La Iglesia hace lo que tiene que hacer, tanto si le ahorra dinero al Estado como si no
Siempre que se ha planteado el debate sobre la financiación de la Iglesia, el argumento de lo que la misma le ahorra al Estado ha estado encima de la mesa. Entiendo que ese argumento era muy contundente cuando el porcentaje de la X de la declaración de la Renta no era suficiente para cubrir las necesidades de la Iglesia y el Estado tenía que aportar un pequeño complemento. El mismo era el chocolate del loro comparado con la reducción del gasto público que se logra gracias a la labor de la institución que más hace por los necesitados. Como ahora no hay complemento alguno y la Iglesia sólo obtiene los ingresos que los españoles quieren que obtenga, ese debate debería de haber quedado cerrado.
Los panfletos progres, tanto los publicados en papel como en la red, han insistido vez tras vez en meter la partida del concierto que reciben los colegios católicos en la cuenta de ingresos de la propia Iglesia. Eso es absurdo ya que al Estado le saldría mucho más caro hacerse cargo de la educación gratuita de los niños que acuden a esos colegios. Es decir, los colegios católicos le ahorran un pastón a las cuentas públicas de la nación. Yo soy partidario del cheque escolar, verdadera herramienta para garantizar la libertad de elección de centro, pero no sé muy bien si eso supondría, a día de hoy, más o menos dinero para las arcas del país.
Escuela aparte, la labor infatigable en el servicio a los más necesitados por parte de las instituciones católicas merecería el reconocimiento unánime de toda la sociedad, incluido el sector de los laicistas anticlericales que viven pensando como tocarnos las narices a los católicos día sí y día también. Ahora bien, la Iglesia no hace lo que hace para ahorrarle dinero al Estado y así sacar alguna contraprestación. La Iglesia hace lo que hace porque va en su propia naturaleza, porque es su deber, porque el evangelio le lleva a ello. Y es más, haríamos muy bien en no presumir de ello. Corresponde a los no creyentes alabar las buenas obras de los cristianos. La Iglesia debe de tomar la actitud del siervo inútil que hace lo que tiene que hacer. Es lo que nos pide el Señor que hagamos en Lucas 17,10: “De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer“.
Es bueno que la gente conozca la labor de la Iglesia y no seré quien critique que la misma la explique a los españoles. Pero ojito con caer en la trampa de presumir como el fariseo que buscaba la fama por dar mucho dinero para los pobres. Dios valora más lo que se hace de tal forma que la mano izquierda desconoce lo que da la derecha.
Luis Fernando Pérez Bustamante
13 comentarios
El argumento de que la Iglesia ahorra dinero al Estado con la Educación concertada, es cierto. Pero es argumento de los conciertos.
No viene al caso, cuando de lo que se habla de la financiación de la iglesia, dentro de la campaña informativa "x tantos", que coincide con la Declaración del IRPF.
Creo que esta asignacion a la Iglesia catolica, no se emplea para financiar a los colegios catolicos, tal vez algun colegio diocesano pero eso no es lo relevante.
La asignación a la Iglesia se emplea para las nominas a los sacerdotes, mantenimiento de iglesias, es decir cuestiones materiales que tienen que ver con la evangelización: celebración de sacramentos, catequesis...
¿Eso puede ser valorable economicamente? No.
No es susceptible de una valoración economica: bautizar a un niño, dar la extrema unción a un anciano, celebrar la misa, confesar a los fieles, transmitir la fe que nos permite comunicarnos con Dios en la oración...
Pero tambien es cierto que la moral que trasnmite la Iglesia, supone un cierto ahorro al Estado. Me explico: las personas creyentes al intentar con la ayuda de la gracia cumplir el decalogo, cumplen muchos preceptos juridicos -y dejan de incumplir muchos otros- y son ciudadanos ejemplares.
Y este cumplimiento se hace sin necesidad de una coercion externa del Estado, a traves de una policia, se hace a traves de la propia conciencia.
En ese sentido, la tarea de la Iglesia, evangelizar, si que acaba ahorrando dinero al Estado.
Disculpad el rollo.
sabes que más de una vez he comentado tus artículos y no he visto bien algunas posturas que esgrimías.
En este caso, no puedo más que felicitarte y decirte que te veo más encaminao.
Comparto plenamente la postura de quien debe dar una moneda con una mano sin que la otra lo sepa, que estamos llamados a ser esclavos de nuestros hermanos (quien quiera ser grande entre vosotros sea vuestro esclavo)...
Veo que es más "inteligente" este camino estrecho que el de hacer sonar cada dos por tres los platillos pa sacar lustre a nuestras medallas, porque dejamos de hacer la voluntad de Dios (que cada momento nos pide) cuando pensamos que esa es la única forma de pedir al César que nos dé lo de Dios. A quien nos pregunte, como hicieron con Cristo, a ese sí se le puede comentar pero hacer bandera de esto me parece poco fiel, por no decir, antievangélico.
Saludos
Conozco agnósticos que marcan la X a la Iglesia precisamente por la labor social que realiza. Y lo hacen porque la conocen. Esto también es apostolado.
Creo que aquí no se trata de que se incumpla tal principio de las manos (que no se entere...) porque la Iglesia católica no dice lo que pasa de forma torticera ni siquiera para presumir de lo que se hace sino, al contrario, para que se sepa lo que hay y tanta crítica tenga menos que decir.
Precisamente, todo el trabajo de información pormenorizada que está realizando la CEE por medio de ese bendito de Dios que es Fernando Giménez Barriocanal -de quien no sólo me consta que es la honradez personificada, sino que además es una auténtica eminencia en su campo- tiene por objeto arrojar luz y taquígrafos sobre las cuentas de la Iglesia, porque es necesario satisfacer a todo el que recela de sus dineros y en qué se emplean.
¿O es que si se tiene una empresa no se debe ser religiosamente transparente, nunca mejor dicho? Pues del mismo modo, la Iglesia, con las cosas de este mundo debe serlo igual. Debe ser capaz de resistir cualquier auditoría.
Porque la Iglesia, en estos temas está continuamente con una espada de Damocles encima, a ver si pillan que los curas, además de pedófilos, son corruptos, así en general, o algo de eso.
Pues ante este constante tercer grado al que está sometida, a mí me parece perfecto que se dé esta información. Creo que eso no tiene que ver con el precepto evangélico de no darse autobombo con la limosna.
La transparencia no es el fuerte de la Iglesia, no, por unas u otras causas. Todavía hay mucha cultura de lavar en casa los trapos sucios y de que las mentirijillas valen a veces y de que para defendernos de los malos tenemos que usar los mismos medios que usa el mundo. No digo que la información transparente tenga que llegar a "todos los públicos", pero sí que debe llegar a los gestores, a los obispos, y a quienes tengan derecho a ella por estar involucrados directamente.
¿Hace trampas, la Iglesia española? ¿Hace el mal, o el bien? Si hace el mal, apaga y vámonos; si hace el bien, tranquilos.
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