IU mata moscas con el rabo
Hay que entender al insigne Llamazares y sus muchachos. Están aburridos, temen desaparecer del mapa político español debido a que Zapatero ha ocupado, y en algunos casos rebasado, su lugar natural y claro, algo tenían que hacer para salir en algún medio. ¿Y qué mejor que para un comunista trasnochado y descolocado que dar rienda suelta a su anticlericalismo?
Pues heles ahí presentando proposiciones no de ley en el parlamento, para pedir al gobierno que derogue los acuerdos del Estado español con el Vaticano. Todos sabemos que dichos acuerdos han supuesto una merma de 10 puntos en el PIB, un aumento del 30% en la inflacción y además impidieron que el paro no bajara hasta que llegó Aznar al gobierno. Y además han impedido la construcción de mezquitas (la de la M-30 en realidad es un holograma), templos evangélicos y sinagogas judías. Es de justicia, pues, que se rompa ese acuerdo. Así España será un país más justo, más solidario, más pluralista.
Este tipo de iniciativas demuestran que la izquierda más rancia de este país no aprende nada del pasado. Lo llevan en los genes. Es superior a sus fuerzas. Serían felices de vivir en una España bajo el yugo de la sharia islámica con tal de quitarse al catolicismo de en medio. Y aunque por ahora Zapatero no quiere llegar tan lejos, que nadie dude que quien dijo que en la escuela hacía falta más gimnasia y menos religión, antes o después acabará cargándose esos acuerdos o ignorándolos por completo. Serán como la ley de partidos. Que está vigente pero como si no estuviera.
Luis Fernando Pérez Bustamante