La hermenéutica de Papá Noel
Ayer no pude por menos que sonreir cuando leí la primera parte de lo que se supone que va a ser una serie de artículos de César Vidal en Protestante Digital. La ha titulado "¿Qué Evangelio debemos predicar?", con el subtítulo "Predicación para el siglo XXI (I)". Si el lector se pregunta el porqué de mi sonrisa, la razón es muy sencilla. Esa primera parte de la serie la firmo yo de la A a la Z y la firmaría cualquier teólogo o predicador católico anclado a la fe de la Iglesia y no contaminado con lo que yo llamo "herméutica de Papá Noel".
Esa hermenéutica consiste en aguar todo lo que en la Escritura huela a denuncia del pecado, exhortación a luchar contra el pecado, incompatibilidad de la vida de pecado con la salvación, etc, etc. Y si el pecado es de índole sexual, la herméutica Papá Noel alcanza sus mas altas cotas de intensidad. Dice César:
¿Qué es lo primero que anuncia Juan el Bautista? Que la gente es pecadora y que debe arrepentirse y bautizarse en señal de que esos pecados han sido perdonados (Marcos 1, 4). ¿Qué es lo primero que anunció Jesús? Que la gente debía volverse de sus pecados (Mateo 1, 17) ¿Qué es lo primero que anunció Pedro tras Pentecostés? Que sus contemporáneos habían pecado, algo que, por cierto, captaron a la perfección y les causó un profundo impacto (Hechos 2, 36 ss) ¿Qué es lo primero que dejó establecido Pablo a la hora de desarrollar su predicación del Evangelio? Que "tanto judíos como gentiles… están todos bajo pecado" (Romanos 3, 9) y que "no hay diferencia… por cuanto todos pecaron y están privados de la gloria de Dios" (Romanos 3, 23-24).
Para el pensamiento políticamente correcto y progre-eclesial, eso no es sino una exhibición de fundamentalismo bíblico. Si César fuera católico se le acusaría de tridentino, pre-conciliar, carca y demás lindezas que el progrerío usa para definir a los que simple y llanamente quieren mantenerse fieles a lo que siempre ha sido la predicación católica sobre esta cuestión.
Resulta peculiar que quienes son tan optimistas sobre la salvación quieran tapar o disminuir la importancia de la conciencia de pecado en los hombres. Pero si no hay conciencia de pecado, ¿cómo va a haber capacidad de conversión? Si no hay de qué salvarse, ¿para qué querer salvarse? Si Dios es un señor gordo con gorro rojo que aparece una vez al año para dejarnos regalos, sin interesarse luego en si actuamos así o asá, ¿para qué complicarnos la vida buscando su voluntad?
Obviamente la salvación es un gran regalo. Es pura gracia. Pero Dios no es Papá Noel. Y el que piense que el hecho de que Dios nos haya enviado a su Hijo para que todo aquel que en Él cree no se pierda, implica que basta con un simple acto de afirmación de fe, se equivoca. Y lo hace gravemente porque el propio Cristo dijo que el que escucha sus palabras y nos la pone por obra, se perderá (Mt 7,26-27). Y lo hace gravemente porque San Pablo dijo que debemos trabajar en nuestra salvación con temor y temblor (Fil 2,12). Y lo hace gravemente porque San Pedro dijo que para tener ancha entrada en el Reino de Cristo a nuestra fe hemos de añadir virtud, ciencia, templanza, paciencia, piedad, fraternidad y caridad (2ª Pe 1,3-11).
En definitiva, no se puede aguar el evangelio. No se puede predicar el buenismo. No se puede esconder la necesidad de la conversión personal, el alejamiento de los pecados propios, bajo la excusa de los pecados del sistema, del mundo. Los pecados de los ricos no son una bula para que los pobres pequen. Tanto el rico como el pobre tendrán que dar cuentas a Dios por sus obras, sean buenas o malas. Y tan necesitado está de arrepentimiento el rico, como el pobre, como el ciudadano de clase media que está algo agobiado con la hipoteca. Y a todos debemos predicarles el evangelio siguiendo el patrón que usó el propio Cristo. Primero, reconoced vuestros pecados. Luego arrepentíos, sin dudar que el amor de Dios os garantiza el perdón. Y a continuación, vivid conforme a los mandamientos del Señor. Lo demás, señores, es pura vanidad.
