El País, preocupado por Germinans germinabit

“Guerra de mitras en Internet” es el título de un reportaje de Angels Piñol para la edición de hoy del diario El País. En el mismo se dice que “el diario digital Germinans Germinabit, integrista y escudado en el anonimato, ha orquestado una furibunda campaña contra Lluís Martínez Sistach, cardenal arzobispo de Barcelona, al que considera un tibio". Para colmo de los colmos “el blog tiene un enlace elocuente: el diario Religión en Libertad, del periodista de la Cope Federico Jiménez Losantos". Y lo que ya roza el paroxismo es que “el periodista Francisco Fernández de la Cigoña, auténtico `martillo de herejes´, ha felicitado y alabado a Germinans en su blog". Y yo que pensaba que el martillo de herejes era yo mismo, mientras que Paco Pepe era básicamente un “martillo de obispos progres"…

Bien, es obvio que cuando hasta El País habla de Germinans es porque la influencia de nuestros amigos de Cataluña ha alcanzado ya unos niveles impensables cuando empezaron su andadura. El País se suma a esa obsesión por saber quiénes forman parte de GG. Piñol dice que “diversas fuentes aseguran que Germinans está formado por una docena de sacerdotes de Barcelona, que rondan la cincuentena". En realidad se refiere a una lista de posibles sacerdotes miembros de GG que va corriendo por ahí desde hace un año largo. Hace no mucho apareció un blog que aseguraba que iba a revelar la identidad de los miembros de Germinans. Publicaron la primera parte de un informe en el que daban nombres y apellidos, pero a los dos o tres días, antes de sacar la segunda parte, cerraron el blog.

Como yo sí sé cuántos y quiénes son los miembros de Germinans, información que no me sacará nadie ni bajo tortura, puedo asegurar que las posibilidades de que la caza de brujas que se ha emprendido contra ellos tenga éxito, son más bien nulas. Los anti-germinans andan más despistados que un pato del Retiro madrileño en medio de una galerna del Cantábrico.

Desde el País se plantea que lo que subyace detrás de todo esto es una guerra de mitras, en la que Sistach estaría en un extremo y Saiz Meneses en el otro. También meten al pobre cardenal Rouco -si no lo hacen revientan-, quien como toda persona sensata puede suponer no tiene arte ni parte en nada de esto. De hecho, monseñor Saiz Meneses tampoco sabe nada ni creo que quiera saber.

Las presiones para que Germinans desaparezca han alcanzado en ocasiones unos límites poco compatibles con la imagen que el propio cardenal Sistach da a la sociedad. No es plan de entrar en detalles sobre en qué han consistido, pero sí conviene decir que más vale que no se repitan, no vaya a ser que a alguno nos dé por contarlo todo con pelos y señales. Yo entiendo que Germinans puede ser muy molesto para el cardenal, pero a mí me molestaría más, por ejemplo, tener un cura que paga abortos a tener unos curas y unos seglares que se quejan de abusos litúrgicos y heterodoxias varias o de que, aunque este es un tema menor comparado con lo otro, se diera cuartelillo sólo a sacerdotes de un sector, el progre-nacionalista, que ha demostrado ser capaz de llevar a toda la iglesia catalana al borde del abismo.

La influencia de GG no sólo en la archidiócesis de Barcelona sino en el resto de la iglesia catalana y española, es mayor de lo que pensamos. Supongo que no se podrá demostrar al cien por cien, pero estoy en condiciones de afirmar que varios de los candidatos para obispo auxiliar de Sistach han perdido toda posibilidad de ser elegidos gracias a la labor informativa, y es importante recalcar lo de “informativa", de Germinans. El último de esos candidatos ha saltado, según todos los indicios, en los pasados días. Desde Roma y desde el Vaticano se lee GG. Y también se informa.

El caso es que no creo exagerar lo más mínimo si digo que la desaparición de Germinans germinabit, o su transformación en otra cosa completamente diferente, está en manos del propio cardenal arzobispo de Barcelona. Bastaría con que supiera leer entre líneas lo que desde GG se le dice, sin obsesionarse con el tema personal, para comprender que no se trata de una campaña contra él por ser quien es, sino de que no tiene la más mínima lógica llevar su iglesia local por un camino diferente al que ya han emprendido otras diócesis catalanas. Monseñor Sistach tiene que entender, por ejemplo, que no es culpa de Germinans que el seminario de Terrassa esté a punto de tener más seminaristas que el de Barcelona. En GG se limitan a explicar las causas, pero el timón del cambio está en manos del cardenal. No se trata de que haga caso a Germinans porque sí. El pastor es él y suya es la responsabilidad de gobernar al pueblo de Dios que le ha sido encomendado. Se trata, más bien, de que sea capaz de oír todas las voces de su archidiócesis, incluida la de Germinans. Si en alguna manera quiere emprender ese camino, yo me ofrezco a ser puente discreto entre su Ilustrísima y “los chichos del germi". Ya sabe dónde me tiene.

Luis Fernando Pérez Bustamante