió las bendiciones de la primogenitura (Gn 25, 31-34), aunque nació después de Esaú (Gn 25, 25-26). Efraín es llamado "primogénito" en Jeremías 31 ,9 siendo el segundo hijo de José (Gn 41, 52). Jesús es el primogénito de los muertos (Ap 1, 5), pero no el primero en morir. Él ocupa en lugar especial por ser el testigo fiel hasta la muerte. Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito (Ex 4, 22). Llamado "Primogénito", Jesús es el "Alfa y Omega", el Primero y el Último. No hay otro. Esto es lo que quiere decir Col 1, 15-16 cuando lo llama así.
Israel no es el primer pueblo que Dios creó, pero sí es el pueblo consagrado por Él. En Zacarías 12, 10 vemos que la misma persona es llamada "primogénito" y "unigénito".
En las Antigüedades Bíblicas de pseudo Filón (primer siglo d.C.), la hija de Jefté es llamada tanto primogénita como unigénita (39, 11). Y un epitafio, (con fecha 28 de enero de 5 a.C.), descubierto en 1922 en la necrópolis judía de Tell el Yehudieh, hace decir a la muchacha difunta (Arsinoe): "Pero la suerte, en los dolores del parto de mi hijo primogénito, me condujo al término de la vida". Aunque esta joven madre murió en el primer parto, a su hijo se le llama igualmente primogénito.
No debemos olvidar que el título primogénito para designar a Jesús tiene otro sentido simbólico. El es llamado primogénito de toda la creación (Col 1, 5) y de todos los muertos (Col 1, 18).
No la conoció hasta que dió a luz no quiere decir que José haya tenido relaciones con María después. Hasta que no equivale a decir "pero después sí…" porque en 2 Samuel leemos: Y Mical hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte (6, 23). ¡No quiere decir que después de su muerte tuvo hijos! Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies (Sal 110, 1). Este Salmo que profetiza a Jesús (Hch 2, 34-35) no significa que Jesús no siga sentado a la diestra del Padre (Hch 7, 55) después de que pusiera a sus enemigos por estrado de su pies.
En Génesis 28, 15 leemos: He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. Ciertamente Dios no dejó a Jacob después. He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mt 28, 20). ¿Pero después Jesús no va estar con nosotros? Para ver otros ejemplos mira Dt 34, 6.
Cuando el evangelista dice que José no la conoció hasta que dio a luz un hijo, él afirma que José no tuvo relaciones con María mientras no naciera el Señor. Pero no está afirmando que después de que María dio a luz, José tuvo relaciones con ella. Lo que Lucas dice es que Jesús nació sin intervención de José.
Nos quedamos con "recibió a su mujer" . Pero con todas las pruebas que vimos arriba y con leer el contexto, sabemos que se trata de José aceptando a María como su esposa porque él entendía que María estaba encinta del Espíritu Santo después de que el ángel se lo explicó.
Si María tuvo a Santiago como hijo, ¿cómo es que los Padres de la Iglesia creyeron que María permaneció virgen si su hijo Santiago era obispo de Jerusalén? Nadie reclamó ser descendiente de la familia de José y María. Nadie en los siguientes años después de su asunción andaba diciendo que era hermano carnal o sobrino de Jesús.
Por todo lo dicho concluimos que María no tuvo otros hijos. De hecho, en la Iglesia Primitiva, la primera persona que formuló la idea de que los hermanos de Jesús eran hermanos carnales fue Elvidio (380 d.C). Por cuatro siglos los cristianos no pensaron así. Cuando Elvidio escribió eso, lo criticaron fuertemente. Quizás no sea normal que un matrimonio viva sin relaciones, pero ¡tampoco es normal que su hijo sea Dios Encarnado!