Creciendo en… locura
La secta “Creciendo en gracia” parece dispuesta a dar la nota durante la próxima visitas del Papa a Estados Unidos. No es la primera vez que esa gente monta escándalos ni desde luego será la última, a menos que las autoridades se los tomen de verdad en serio y pongan coto a su cada vez más peligroso y agresivo fanatismo.
El fundador de ese engendro es un tal José Luis de Jesús Miranda. “Papi” para sus sectarios, Miranda para nosotros. Comenzó sus andanzas hace 20 años partiendo de una supuesta condición de pastor pentecostal. Digo supuesta porque a diferencia de en el protestantismo evangélico serio, donde los pastores lo son de verdad y suelen tener una buena formación, existe el mundillo del pentecostalismo donde hay de todo. Desde congregaciones y pastores que, salvo las especifidades propias de su condición pentecostal, no se diferencian gran cosa del resto de denominaciones protestantes, a un cada vez más preocupante número de grupos guidaos por personajes “iluminados” que arrastran a fieles siguiendo patrones propios de las sectas.
En el caso de Miranda estamos ante un ejemplo de cómo la estupidez humana puede alcanzar cotas difíciles de imaginar. No tanto por lo que el personaje dice o hace, sino por el hecho de que decenas de miles de personas sean capaces de tenerle como su líder espiritual. Miranda ha pasado de ser un simple “pastor” a autoproclamarse primero como apóstol, luego como Hijo del Hombre y, para rematar, como el mismísimo Anticristo. Sin duda este último apelativo le describe mejor que los anteriores, pero ni siquiera creemos que el tipo este alcance la entidad del personaje que la Biblia describe en el libro del Apocalipsis.
A las personas sensatas no les cabe en la cabeza que pueda haber gente tan necia como para hacerse discípulo de un trastornado de esa naturaleza, pero si hemos de hacer caso a las cifras que da la propia secta, posiblemente infladas, hay cien mil adeptos que consideran a Miranda como una especie de dios. Y eso hace que nos encontremos ante un posible drama de aquí a no muchos años. Si Jim Jones consiguió convencer a sus adeptos para que se suicidaran –y a los no convencidos “les suicidaron”- y si David Koresh se quemó vivo con varias familias en un rancho de Waco, ¿qué no ocurrirá si a este anticristo de pacotilla le da por pedir a los miles que le consideran un dios que se tiren de cabeza por un barranco? Quien se deja convencer para tatuarse un 666 en el cuerpo no está muy lejos de dejarse convencer para quitarse la vida o…. quitársela a los demás.
Véase este vídeo y se entenderá porqué convendría que las autoridades estadounidenses pongan el máximo empeño en impedir que los sectarios de Creciendo en gracia se acerquen a donde esté el Papa.
Increíble, pero cierto.
Luis Fernando Pérez
11 comentarios
Saludos
Por cierto, veo que los artículos en esta sección van apareciendo con bastante frecuencia, enhorabuena, así da gusto.
OFF TOPIC: Luis Fernando. Estaría muy si consiguieras enlazar también algunos blogs de apologética en la línea filosófica y científica; a causa de las deficiencias en ese campo muchos católicos abandonan su fe. Felicidades por el proyecto que acaba de empezar. ¡Larga vida!
Aquí no tienes lugar así que ahórrate el poner más mensajes. Todos serán borrados y llegado el caso se procederá al bloqueo de tu IP.
Frances, poco a poco iremos mejorando cosas del portal y de los blogs. Entre ellas, lo que comentas.
Se dedica a avalar, por lo demás, el “proyecto” (como globo sonda, al menos) que llevo tiempo temiéndome: un ataque terrorista al Vaticano, que quizá le vendría de fábula a éste en sus ansias de dominio planetario (como el 11-S al gobierno del genocida Bush).
Cordiales saludos.
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