¿Qué pensarán en Roma del Abad Soler?
En la comunidad autónoma catalana se da un índice de bautismo de niños inferior al 40%, el 62,6% de las bodas son civiles, apenas un 17% de ciudadanos marcan la casilla de la Iglesia Católica en la declaración de la renta, hay 46 seminaristas menos en los últimos seis años y sólo 6% de los jóvenes entre 13 y 18 años se declaran católicos. Vamos, como para echarse a temblar ante el futuro que le depara a la iglesia catalana si no se produce un cambio de rumbo radical. Sin embargo, el Abad mitrado de Montserrat, Josep María Soler, está más preocupado por la cadena Cope. Hoy ha declarado ante un centenar de personalidades de la vida política y cultural catalana que ha presionado en Roma para que desde la Santa Sede se pida un cambio en algunos programas de la emisora.
Lo bueno de Soler es que no disimula nada. Es nacionalista catalán y esa condición la pone por encima de cualquier otra consideración. Como cualquier dictador de tiempos pasados o presentes, confunde la crítica a la clase política catalana y a las leyes que emanan del Parlament, con la crítica a todo el pueblo catalán. Se podría decir que este abad es la cara religiosa de un futuro Pacto del Tinell, versión medios de comunicación. Es decir, todo el aparatchik mediático catalán contra esta Cope. Los suscriptores de ese posible pacto saben que no es fácil que en Roma les reciba más allá de algún minutante, pero para eso está el abad mitrado.
El caso es que dudo mucho que Roma mire con buenos ojos a Soler. Es incluso posible que en la Santa Sede sepan ya que buena parte de la culpa del estado del catolicismo en Cataluña la tienen personajes como este Abad metomentodo. De hecho, los últimos nombramientos episcopales para las diócesis catalanas parecen que están marcando un giro importante en la iglesia de Cataluña. Una iglesia a la que le sobra nacionalismo y progresismo eclesial por los cuatro costados. Si ese proceso continua cuando en breve se elijan obispos para Gerona y Lérida, el cambio será imparable. Nadie dude que entonces Soler se hará aún más de notar. Dará lo mismo. El futuro no está en sus manos. A Dios gracias, añado.
Luis Fernando Pérez Bustamante