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14.07.09

Caamaño nos pone a los cristianos ante la evidencia

Hoy toca analizar dos sentencias pronunciadas en situaciones ciertamente distintas pero con un mismo tema en común:

“Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Pedro y los apóstoles al Sanhedrín, Jerusalén)
“La libertad de conciencia no puede ser una excusa permanente para desobedecer la ley” (Caamaño a los españoles, El Escorial)

La primera frase fue la respuesta de los apóstoles a aquellos que les querían prohibir la predicación del evangelio. La segunda es la advertencia del ministro de Justicia a aquellos que osen pensar que el gobierno de Zapatero va a permitir que los que cristianos apelen a su conciencia para oponerse a sus leyes de ingeniería social. Y dado el absoluto control que tiene este gobierno sobre los tribunales que acabarán dictaminando si esas amenazas, una vez concretadas en la ley de libertad religiosa, son conformes a la constitución, pues vayámanos haciendo a la idea de que en no mucho tiempo serán bastantes los cristianos que en España tendrán que optar entre seguir el ejemplo de los apóstoles ante las autoridades religiosas de Jerusalén o agachar la cabeza, poner un esparadrapo en la boca de su conciencia y cumplir leyes que chocan radicalmente contra sus valores y contra su fe.

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8.07.09

Leer es bueno. Y para un joven, más.

No voy a decir que la cosa que más me gustaba en verano de niño y de adolescente era leer libros, porque está claro que en el primer lugar de mis preferencias estaba el ir a la playa para zascandilear entre olas y castillos de arena. Torrevieja -cuando todavía no estaba invadida por hordas de chalets-, Santa Pola, Santander y Tarragona son los destinos playeros que mejor recuerdo. A mi padre le gustaba coger el mes de julio para que nos fuéramos de vacaciones y como nosotros no teníamos la opción “pueblo", pues me tocó pasar la totalidad de los veranos de mi infancia al lado del mar.

El hecho de ser hijo único y de no tener facilidad para entablar nuevas amistades sirvió para que en el periodo vacacional me tuviera que buscar la vida para entretenerme de forma solitaria. Y la lectura fue el catalizador que sirvió para que mi ocio veraniego infantil sirviera para poner las bases de lo que sigue siendo uno de mis hobbys favoritos a día de hoy, ya como adulto. Cuando hablo de lectura no me refiero a Mortadelo y Filemón, aunque también los devoraba, sino a libros como “La cabaña del Tío Tom", “El Lazarillo de Tormes", buena parte de la obra de Julio Verne, “David Copperfield” de Charles Dickens, una vida novelada del Cid Campeador, algunos libros de la Biblia (Génesis me encantaba), etc, etc. Algunos de esos libros me los leí sopotocientas veces. Hoy me ocurre lo mismo. Prefiero volver a leer algo que sé que me gusta que lanzarme a la lectura de algo nuevo.

Por supuesto el resto del año también leía libros. Para empezar, los que me ordenaban leer los distintos profesores de literatura que tuve, pero también algunos de los que mi padre dejaba a mi alcance, sobre todo si eran de carácter histórico. De hecho, mi interés por la historia nació de esas lecturas entre verano y verano. Tan es así, que sólo recuerdo haber suspendido una vez esa asignatura, y fue tal el cabreo que pillé conmigo mismo que a la evaluación siguiente saqué un sobresaliente.

Aunque no siempre se da esa circunstancia, tengo a creer que lo que es bueno para mí puede ser bueno para los demás. Y es por ello que animo a los lectores de Cor ad cor con hijos en edad pre-adolescente y adolescente, y también a los que no tienen hijos de esas edad o de ninguna, a que se pasen por nuestra sección “Libros para ti que pueden leer tus hijos“. De los libros que hemos escogido, todos pertenecientes a la editorial Altera, aunque pronto vamos a incorporar otras editoriales, me he leído los dos de Esparza, “La Revolución francesa” de Gaxotte y acabo de empezar “El Señor natural” de Laszlo Passuth. De este último, obviamente, no puedo hablar, pero sí les digo que a mi mujer le ha encantado. Y dado que ella, tanto si lo creen ustedes como si no, lee infinitamente más que yo (es una devora-novelas), su criterio me parece de total confianza.

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5.07.09

Mi opinión sobre lo de Málaga

He leído con atención argumentos de unos y de otros en relación con la negativa de monseñor Catalá a conceder a Una Voce Málaga un sacerdote diocesano para celebrar la Misa según la forma del rito latino anterior al Novus Ordo. Ayer copié en mi blog la respuesta que Roma Aeterna ha dado a la actuación del obispo de la diócesis malacitana, pero creo que es mejor que dé mi propia opinión, que para eso está este blog. Yo veo las cosas de esta manera:

1- El motu proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI indica bien a las claras cuál es la intención del Papa a la hora de quitar prácticamente todo impedimento a la celebración de la Misa antigua. Se puede decir que lo considera un derecho de los fieles al que no debería de oponerse ningún obispo.

2- La literalidad del motu proprio puede dejar abierta la cuestión de cuál es el número de fieles necesario para que les sea concedida la celebración habitual de la Misa antigua, pero eso no debería de convertirse en una excusa para impedir que los fieles se vean privados de aquello que el Papa quiere que tengan.

3- En realidad los fieles no tienen por qué pedir a los obispos -sí a sus párrocos- que les concedan lo que el Papa ya les da, pero es signo de afecto filial y de comunión hacer lo que la buena gente de Una Voce Málaga ha hecho.

