El gobierno saca partido mediático de la visita del cardenal Bertone

Hasta la llegada del cardenal Bertone a España, nunca antes una visita “no oficial” de una personalidad extranjera había sido tan bien aprovechada por la “oficialidad gubernamental” para sacarle un rédito político y mediático. Es hasta cierto punto normal que la izquierda política y eclesial quiera presentar la visita de Bertone como una especie de golpe mortal al cardenal Rouco Varela y la línea dura de la Iglesia en España contra la cultura de la muerte y el laicismo anticristiano que nos impone este gobierno. Ahora bien, que a esa burda manipulación se preste un diario “de derechas” como La Razón, es ya menos comprensible, aunque uno ya no se asombra de nada en esta vida. Me parece que ese diario, de seguir por esa línea editorial pastelera en relación con el PP, y ahora con la relación entre gobierno e Iglesia, va a obtener unos resultados de venta de periódicos más bien preocupantes.

Ahora bien, el gobierno hace lo que tiene que hacer. Son maestros en el arte del uso de los medios para hacer propaganda. Gobernar, salvo en temas de ingeniería social, no gobiernan, pero son capaces de vender como Mercedes de última generación un 600 de finales de los años 60 del siglo pasado. El vacío intelectual de Zapatero y sus ministros lo llenan con imágenes de portada y declaraciones más o menos pomposas y populistas. Por supuesto, no podían desaprovechar la llegada del nº 2 del Vaticano a Madrid. Ya hicieron el paripé de rechazar, justo el día anterior, una propuesta de la extrema izquierda parlamentaria que era propia del típico anticlericalismo de la II República, esa que fue caldo de cultivo de la Guerra Civil. Así el PSOE puede dar una imagen mentirosa de moderación, que los medios afines y los que hacen de tontos útiles, como el ya mencionado, compran con fruición.

Como quiera que el cardenal Bertone no tiene porqué estar al tanto de cómo se las gasta el zapaterismo, pues ahí le hemos visto haciendo de aquello que sabe hacer, es decir, de diplomático ávido de sonreír en una foto con todo ministro, vicepresidenta, presidente, rey y príncipe que se le cruce por el camino.

Además, la versión que hemos recibido de los encuentros oficiales de esta visita “no oficial” es la que nos ha dado el gobierno. Y hete aquí que muchos medios la han comprado como si fuera la buena, la única posible. A eso contribuye el hecho de que la propia Iglesia sigue siendo un absoluto desastre en materia de comunicación. Porque digo yo que no habría costado mucho que la propia Secretaría de Estado informara de esos encuentros para ver si en verdad lo que nos dice el gobierno español es la verdad y nada más que la verdad.

Hoy se producirá la conferencia del cardenal Bertone sobre los derechos humanos en el magisterio de Benedicto XVI. Pero me apuesto pincho de tortilla y caña a que su repercusión mediática será infinitamente menor que las entrevistas con el socialismo gobernante. Por más que algunos pongamos todo de nuestra parte, que ya se verá, para informar de esa conferencia, lo que quedará en mente de la mayor parte de los ciudadanos es la idea de un gobierno que trata con guante de seda a la mano derecha del Papa en Roma, a la vez que le deja bien clarito que habrá más aborto en España. Y como colofón, Zapatero se ha sacado de la chistera el conejo de una invitación al Papa para el próximo año.

Pues, de verdad, señores míos, que me digan dónde hay que firmar para que ningún Papa pise el territorio español en 40 años a cambio de acabar con la lacra del aborto en nuestro país. Y que me digan a dónde tienen que ir determinados prelados para aprender que con este gobierno no existen visitas no oficiales que vengan de Roma, sino visitas que son aprovechadas para vender al país la burra de que es un gobierno respetuoso con la Iglesia y de que ésta, al fin y al cabo, no está tan en desacuerdo con él. Todo eso es mentira, por supuesto. Pero deberíamos ser más listos para oponernos al padre de toda mentira y a sus siervos.

Luis Fernando Pérez Bustamante

PD: Hoy, 05/02/2009, sigue ejerciendo el sacerdocio y la docencia el autor de este artículo.