La Iglesia hace lo que tiene que hacer, tanto si le ahorra dinero al Estado como si no
Siempre que se ha planteado el debate sobre la financiación de la Iglesia, el argumento de lo que la misma le ahorra al Estado ha estado encima de la mesa. Entiendo que ese argumento era muy contundente cuando el porcentaje de la X de la declaración de la Renta no era suficiente para cubrir las necesidades de la Iglesia y el Estado tenía que aportar un pequeño complemento. El mismo era el chocolate del loro comparado con la reducción del gasto público que se logra gracias a la labor de la institución que más hace por los necesitados. Como ahora no hay complemento alguno y la Iglesia sólo obtiene los ingresos que los españoles quieren que obtenga, ese debate debería de haber quedado cerrado.
Los panfletos progres, tanto los publicados en papel como en la red, han insistido vez tras vez en meter la partida del concierto que reciben los colegios católicos en la cuenta de ingresos de la propia Iglesia. Eso es absurdo ya que al Estado le saldría mucho más caro hacerse cargo de la educación gratuita de los niños que acuden a esos colegios. Es decir, los colegios católicos le ahorran un pastón a las cuentas públicas de la nación. Yo soy partidario del cheque escolar, verdadera herramienta para garantizar la libertad de elección de centro, pero no sé muy bien si eso supondría, a día de hoy, más o menos dinero para las arcas del país.