La CEE recoge los resultados de una campaña de comunicación bien hecha
El hecho de que el número de españoles que marcaron la X en la casilla de la Iglesia Católica en su última declaración de la renta haya aumentado en casi medio millón, se debe sin el menor género de dudas a la magnífica campaña publicitaria “Por tantos” que llevó a cabo la Conferencia Episcopal. Se demuestra de esa manera que cuando las cosas se hacen bien, se recogen resultados.
Es también evidente que fue una buena idea cambiar el modelo de financiación de la Iglesia, dejando atrás el complemento que el Estado debía de aportar para cubrir el desfase entre lo que se sacaba de la declaración de la renta y la cifra que se acordaba previamente con el propio Estado. Ahora la Iglesia depende únicamente de que los españoles quieran destinar una parte mínima de sus impuestos a su financiación. A los anticatólicos de toda la vida, sean en su versión política o en la religiosa -no hace falta que diga quién-, les molesta que el Estado ejerza de intermediario en esa parte minoritaria, pero importante, de la financiación de la Institución que más está haciendo por ayudar a los más necesitados en este país. Hay todavía mucho perro del hortelano suelto que ni come ni deja comer y demasiado rojerío anticlerical de baja estofa. Al can del hortelano habría que decirle que se fije en cómo se alimentan muchos de sus congéneres en buena parte de los países europeos donde su religión es todavía la oficial del Estado. Y al rojerío es mejor no decirle nada, porque es lo mismo que alimentar a la bestia.