¿Merece la pena seguir?

Religión en Libertad nació en abril de este año 2008, al que ya vemos entrar en la recta final. Mentiría si dijera que pocos proyectos he emprendido en mi vida tan ilusionantes como este. Una cosa es ver la actualidad desde fuera y otra trabajar con ella. No ha habido un solo día desde ese uno de abril en el que no haya actualizado la web. Es obvio que he cometido muchos fallos, propios de un neófito que pasa de tener un blog como tantos otros a coordinar y dirigir un portal de información y opinión socio-religiosa. Pero para eso está un editor como Álex Rosal, que de esto del periodismo sabe un rato, y que me indica las cosas que he de corregir a la vez que me anima por la labor realizada hasta ahora.

Aunque hemos sacado varias exclusivas, la inmensa mayoría de las noticias de ReL salen de agencias de prensa y de otros medios. En realidad buena parte de la información en los medios digitales funciona de esa manera, así que no es algo que me preocupe en exceso. Aun así, sigo pensando que lo mejor de este portal son sus blogs y la sección de artículos de opinión. Pero al mismo tiempo, es ahí donde surgen las principales dudas sobre el futuro. Y no hablo del futuro sólo de ReL sino de la propia opinión socio-religiosa en la red. El otro día uno de nuestros mejores bloggers, el padre Guillermo Juan Morado, hacía unas preguntas muy directas:

¿Merece la pena escribir posts? ¿Nos lee alguien? ¿Debemos dejarlo? A veces, lo confieso, me asaltan estas dudas. No se trata sólo de hacer el bien. Es que si no hay lectores, se acaba la plataforma donde escribir. Que cuesta dinero… Ustedes me dirán.

No es el único blogger con esa inquietud aunque probablemente sí es el primero que lo hace público. La verdad es que dedicar un tiempo de tu día a escribir para que luego te lean cuatro gatos, y gracias a Dios por esos cuatro gatos, desanima a cualquiera. Para ser sinceros, en esto de los blogs católicos el único que tiene una audiencia relativamente importante es ese fenómeno mediático llamado Francisco José Fernández de la Cigoña. El resto estamos literalmente a años luz en número de visitas. Yo mismo, que soy el blogger más leído de ReL y que mantengo un número de visitas reales(*) superior al que tenía en Religión Digital, no le hago sombra. Ni pretendo hacérsela dicho sea de paso, entre otras razones porque sería absurdo. Paco Pepe sólo hay uno, para lo bueno y para lo malo.

Pero claro, una cosa es tener claro que resulta muy difícil para un blogger cristiano el alcanzar cuatro o cinco mil lectores diarios, con sus correspondientes diez o quince mil visitas, y otra el que veas que te leen menos personas de las que te encuentras en cualquier misa dominical, pues a muchos les resulta frustrante. Yo mismo, a pesar de que no me puedo quejar del número de visitas, me pregunto si seguiría escribiendo casi a diario de no ser porque ahora “vivo de esto". Son muchas horas, muchos días y muchos años escribiendo, debatiendo, peleando y poniéndolo todo en la defensa de la fe católica y de una serie de valores compartidos por todos los cristianos, para que al final te des cuenta de que eres una simple gota en medio de un desierto en el que los pocos oasis que podrían dar vida, están más pendientes de no secarse que de extender sus dominios. Y es que tristemente, salvo excepciones, quien sí tiene medios para dar esa batalla en buenas condiciones, los desaprovechan miserablemente. Desde aquí apenas podemos asomar un poco la gaita para que nos vean aquellos que están interesados en vernos, y a los que no hace falta que convenzamos de nada porque piensan más o menos lo mismo que nosotros.

A los lectores de Religión en Libertad les digo dos cosas. La primera, que si quieren que esto dure mucho tiempo, deben hacer el favor de hacer correr la voz. Pronto incorporaremos mejoras al portal pero si los que comparten nuestros valores no entran a leernos a diario, esto no tiene sentido, señores míos. La segunda, que cuiden de nuestros bloggers. Yo entiendo que es imposible leer con detenimiento los más de 20 blogs que tenemos. Pero cuesta muy poco echar un vistazo a los 5-6 posts que están más arriba. Tengan en cuenta que si la gente comprueba que no es leída, escribe menos y peor. Y al final deja de escribir. Y si Religión en Libertad merece la pena por algo, es sin duda por sus bloggers, a quienes nunca podré agradecer demasiado su esfuerzo y su colaboración.

Una cosa sí quiero dejar claro. Creo que Religión en Libertad tiene ya una identidad muy definida y, en lo poco o mucho que mí dependa, no va a cambiar. El binomio “cambio de identidad versus más visitas” puede ser muy atractivo, sobre todo desde el punto de vista económico, pero yo prefiero ser lo que somos a convertirnos en otra cosa para que nos lea más gente. Y a buen entendedor, pocas palabras bastan. Sé que este portal lo leen muchos obispos, multitud de sacerdotes e incluso lo siguen en la Santa Sede y Roma, ciudad que supera en visitas a algunas ciudades españolas importantes. El lector medio de ReL es de un nivel de formación religiosa medio-alto. Aquí no ha habido cabida ni para rumores más o menos fundados o infundados, ni para falsedades patentes. Tampoco para informaciones tendenciosas que buscan perjudicar al cristianismo en general y la Iglesia Católica en particular. En estos meses sólo me arrepiento de haber puesto una noticia, que sirvió para paralizar algo importante en Roma y que molestó bastante en Añastro. Y con razón, añado. Quizás no sea muy “profesional” pero ya he dicho en otras ocasiones, y vuelvo a decir, que soy antes cristiano y católico que cualquier otra cosa y, si es por el bien de la Iglesia y de la fe, antes me guardo una información, por muy buena que sea, que apuntarme una primicia. La obsesión infantiloide y enfermiza por apuntarse tantos, aun a costa de hacer el ridículo en muchas ocasiones, se la dejo a otros.

A la pregunta de este post la respuesta hoy es un sí rotundo. Pero pasado un tiempo habrá que volverla a hacer. De ustedes depende que esa respuesta no cambie.

Luis Fernando Pérez Bustamante

(*) No valen las de menos de 5 segundos, que son casi la mitad en todo Periodista Digital. Lo sé porque estuve allí.