La Historia: maestra de malos alumnos.

Se dice, y en mi opinión se dice mal, que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Pues no, no estoy de acuerdo. Ojalá tropezáramos sólo dos veces. La realidad es que lo hacemos muchas más. Mientras que los animales tienen desarrollado un instinto que les protege de caer en muchos males, los hombres parece que sólo desarrollamos nuevas formas de caer en los mismos errores generación tras generación.

Ahora somos más sofisticados. No tiramos a los recién nacidos por la ladera de un monte sino que los aniquilamos mientras están en el seno de sus madres. No usamos el veneno para cambiar de César, sino que con gusto aceptamos democráticamente el veneno que el César nos introduce en nuestras leyes, usos y costumbres. En España, por ejemplo, acabamos de asistir a una obsesión compulsiva de la izquierda por desenterrar muertos que sólo desean que les dejen descansar en paz. Y lo ha hecho para poner en marcha mecanismos de resentimiento y odio que sólo pueden llevarnos al abismo que condujo a esos mismos muertos a sus respectivas tumbas.

Más ejemplos. Europa pudo comprobar en el siglo XX cuál es la consecuencia de ceder ante el mal, de intentar dialogar con quien sólo quiere aplastarte e imponer sus objetivos. Pues como si nada. Hoy algunos falsos mesías de la paz de los cementerios pretenden domar a la serpiente antigua (llámese Eta, llámese fundamentalismo islámico) como si por el hecho de sonreírle a su cara nos evitara su mordedura mortal.

No hay peor memoria que la selectiva, que la egoísta, que la que sólo quiere recordar aquello que le interesa para fines que por lo general son bastardos. Prostituimos la historia como si fuera una fulana que vende sus encantos por unas pocas monedas. Mas la Historia, con H mayúscula, es una verdadera maestra si realmente estamos atentos a sus lecciones magistrales que nos avisan del peligro al que nos abocamos si insistimos en repetir, punto por punto, los errores de nuestros antepasados. Lástima que seamos tan malos alumnos.

Luis Fernando Pérez Bustamante

2 comentarios

  
Ricardo Próspero
Estimado Luis Fernando:

Dices:
"Mas la Historia, con H mayúscula, es una verdadera maestra si realmente estamos atentos a sus lecciones magistrales que nos avisan del peligro al que nos abocamos si insistimos en repetir, punto por punto, los errores de nuestros antepasados. Lástima que seamos tan malos alumnos."

Caray! Totalmente de acuerdo!


21/10/06 11:17 PM
  
Jose Francisco Bravo G
Cómo me gustaría, Luis Fernando, que muchas personas en el mundo pudieran ver y sentir como tú (perdona que te tutée). Sería la viviencia de la verdadera fraternidad.
Totalmente de acuerdo contigo.

21/10/07 1:37 AM

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