Luis Fernando Pérez Bustamante
40 comentarios
Es conveniente delimitar el significado de las locuciones para no inducir a error.
Saludos cordiales.
Se lo confieso, amigos: yo sí he visto a personas concretas arrodilladas en un confesionario, confesando sus pecados (pecados personales); pero lo que nunca he visto es a una estructura haciendo lo mismo (pecados estructurales).
Que Dios les bendiga.
De acuerdo con otra blogger que denuncia cierta diarrea mental. Creo que eres un tronao obsesivo, pero no te preocupes...eso no es pecado.
A mí me parece que tan infantil, en todo caso, sería tu aprobación como mi desaprobación. Y bastante más infantil tu actitud de considerar que alguien razona bien porque estés de acuerdo con él, o porque ordente sus chorradas y las suelte una tras otra. Diarrea mental, y lo reafirmo, porque aparte de no poder dejar de soltar el chorro de opiniones sin dejar respiro a nadie, y borrando las de todos los demás, suele C...... , principalmente porque no lee, ni comprende lo que dicen los demás, con lo cual puede acabar diciendo que tu madre no era ni una señora ni una católica, y si a ti te parece bien que lo diga de la tuya, pues allá tú, pero de mi familia este señor que no hable. Es lo único que superviso de sus espantosos comentarios, las alusiones personales, y lo de que no "odia" es pura hipocresía, odia al "progre" y le coloca todas sus etiquetas. Hace tiempo que no le leo con atención porque es denigrante el uso que hace del topico, acusando por ejemplo de ser p...
Y en lo del infantilismo es también evidente que no coincido contigo.
En cuanto a todos los argumentos son puros intentos de lucimiento personal a base de copiar lo que dicen unos y otros, tergiversándolo todo. Si hablas de no juzgar a las personas, y menos ignorando lo que hay en su conciencia, dirá que para ti no existen el bien y el mal, etc..
En el caso de las estructuras de pecado, Amatoma tiene toda la razón.
Pero si te gusta este troll, quédatelo. Siempre habrá sitios por donde esta plaga no aparezca.
Hasta otra.
Y llegados a este punto, no me vale el silencio. Creo que estaba muy equivocada todo este tiempo.
Entendido, el que se suponía caballeroso Herme, cree que se puede mentir sobre la familia de los demás y aprovechar para negar su catolicidad y su educación. Pues tú mismo. Estarás en buena compañia del cerdo.
En cada post pondré como post data esa regla para que nadie pueda alegar desconocimiento.
Cuando digo a partir de ahora, no digo a partir de mañana o de dentro de dos o tres horas. Digo desde ya.
Si no te has enterado, vamos a dejarlo. Pero creo que ese señor tiene la mala costumbre de leer lo que escriben los demás quedándose con lo que le da la gana, para utilizarlo para colocar su rollo. Poco le importa que Yolanda esté totalmente en contra del aborto -será una progre abortista. Menos le importa que yo diga que mi tía estaba hecha polvo y mi madre fue a hablar con EDUCACIÓN, usé esa palabra. Él pasa de los sentimientos de las personas para colocar sus teorías, y ni siquiera es capaz de disculparse porque va a soltar su rollo y punto. Pues muy bien. Yo ni me voy a molestar en leer absolutamente nada de lo que diga, ni siquiera en un lectura rápida de dos segundos.
No merece la pena.
No obstante, ese exceso de celo de Napoleón por el respeto al orden sacerdotal, que quizá le llevó a ser poco delicado con tu familia, no justifica tampoco que le hayas tomado ese odio, ni demuestra que no sepa argumentar.
No quiero seguir con esto, pero conviene aclarar varias cosas:
1- No le he tomado ningún "odio". Simplemente soy de las que persiguen la injusticia recalcitrantemente. No me gusta que se vaya nadie de rositas con cara de no haber roto un plato y dando lecciones de moral, cuando no se sabe comportar.