4- En mi opinión, el obispo de Málaga se equivoca más en las formas que en el fondo y además Una Voce se ha precipitado un tanto. Me explico. No se le ha solicitado permiso para celebrar la Misa antigua, sino que nombrara a un sacerdote de la diócesis para tal fin. El caso es que don Jesús acaba de llegar a Málaga. Lleva apenas unos meses allí y aunque seguramente ya conozca a todos los sacerdotes, es imposible que le haya dado tiempo para poder tomar bien la temperatura a toda la diócesis. Yo habría esperado a que al menos llevara un año pastoreando ese rebaño antes de enviarle esa petición. Ahora bien, eso mismo también se aplica al obispo, que habla como si se conociera bien el paño. Quizás hubiera sido mejor dejar la decisión para más adelante, explicando a los peticionarios que necesitaba tiempo para conocer bien la diócesis.

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15.06.09

Hoy se aborda lo de Torres Queiruga en la comisión para la doctrina de la fe

Este martes empieza la nueva reunión de la Permanente de la CEE, pero hoy tendrá lugar la jornada de trabajo de la comisión episcopal para la doctrina de la fe, presidida por el arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez. La semana pasada causó bastante conmoción en determinado sector de la Iglesia, la filtración de que dicha comisión tendría ya preparada para su publicación una nota en la que quedaría de manifiesto la inconformidad con la doctrina católica de parte de la obra del teólogo gallego Andrés Torres Queiruga. Por lo que me cuentan el mosqueo que hay por la filtración es considerable, pero estas cosas pasan cuando se recurre al fax para anunciar a los miembros de la comisión cuál es el orden del día. El email, sobre todo si va encriptado, lo lee sólo el interesado. El fax, cualquiera. A ver si toman nota para futuras convocatorias, señores míos.

En vista de las críticas furibundas que se han lanzado ya contra la comisión, conviene saber para qué existe la misma. Lo leemos en la propia web de la CEE:

La Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe tiene la misión de procurar que lo que se diga en la Iglesia, de palabra o por escrito (la doctrina), sobre el Evangelio salvador de Jesucristo responda de verdad a ese Evangelio tal y como lo entiende la Iglesia, la Esposa de Cristo a la que asiste el Espíritu de la verdad. Dicho de otra manera: la misión de la Comisión doctrinal es promover la ortodoxia y velar por ella.

Ser cristiano no consiste sólo en conocer sin errores la doctrina cristiana. El cristianismo no es principalmente una doctrina. Es el modo nuevo de vida hecho posible por Jesucristo, el Hijo de Dios crucificado y resucitado. Y ser cristiano es vivir en la libertad que nos da la unión con Cristo por el amor a su persona y la obediencia a su palabra. Pero ¿cómo sería posible la vida cristiana si no conociéramos bien sus secretos? La doctrina es importante porque hay que conocer la fe, la caridad y la esperanza para poder vivir con fe, caridad y esperanza. La ortodoxia (la doctrina verdadera) y la ortopraxis (el modo de vida bueno y justo) van estrechamente ligadas entre sí de muchas maneras.

En vista de cuál es la misión de dicha comisión, caben dos posibilidades:

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12.06.09

Fray Nelson, menos "Nelson", más Fray

No sé si serán ya 12 o 13 los años que han pasado desde que me encontré por primera vez a Fray Nelson en un foro llamado “Foro del Reino de Dios", abierto y moderado por un pastor evangélico del que creo recordar que se llamaba Carlos Devetac.

Por aquel entonces yo era el típico protestante evangélico que cada vez que se encontraba en un foro con un católico “bien formado", me le tiraba al cuello con las típicas acusaciones de idolatría y paganismo por adorar imágenes y sostener doctrinas ajenas a la Escritura. Muchos de esos debates no acababan precisamente con buenas palabras, aunque tampoco recuerdo haber caído en descalificaciones gruesas e insultos con nadie.

Con Nelson la cosa fue distinta desde un principio. Tuvo una paciencia cuasi infinita conmigo y aunque no nos movíamos de nuestras respectivas posiciones, conseguimos alcanzar primero el respeto mutuo y luego un cariño sincero, propio de cristianos que aun estando distantes en muchas cosas, reconocen en el otro a un verdadero hermano en el Señor.

Sólo hubo una ocasión en la que Nelson se mostró especialmente duro y dolido conmigo. Fue cuando otro forista protestante me propuso que me preparara para ser pastor evangélico, a lo cual le respondí que esa era una de las posibilidades que había previsto para mi vida. Por aquel entonces mi teología particular tenía influencias un tanto diversas. Era arminiano en relación a la predestinación y la gracia, cada vez más universalista (me refiero a la herejía origenista sobre la apocatástasis) y preterista en cuanto a escatología, y bastante menonita, con un buen toque cuáquero, en eclesiología y teología sacramental. Todo ello sin renunciar a un pentecostalismo moderado, lejos de los histerismos presentes en el mundillo evangélico pentecostal. Por tanto ese Luis Fernando pastor habría sido ciertamente un tipo peculiar. Fue entonces cuando Fray Nelson me abordó directamente vía messenger y me dijo algo parecido a esto: “¿De verdad, Luis Fernando, que quieres seguir dividiendo el cuerpo de Cristo, que es su Iglesia?“. El fraile dominico parecía realmente enfadado ante la posibilidad de que yo acabara “inventándome” otra denominación protestante más y guiando a otras almas por ese camino. Hoy estoy convencido de que me faltaba el “carisma” para lograr tal cosa, pero tampoco se ha dado la oportunidad de saber si hubiera sido posible.

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