El obispo de Toulon enseña uno de los caminos a seguir
En los 9 años que lleva al frente de la diócesis de Fréjus-Toulon, monseñor Dominique Rey ha demostrado que cuando al frente de una diócesis hay un obispo con carisma y ganas de hacer bien las cosas, los resultados saltan a la vista. En la diócesis de este obispo francés están instaladas la “nadería” de una treintena de nuevas comunidades o movimientos. Y todos tienen en común el énfasis evangelizador, ese que consiste no sólo en mantener a los fieles en el seno de la Iglesia, lo cual es ciertamente importante, sino en salir a pescar los que están fuera.
Entre las ventajas para los fieles de la presencia de esa gran variedad de movimientos está obviamente la mayor facilidad para encontrar uno que encaje con con las capacidades y talentos de cada cual. Son demasiadas las diócesis donde la presencia muy mayoritaria o casi absoluta de uno o dos movimientos, limita la posibilidad de integrarse en esa realidad que es sin lugar a dudas uno de los mejores frutos del Concilio Vaticano II. Y en todo caso, aunque que la mayor parte los fieles opta por ser nada más, y nada menos, que parroquianos sin adscripción a movimiento alguno, todos pueden aprovecharse de los buenos frutos de la labor evangelizadora de dichos grupos.
A veces esos frutos tardan en manifestarse. Por mucho que haya evangelizadores, una sociedad post-cristiana y paganizada no suele tener los oídos abiertos a las buenas nuevas de la salvación en Cristo. Pero la mera presencia de familias cristianas que ejercen de tales, con padres que educan activamente a sus hijos en la fe, es semilla segura de una evangelización exitosa a medio-largo plazo. El cristianismo, cuando está vivo y fresco, resulta siempre contagioso. Las familias cristianas son más numerosas, más estables, más felices. El futuro de la sociedad occidental no está en aquellos que consideran el embarazo como un estorbo y los muchos niños como un impedimento para la auto-realización personal, sino en aquellas familias, no muchas todavía, que están abiertas a la vida, a las bendiciones de Dios y la comunión activa con la Iglesia de Cristo. Si encima se encuentran con un obispo como monseñor Rey, pues miel sobre hojuelas.
Luis Fernando Pérez Bustamante
19 comentarios
Es bueno, y os recomiendo humildemente, que pongáis con más frecuencia noticias como estas, de obispos que son buenos pastores, de parroquias donde se propaga la palabra de Dios y se ayuda al prójimo, de encuentros de oración fructíferos, de familias cristianas, de proyectos de desarrollo hechos desde los presupuestos evangélicos, de conferencias o foros enriquecedores, de misioneros entregados y alegres. En suma, que mostréis con más frecuencia a esa inmensa mayoría de católicos que viven su fe con modestia y sin alharacas, pero con coherencia, dando frutos de amor en abundancia, en vez de repetirnos siempre con los que gustan de destacar por escandalizar. Reconozco que no darán titulares llamativos, pero harán mucho más bien a los lectores, mostrándoles un ejemplo a seguir, y no uno a rechazar.
Paz y bien
Sin ser una pieza esencial, la verdad es que está bien, y fomenta la devoción a un elemento importante de nuestra fe (al que España está consagrada). Las diversas meditaciones, una por dia, cierran con el rezo de un misterio del Rosario. Está muy bien pensado, y que el propio obispo estampe su firma es muy buena señal.
A ver qué tal evoluciona la diócesis, pero pinta muy, muy bien.
Ilustranos si puedes, todo lo que puedas, sobre el "cura del kamasutra".
http://www.e-cristians.net/cream/?site=ecristians&idioma=es&page=9&post=6345
Anarico, no puedo. No conozco el tema. Y no me interesa.
¡Pentecostés se acerca!.
Respecto a la eficacia u oportunidad de la medida de retirar la denominación «católica», empiezo a estar hasta las narices de que seamos tan idiotas. Lo desarrollo en otro sitio:
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=3273#c290
Luis Fernando tiene razón. En España la gente sólo conoce dos cosas: el Opus y los kikos. Dos inventos "españoles", que sin duda han hecho un gran bien en el mundo. Pero hay más estilos, más cosas creativas, dentro de la comunión con el Papa y la Iglesia. Un obispo, un párroco, ha de saber acoger los distintos estilos y permitir que todos ellos crezcan y convivan, se enriquezcan, y luego colaboren en tareas conjuntas (ir a las manifestaciones, colectas para el Tercer Mundo o las misiones, algunas fechas señaladas conjuntas, servicios parroquiales solidarios, etc...)
¿Junto con el obispo de Vic? Eso explica la actitud (para bien) de este obispo y el bien que está haciendo en esta diócesis.
www.lumendei.info
¡¡¡Preciosa página!!!
Es una gran oportunidad de conocer diferentes carismas sobre la familia, sobre el Espiritu Santo, sobre el Ecumenismo, o la caridad.
Se lleva trabajando desde hace años en la integración y conocimiento mútuo de los diferentes movimientos en las delegaciones de juventud y familia de la diócesis. Otra cosa es que la gente lo conozca.
Le eché un vistazo al tema del amor íntimo entre esposos del sacerdote polaco. Todo perfectamente católico. Se nota que ha leído sobre la teología del Cuerpo de Juan Pablo II... y luego ha ido a lo práctico de las preguntitas típicas : "¿esto se puede?" etc...
Por ahí hay un link a su web en inglés, escribe muy bien y bonito.
- ¿tú de qué grupo eres, del Opus, legionarios, kikos?
- No, no, yo soy de los de Pedro.
Tengamos pues de referente a este obispo.
No todo son malas noticias en la Iglesia y este obispo, por lo que leo D. Romá Casanova de Vic, está en esta línea.
Tengamos pues al obispo de Vic, como referente al igual que al de Terrassa, la dejadez y la desidia junto con todos los complejos, hicieron por lo que he leído que la "progresía", retiró, relegó a la Iglesia a la sacrisría, y en Vic, dejo de celebrarase la procesión del Corpus.
¡Como debían frotarse las manos los "enemigos" de la Iglesia, y lo más grave bastantes dentro de ella!.
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