2- Saber argumentar, en otros campos, puede que sepa (especialmente en el de la lógica vacía de contenidos que nada aporta ) Pero no puedo considerar que se llame saber argumentar a distorsionar lo que dicen otras personas o a menospreciarlas.
3- El hecho de que mi madre tuviera razón -que la tenía- es irrelevante. Lo que importa es que se ponga en entredicho que es una señora y que es una buena católica, por el hecho de haber ido a hablar EDUCADAMENTE con un cura. Este señor lee lo que quiere y lo interpreta como le conviene y no tiene en cuenta los sentimientos ajenos.
En ese sentido puedo decir que me reafirmo en que no sabe argumentar, puesto ...
Y no tengo nada que decir ya sobre este tema, una vez que he dejado claro que mi madre era una señora perfectamente educada y sinceramente católica, y que creo que no se puede hablar a la ligera de los demás.
Si te gusta su estilo, sobre gustos no hay nada escrito.
Y espero que quede cerrado el tema con esto.
Paz y bien.
Y siempre hace lo mismo: para defender su verdad, critica otras verdades porque no le gustan. Argumenta sesgadamente y, por tanto, con poca honestidad intelectual. Decir que argumenta bien es un insulto a la inteligencia. Sofía, te invito a desaparecer de este blog y de otros similares. Yo me propuse hacerlo y hasta aquí he llegado. Están tronaos casi todos y perdemos el tiempo. Solo entraré para ridiculizar al personal. Prometido, no escribo más aquí.
Sofía: anda, olvídalo; no creo que Napoleón pretendiera herirte, aunque te entiendo perfectamente. A veces todos somos unos inconscientes y no nos damos cuenta del arma que es el lenguaje y el daño que se puede hacer, lo malo es cuando se hace a propósito y no creo que sea el caso de Napoleón, de verdad; a veces en el fragor de la batalla dialéctica, pasan cosas así, pero sin mal...
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Por los pecados cometidos por sus miembros, no por los cometidos (algo imposible) por estructuras de cualquier tipo. Ya se dejó esto claro en un documento oficial de la Sede Apostólica, en el pontificado de Juan Pablo II, : "Instrucción sobre algunos aspectos de la 'teología de la liberación'"
Allí se lee: "No se puede restringir el campo del pecado, cuyo primer efecto es introducir el desorden en la relación entre el hombre y Dios, a lo que se denomina 'pecado social'. En realidad, sólo una justa doctrina del pecado permite insistir sobre la gravedad de sus efectos sociales" (IV, 14). Es decir, no hay tal cosa como 'pecados protagonizados por estructuras', sino pecados de personas que generan 'efectos sociales', que no es lo mismo.
(Continuará...)
Si, por ejemplo, un sacerdote, en un funeral, se niega a decir que el finado está en el cielo, eso no es un 'error', sino un comportamiento razonable. Y si dice que probablemente necesita expiar sus pecados, eso tampoco es un 'error', sino algo de sentido común, dado que no hay declaración de santidad oficial, por la Iglesia, de este finado, y debemos suponer que el Purgatorio es tránsito obligado para el común de los mortales.
Saludos cordiales.
(Sigue...)
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(*)Gutiérrez, G.:"La fuerza histórica de los pobres", p. 19
Por desgracia, tenemos que vérnoslas aquí con algo más que equívocos sintácticos. Del pecado afirma Gutiérrez: «No se trata, en la perspectiva liberadora, del pecado como realidad individual, privada e intimista, afirmada justo lo necesario para necesitar una redención 'espiritual', que no cuestiona el orden en que vivimos. Se trata del pecado como hecho social, histórico.» (G. Gutiérrez, 'Teología de la Liberación, p. 236-237)
Objetivamente hablando, estimo que un marxista, o el mismo Marx, puesto a describir la "alienación" del concepto cristiano del pecado y de su perdón, lo habría hecho con palabras muy similares a las de Gutiérrez.
