El aborto, la maternidad responsable y los acomodados
El gobierno ha anunciando por boca de su vicepresidenta que pretende que la nueva ley del aborto sirva para promover la maternidad responsable. Así, ¡¡con dos cojones!! -perdóneseme la expresión-. Ya es que no tienen ni el más mínimo atisbo de vergüenza. Si hay que mezclar conceptos incompatibles entre sí, se hace. Todo sea por la causa. Hablar de maternidad responsable y aborto es como hablar de terrorismo y respeto a la vida ajena, de pederastia y amor por los niños, de amor a España y militancia en ERC. Pero les da igual. Sus terminales mediáticas se encargan de poner el adobe para que buena parte de la sociedad se trague ese pincho moruno infecto.
En el mismo contexto, la cara joven del ejecutivo ha añadido que todos serán escuchados para la elaboración de la nueva ley. Lo cual, traducido al lenguaje real, significa que serán escuchados todos los que el gobierno quiere escuchar. No escuchará ni a la Iglesia, ni a las asociaciones pro-vida, ni a las mujeres que se han arrepentido de haber abortado y han pasado una pesadilla psicológica después, ni a los profesionales que pueden demostrar que la vida humana empieza desde la concepción. Y sobre todo, las futuras víctimas del aborto tampoco tendrán voz. Al gobierno la voz de las víctimas, como ya vimos con el tema del terrorismo y la negociación con ETA, le resulta molesta.
Pues aun en estas circunstancias, es posible que todavía haya un sector en la Iglesia que quieran buscar la forma de acomodarse a la nueva situación. Es posible que en determinados movimientos eclesiales, de los que no voy a dar el nombre pero sé sus nombres, haya elementos que deseen que los obispos y los fieles no monten más jaleo ante el socialismo gobernante. Es decir, es posible, de hecho es real como la vida misma, que algunos antepongan la comodidad de vivir como cristianos tibios (o sea, de los que vomita Cristo) antes que quemar todas las naves en la lucha contra esta Kulturkampf contra la vida y los valores cristianos. Esos cristianos de salón y de prebendas político-empresariales son la escoria de la Iglesia. Pilatos se lavó las manos porque no sabía. Ellos se las lavan sabiendo lo que supone ese gesto.
Pues desde aquí digo que mientras nos dejen y tengamos libertar para decirlo, nos opondremos con toda energía a la cultura de la muerte, denunciando las estratagemas de quienes la promueven, pero acusando también con el dedo a los tibios, tanto si se esconden detrás de siglas políticas como si se mueven tras las bambalinas de las cocinas del poder eclesial y mediático. Y que sea lo que Dios quiera.
Luis Fernando Pérez Bustamante
11 comentarios
Esto ya no es política, esto es un crimen.
Pueden llamar al negro, blanco y seguro que habría gente que diría, convenientemente manipulada, que, en realidad el negro es blanco. Y se quedarían tan anchos.
Por mi parte, mañana diré lo que opino sobre el tema del aborto según el nuevo planteamiento del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, verdadero Satanás en vivo y en directo.
No es una novedad en la izquierda la manipulación a través del uso estratégico del lenguaje. Llevan decenios haciéndolo, y lo han convertido en un arte.
Por eso la primera medida para combatir la Cultura de Muerte es llamar a las cosas por su nombre, y negarnos a aceptar el uso de esas expresiones que esconden la realidad ("interrupción del embarazo", "salud reproductiva", "derechos reproductivos", "aborto terapéutico", etc.)
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