¿De verdad que es necesario caer tan bajo?
El cardenal Rouco Varela tiene una sobrina en Canarias, llamada Magdalena, de la que no sabemos si como persona vale gran cosa, pero que de momento ha decidido que lo mejor que puede hacer para ganarse unos euros es arremeter contra su tío y exhibir sus pechos en la portada de una revista. Y por si no bastara con eso, se permite hacer juicios morales sobre el hermano de su padre, con quien parece que no mantiene una buena relación.
Bravo Magdalena, te has cubierto de gloria. A la vez que te metes con tu tío, te aprovechas económicamente de él vendiendo tu cuerpo, que no valdría un euro si no fuera porque eres sobrina de un cardenal. Ya te falta menos para salir en televisión o en alguna película de Almodovar. Ya eres alguien.
Y bravo también a la revista de marras. Tras décadas exhibiendo a las mujeres que tienen tan poco respeto por sí mismas que venden su desnudez para colmar los deseos de varones pajilleros, ahora se apunta el tanto de sacar en bolas a la sobrina de un cardenal. Gran exclusiva, sí señores. A vender con ese desnudo lo que no pueden vender por la calidad de sus contenidos informativos y de opinión.
Y, sobre todo, bravo por los periodistas de información religiosa que creen que algo así merece ir a la portada de sus medios. Esto sí que es un ejemplo de profesionalidad periodística. Si al cardenal le ha salido una sobrina casquivana, hablemos de ella para fastidiarle. Total, contra Rouco vale cualquier cosa. Es cardenal, es conservador y no les cae simpático.
Luis Fernando Pérez Bustamante
21 comentarios
Pobre sobrina. Qué tío más malo tiene. Con lo buena que es ella.
Con los comportamientos "íntimos" tan "llamativos" en instalaciones de "patrimonio público", "realizados" en "horas de trabajo" por "servidores públicos" especialmente designados para otras tareas, es extraño que tampoco ninguno de ellos se haya "descubierto".
Sin embargo la prensa marrón ha "descubierto" que la sobrina del cardenal Rouco tiene dos pechos: uno al lado del otro.
Sorprendente.
Saludos
Unitas, cuando llevas años sin querer saber de tus tios o primos y de repente, plasss, se te abre "las puertas al cielo", y en vez de mostrarte conciliadora, echas leña aun fuego ...
Hay una jota que dice:
Hechas fuego al chaparral, y eras tú la que querias hechar fuego al chaparral, y ahora que lo ves ardiendo lo quisieras apagar.
De todas maneras, cuando una persona así sale desnuda en una revista como Interviu, sin desmerecer a sus profesionales, ¡ojo!....
Si, a todo el mundo hay que dare el beneficio de la duda, pero hay veces que la duda ofende.
En fin, cada cual dará cuentas de sus actos.
Por mi parte no lo voy a ver pero gracias por confirmarme la continuidad de una editorial que se dedica a lo que se ha dedicado toda su historia.
Estoy seguro que se multiplicará por bien las afrentas al cardenal Rouco. Dios le guarde siempre.
No se me ocurre pensar que ninguna persona con dos dedos de frente se dedique a salir desnudo en una revista, solo por fastidiar a un tio famoso.
Sin embargo sí se me ocurre que puesto que tiene un tio famoso, le pagan un dinero que no podría obtener, si no fuera por sus relaciones familiares, por tanto se está aprovechando de la posición de su tio.
Por otro lado creo que alguien que vende un desnudo por ser sobrina de....., puede estar dispuesta .......... ¿a qué más?
Otro caso es el de la revista y tv que lo han sacado en 1ª, estos tiene muy claro lo que pretenden: difama que algo queda.
Finalmente, sin ser un fervoroso seguidor de Monseñor Rouco, creo que no va a ganar ni perder nada en la opinión de nadie, que tengau n par de dedos de frente, por que tenga una sobrina un tanto ligera de cascos.
Quizá es simplemente que necesite el cariño de su tio y no se lo da...
Sr. Amatoma, su sensibilidad es en verdad conmovedora. Sin duda es usted un ángel virtualmente bajado del cielo para velar por la pureza de los juicios que se emiten en la blogosfera. Pero no olvide que hacer juicios temerarios sobre un obispo por el hecho de que su sobrina haya salido en pelotas en una revista es cosa poco cristiana.
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