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1º.- No se puede poner en duda que A es B, si antes, el que pone en duda que A es B, desconoce la existencia de A. Eso es imposible. Yo expresé, en un ejemplo genérico, sin mencionar a nadie personalmente, que quien agrede a un sacerdote, llamándose católico el agresor, no 'ejerce' de tal (de católico).
2º.- Yo, lo que puse en duda es la 'catolicidad' de un X (sin nombrar concretamente a nadie, aunque al hilo de una lectura, que me suscitó dicha reflexión), al agredir a un sacerdote, no el carácter de señora o señor de X, que es muy distinto. Alguien puede ser un caballero o señora no siendo católico o no comportándose como tal.
No tergiversemos falazmente lo que se dijo, ni se oculten los insultos (bajo la capa de una cósmica ofensa inexistente) que se me regalan sistemáticamente, sólo por que no se está de acuerdo con mis opiniones. Y, sinceramente, no me gusta perder el tiempo respondiendo a agresiones verbales y ataques 'ad homimen', sino reflexionar sobre argumentos, y de esos veo pocos en mis detractores, estimada Ana.
La estrategia de agresión verbal hacia el contrapinante (en lugar de refutar sus textos) y el concitar aliados fáciles para que refuercen la hostilidad contra este y así hacerlo callar (reducirlo a silencio), es tan vieja como la misma Historia, y queda al descubierto prontamente.
Saludos cordiales.
Yo no sé lo que dijo el sacerdote en el funeral del primo de Sofía, pero sí escuche muy bien lo que dijo el que ofició en el segundo funeral de mi abuela: ella estaba en el infierno (sí, así lo dijo) y nosotros también íbamos derechitos hacia allí y sin remisión. Era un hombre muy mayor (la llevamos a enterrar a su pueblo y el cura se empeñó en hacer otro funeral -bueno, y sus parientes que allí vivían-) y seguramente la cabeza ya no le andaba muy bien, así que lo dejamos estar, pues afortunadamente el que hicimos en la ciudad donde vivimos fué muy diferente, es decir, completamente normal.
No se lo dijimos al obispo, pues eso sería hacerle una faena al pobre hombre. Además y dejando a parte éste caso, yo creo que es mejor decírselo personalmente al sacerdote que ir con la historia al obispo, pues eso sí que puede perjudicar y mucho al sacerdote (siempre que no sea un caso muy grave...ya me entienden).
Y otra cosa, en ningún sitio se ha dicho que na...
Donde dice:
"Sí, estimada Sofía",
debe decir:
"Sí, estimada Ana".
Lo cual no quiere decir que no estime a la señora Sofía.
Quizás todo sea un mal entendido.
Un cordial saludo.
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Por ello, apreciada Ana, lo expresé mediante un condicional. Si X (siendo X un católico o católica) agrede a un sacerdote en el ejercicio de su ministerio conforme a Derecho (dicho ejercicio), entonces X no es digno de llamarse católico o católica. Yo no juzgaba si hubo o no agresión, sino que, en el caso hipotético de haberla habido, esa agresión de un católico o católica contra un sacerdote, en esas circunstancias ltúrgicas, se reputaba negadora de la catolicidad (al menos formal) de dicho católico o católica.
Pura y simplemente.
Saludos cordiales.
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No puede un sacerdote decir eso. Sin duda. Primero, la declaración de santidad, como le argumenté teológicamente, compete a la Iglesia, según las normas del Derecho canónico, no a un sacerdote en un funeral, por muy bueno que haya sido el finado a los ojos públicos.
Segundo, así como la Iglesia posee infalibilidad al declarar (conforme a Derecho, nunca me cansaré de repetirlo) que un siervo de Dios está en el cielo, no posee dicha infalibilidad para realizar lo que podríamos denominar una contra-canonización, una canonización de sentido contrario, declarando infaliblemente que un fiel se ha condenado.
Que Dios la bendiga.
Ale, pelillos a la mar y un cordial saludo.
Al que vuelva a decir una sola palabra en otro post sobre la polémica de estos días, le borro todos y cada uno de los comentarios que ponga en este blog, sean sobre lo que sean.
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